Títeres en estado de gracia
Madrid y Segovia, entre otras, capitales mundiales del teatro de objetos
Pocas veces hay una opinión tan unánime y favorable sobre Titirimundi, considerado el mejor evento en su género internacionalmente. Acuden grupos de los cinco continentes, con joyas escénicas. Los títeres han salido en España del gueto de pobreza creativa en el que permanecieron durante décadas, cosa que no ocurre en otros países, donde es una forma de expresión escénica que goza de una gran consideración, como los otros géneros teatrales.
Titirimundi se celebra entre el 17 de mayo y el 17 de junio y el Centro Dramático Nacional (CDN), acoge en el teatro María Guerrero, varios espectáculos a precios asequibles. Algunos llegan de Segovia donde este festival, que se celebra desde hace 26 años, concluye mañana. El CDN tiene una exquisita selección que inicia Poli Dégaine, de La Pendue (Francia), con dos marionetistas, un poco locos, y el títere más célebre del mundo, Policinella, quien se niega a interrumpir su siesta y se lía a mamporros con los que tratan de impedírselo, incluidos el diablo y la muerte, de la que se ríe en sus narices. Todo acaba teniendo una coherencia desternillante y barroca.
Los húngaros Mikropódium, traen Sopt y sus micromarionetas, de técnica innovadora e historias conmovedoras de escasos minutos de duración. Inventores de una nueva forma de expresión teatral, la compañía bosnio-peruana, Hugo e Inés, que arrasan por donde van por su excepcional creatividad, ofrecen Cuentos pequeños II, con estrambóticos personajes creados con manos, pies, rodillas o el vientre.
La Chana, grupo español al mejor nivel, ofrece Vulgarcito, dramatización muy libre del cuento Epaminondas, y Entre diluvios (este para adultos), donde se analizan con sarcasmo y a través de pasajes bíblicos, conflictos humanos fundamentales. No son espectaculares por su técnica, sino por su inteligencia y su humor.
Para amantes del títere tradicional está Pulcinella, del italiano Salvatore Gatto, representante de los títeres de cachiporra y cuya contribución ha sido providencial para la pervivencia y revitalización de un género teatral con siglos de tradición.
La compañía holandesa Duda Paiva Puppetry and Dance combina danza moderna y títeres en El arrancacorazones, de Boris Vian, con su humor y su provocador imaginario que nos acerca a la crueldad humana.
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