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Picasso, en clave económica

El artista Pedro G. Romero ofrece una peculiar lectura del impacto del pintor en el negocio del arte

“El sistema del arte, como lo conocemos, es una construcción de Picasso, quizá sea su mayor legado”. Lo afirmó Valentín Roma, comisario junto con el artista Pedro G. Romero de la exposición Economía: Picasso, que abre por primera vez las puertas del museo de la calle de Montcada al arte contemporáneo. La exposición despliega una importante selección de obras del propio Picasso y artistas como Duchamp, Rodchenko, Mark Tansey, Richard Hamilton, Hans Haacke, Sigmar Polke y Nacho Criado. Sin embargo, todo el dispositivo pretende minimizar el valor aurático de las obras en favor del discurso. Un discurso que toma forma a través del diálogo entre las piezas, las intervenciones realizadas ex profeso desde el Archivo F.X. (la opera magna de Romero, un archivo de imágenes de la iconoclastia política antisacramental en España desde 1845) y sobre todo los textos. De hecho, su formato de narración ilustrada obliga al visitante a leer las explicaciones de cada ámbito si se quiere penetrar en las sinapsis cerebrales de Romero.

La exposición, un encargo del anterior director del Picasso, Pepe Serra, nació con el objetivo de crear elementos de fricción en la historiografía clásica, aunque finalmente tras el nombramiento de Bernardo Laniado-Romero parece que más bien ha puesto en evidencia las fricciones entre la dirección y el comisariado. “Tuvimos que modificar determinados aspectos del planteamiento inicial y el espacio expositivo que pretendía ser paradójico, finalmente, queda central”, lamentó Romero, cuyo proyecto incluye un conjunto de eventos performativos, conferencias, intervenciones y la edición de un libro.

La exhibición ha creado fricciones entre la dirección y el comisariado

La exposición tiene dos itinerarios y dos ritmos, en palabras de Roma, “un delante y un detrás como el sistema del arte, así que la metáfora se recrea en la museografía”. Las amplias salas del Picasso han dejado paso a un recorrido angosto y laberíntico que discurre delante entre vitrinas, moqueta, maderas nobles y obras maestras y detrás en cubículos típicos de un backstage. Es ahí donde se encuentran las intervenciones del propio Romero, entre otras, una grabación inédita del bailaor Israel Galván, el vídeo del abogado del hombre que atentó contra el Cristo del Gran Poder, varias plantillas de corta y colorea, pósteres, textos y materiales de todo tipo, incluidos caramelos que encierran máximas en su envoltorio.

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