Feijóo se desmarca de Rajoy en un intento de evitar el desgaste
El PP rehuye, por primera vez, la presencia de dirigentes nacionales en la proclamación del candidato el próximo sábado
Feijóo solo ante los focos. Esa es la campaña del PP. El presidente de la Xunta resiste mejor en las encuestas que sus propias siglas y sus compañeros de partido, incluido el presidente del Gobierno, así que la fontanería ha decidido que lejos de él cualquier acompañante incómodo al que el electorado pueda identificar con los recortes sociales de Rajoy. Después de que Rajoy lo acompañase en la apertura del curso político en Soutomaior, el pasado sábado y viniese a decir que Feijóo es su alumno aventajado, este fin de semana el mitin donde se le proclamará candidato a la reelección ya no admitirá teloneros.
La decisión no es nueva. Ya en julio, justo después de que el Gobierno central incrementase el copago farmacéutico, decidiese subir el IVA y eliminar la paga extra a los funcionarios, el PP gallego canceló una convención municipal para no coincidir con el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, una de las caras más quemadas del Ejecutivo central. Sin artistas invitados llegados de Madrid, el acto del sábado en el que se lanzará la precampaña, será un “hecho y centrado en Galicia” según anunció ayer el portavoz del PP gallego, Antonio Rodríguez Miranda”. “No contará con otras personalidades del partido”, remarcó sin entrar en demasiados detalles sobre los motivos reales de semejante decisión.
De momento, el candidato Feijóo ya se ha lanzado a una frenética campaña de entrevistas con mucho espacio reservado en los medios nacionales. El lunes pasó por el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco antes de acudir a El Gato al Agua de Intereconomía, plató que frecuenta en sus constantes viajes a Madrid y ganó tiempo también para atender a la Agencia Efe. Ayer hizo un hueco para Onda Cero. En todas esas entrevistas, repite el argumentario: toca elegir entre “la unidad del PP y los bipartitos o tripartitos”, apostar por la “solvencia de Galicia...”
Al tiempo que coloca estos mensajes, Feijóo ha optado por desmarcarse de las decisiones más contestadas de Mariano Rajoy. Ayer, preguntado sobre si teme que las urnas le pasen factura de los incumplimientos del programa electoral del PP, por el que hizo campaña en las elecciones de noviembre, aseguró: “A mí se me va a juzgar por lo que he hecho yo, sería absurdo juzgarme por lo que hacen otros”. Y luego añadió: “Yo no he subido los impuestos, ese era mi compromiso y hemos conseguido no subirlos”. En realidad, el compromiso de Feijóo en 2009 no era “no subir los impuestos” sino “bajar el IRPF a 600.000 familias para que funcione como una inyección en vena y revitalizar el consumo”. Según aquellos planes del PP de hace cuatro años, esa rebaja fiscal no solo no iba a mermar la recaudación sino que iba a aumentar fruto de la reactivación de la economía.
En la misma entrevista, el presidente también recordó que “otras comunidades han bajado el sueldo a los funcionarios” a diferencia de Galicia, que no lo ha hecho. “Es verdad que el Gobierno central ha hecho ajustes y esto es legislación básica para todas las comunidades pero aquí no hemos bajado el sueldo a los funcionarios”, dijo desentiéndose de las decisiones que su propio partido ha tomado en el Gobierno y que los diputados gallegos del PP refrendaron en las votaciones del Congreso.
En su periplo por los platós de los medios nacionales, el presidente repite que solo él garantiza la “estabilidad política”. En Intereconomía advirtió de que “el partido de un señor que coge un carrito y vacía supermercados puede llegar al Gobierno gallego en 50 días”, en alusión a Izquierda Unida. Esa idea fuerza — o el PP o el caos— destila de todos sus discursos mientras que sus rivales socialistas insisten en presentar las elecciones del 21 de octubre como un referéndum sobre los recortes de Rajoy.
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