Los altos cargos copan la mitad de los puestos de salida en las listas del PP

Después de asegurar que las listas del PP se podrían cerrar en una tarde, el partido que preside Feijóo ha decidido dejar para el último día, el próximo lunes, la configuración final de las candidaturas para las autonómicas del 21 de octubre. De momento no se conocen ni los cuatro cabezas de lista, más allá de la candidatura por Pontevedra que encabezará el aspirante a la reelección como presidente de la Xunta. Pero mientras el PP se lo piensa, el Gobierno gallego dio nuevas pistas ayer al destituir a siete altos cargos de la Administración autonómica para que puedan formar parte de las candidaturas del Partido Popular.

El Consello de la Xunta aprobó los decretos de cese de Álvaro Pérez como director general del Gabinete del presidente, de Susana López Abella como secretaria general de Igualdade, de Carmen Pardo como secretaria general de Turismo, de Nava Castro como directora general de Comercio y de los delegados territoriales en A Coruña, Lugo y Pontevedra, Belén do Campo, Raquel Arias y José Manuel Cores Tourís. Todos ellos son inelegibles mientras no abandonen el cargo público, por lo que deben cesar antes de la presentación de las listas.

A estos siete cargos hay que sumarles el propio Feijóo y la mayoría de sus conselleiros —que no están obligados a dimitir—, por lo que prácticamente la mitad de los puestos de salida estarán copados por miembros del Gobierno gallego y altos cargos. Esta decisión se debe a la intención de Feijóo de premiar a los dirigentes que trabajaron estos años a sus órdenes en la Xunta, pero sobre todo pretende blindarlos ante una eventual derrota electoral del PP.

Del Ejecutivo autonómico, se da por descontada la presencia en puestos de salida de las listas de los conselleiros de Presidencia, Alfonso Rueda; de Traballo e Benestar Social, Beatriz Mato; de Educación, Jesús Vázquez; de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, Agustín Hernández, y de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana. En total, cinco de los ocho conselleiros, a los que podría sumarse el de Economía e Industria, Javier Guerra. De esta manera, solo las titulares de Facenda, Elena Muñoz, y de Sanidade, Raquel Mosquera quedarían fuera de las candidaturas.

Feijóo encuadró dentro de la “normalidad” el procedimiento seguido por el PP, y justificó el retraso en la presentación de las candidaturas precisamente en que no sería razonable hacerlo “incumpliendo la ley”, es decir, antes de que los altos cargos afectados por la Ley Electoral cesen en sus funciones. En todo caso, dejó sin contestar las preguntas de los periodistas sobre si el proceso para la configuración de las candidaturas del PP está resultando más compleja de lo previsto.

Más que como premio a conselleiros y altos cargos, el PSdeG lo interpretó como un intento de Feijóo de “salvar a sus colaboradores” en previsión de una pérdida de la Xunta. El secretario de Organización socialista, Pablo García, consideró “evidente” que el candidato del PP “prevé un resultado adverso el próximo 21 de octubre”, por lo que ha desencadenado un “sálvese quien pueda en el Gobierno gallego”. La decisión de Feijóo, “aunque legítima, resulta poco constructiva”, puesto que “la mezcla entre el Gobierno y el partido llega a niveles delirantes” desde la convocatoria de elecciones, acusó. García recordó además el “nulo respeto al juego limpio” de Feijóo al mantener como conselleiro de Presidencia al director de campaña del PP.