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Oscuras razones contra los toros

Los planteamientos del Ayuntamiento de San Sebastián contra las corridas rebasan los argumentos antitaurinos El consistorio sigue sin aclarar su decisión

Antonio Barrera, en la corrida del pasado martes en Illunbe, cuando usó una 'ikurriña' como muleta.
Antonio Barrera, en la corrida del pasado martes en Illunbe, cuando usó una 'ikurriña' como muleta.JESÚS URIARTE

Se repite la historia en San Sebastián. De momento, nadie toma la iniciativa, ni para un lado ni para otro. El Ayuntamiento, gobernado por Bildu, se ha declarado partidario de no seguir celebrando corridas de toros en la ciudad, pero el resto de formaciones políticas (PSE, PP y PNV), que son mayoría, tienen en su mano apoyar o no esta decisión si finalmente el consistorio decide materializarla.

Más allá del toros sí o no otras razones y argumentos sobrevuelan la polémica. Por un lado, está la postura de Bildu. El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, ha insistido a lo largo de la Semana Grande en varias entrevistas concedidas a emisoras de radio que la intención de su Gobierno es suprimir la fiesta en Illunbe. “Pensamos que hay motivos para plantearse que no siga habiendo toros”, ha explicado, amparándose en la baja afluencia de público y en la situación de crisis económica. Pero, más allá de expresar un deseo, el Consistorio donostiarra todavía no ha detallado cuál será su decisión final.

A un sentimiento antiespañolista se suman los roces con los Chopera

No se puede obviar los tintes españolistas que muchos han querido ver en la fiesta y que, sin embargo, pasan completamente desapercibidos en localidades tan cercanas como Bayona, donde las ikurriñas se mezclan sin rubor con banderas españolas y francesas. Nadie ha querido esgrimir esta razón en voz alta porque los toros son tradición en Gipuzkoa desde que en el siglo XVII los torerillos vascos fueron los protagonistas de las capeas de innumerables pueblos.

Otras voces, que no llevan peso nacionalista en el cargo, se la tienen jurada a la plaza de Illunbe por los dolores de cabeza que les ha supuesto en la última década. “Cuando se construyó la plaza, hace ya 15 años, el complejo multiusos de Illunbe era un añadido a la oferta lúdica de la ciudad con sus cines y discotecas”, señala Rafa Iriarte, un habitual de los tendidos de sombra, que ve una disputa subterránea: “Hubo una discusión con muchos millones de por medio y eso ha marcado la relación entre el Ayuntamiento y la Casa Chopera, me parece que son rencillas personales”, añade.

A vueltas con la crisis

“Afición existe, pero en los últimos años no se nos ha cuidado; al principio íbamos mucha gente, pero luego los carteles bajaron su atractivo y se dejó caer la feria. Hay que recuperarla y eso cuesta tiempo y dedicación”, explica uno de los integrantes de un grupo de aficionados, que todavía prefiere el anonimato.

El equipo de gobierno de Bildu ha esgrimido dos argumentos contra la celebración de corridas de toros en San Sebastián, el primero la caída de público; el segundo, la crisis económica. De hecho, Izagirre aseguró que dará prioridad a la celebración de actos deportivos en Illunbe, en detrimento de los toros y que desde luego, al consistorio, no le puede suponer gasto alguno las corridas.

Razones para defender la fiesta les sobran a los aficionados. A la tradición, se le une que la entrada media en esta Semana Grande está rondando las 4.000 personas y son pocos los espectáculos de pago que concentran durante las fiestas un número similar de gente. No hay que olvidar que las entradas de los toros cuestan 50 euros de media, por lo que ni el frontón, ni el hipódromo, ni siquiera los teatros reunirán en estos siete días de fiesta un aforo total que supere las 40.000 personas.

Lo que el aficionado se refiere es a la decisión judicial que obligó a rectificar la concesión de las instalaciones y que supuso una importante indemnización, 21 millones de euros, por parte del consistorio a la empresa Chopera, encargada de explotar la plaza. La indemnización supuso un ahogo económico para las arcas municipales, entonces gobernadas por el partido socialista. Además, la forma en que se acordó el pago derivó en la ruptura de la relación entre unos y otros. Al final, ninguna de las dos partes ha quedado satisfecha y lo que es peor, el enfrentamiento permanece, aunque esté en punto muerto.

Así, lo que el Ayuntamiento no quiere es sacar a concurso la plaza —el contrato de gestión termina este año y Bildu, aunque sin confirmar, ha sugerido que “probablemente” no se renueve— y que vuelva a ser gestionada por la empresa con la que está enemistada. Pero la Casa Chopera es una de las firmas más prestigiosas del mundo taurino y no es lógico que otras empresas de fuera quieran enfrentarse a los actuales rectores, que cuentan con las simpatías de los grandes empresarios del sector, y recalar en San Sebastián, en el ruedo que Manolo Chopera construyó con un singular esfuerzo e ilusión.

Los muchos argumentos que confluyen en San Sebastián exceden lo antitaurino. Frente a los postulados de Izagirre, la oposición oscila entre las primeras voces dentro del PSE y del PNV que se han comenzado a oír en contra de las intenciones del equipo de Gobierno municipal. Aún así ninguna de las dos formaciones ha articulado su rechazo como partido. En el extremo opuesto, la negación rotunda abanderada por el Partido Popular a la posibilidad de que las corridas de toros se despidan tras la Semana Grande de Illunbe.

El portavoz popular en el consistorio, Ramón Gómez Ugalde, ha subrayado en varias ocasiones el perjuicio económico que supondría para la ciudad y las intenciones de Bildu de acabar con una tradición que no sienten propia. Al menos en San Sebastián, porque la consulta popular impulsada por la coalición abertzale en Zestoa a principios de junio fue contundente: toros sí, con casi más del doble de votos a favor que en contra. Por no hablar de Azpeitia, donde también gobierna Bildu, y probablemente el municipio guipuzcoano taurino por antonomasia.

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