Aguirre, la plusmarquista del PP

La Esperanza Aguirre más casual, enfundada en unos vaqueros, no tuvo rival ni receta ideológica alternativa contra la que desenfundar. Más lideresa que nunca, con todos los versos sueltos atados y bien atados, se proclamó ayer presidenta del Partido Popular madrileño en una votación que pareció más un mero trámite. La jefa del Gobierno regional logró un 97,2% de respaldo, frente al 96,3% del congreso de 2008.

“Me presento a mi tercera reelección porque quiero un partido sin complejos, que no se resigne nunca y dé las batallas ideológicas contra los lugares comunes de la izquierda y su presunta superioridad moral... ¿Pero cómo van a ser moralmente superiores estos señores?”, encendió a una grada tan entregada como los 1.903 compromisario que le mostraron su apoyo y convirtieron en una anécdota 30 votos en blanco y 25 papeletas nulas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ya tenía decididos los componentes de la Ejecutiva regional. Algunos desde hace semanas, otros desde hace días, alguno que otro desde hacía horas. Una docena procederá del Ayuntamiento de Madrid, un síntoma de las relaciones cordiales que mantiene con la regidora, Ana Botella, que formará parte de la Ejecutiva como miembro nato en razón de su cargo. No lo fue su predecesor, Alberto Ruiz-Gallardón.

En el Comité Ejecutivo del PP de Madrid estarán también como vocales los tres tenientes de alcalde de Botella: Miguel Ángel Villanueva, Concepción Dancausa y Pedro Calvo. En lo más top del partido regional. En sintonía con la cohesión interna de una formación que celebra su congreso más armonioso. Nada que ver con el de 2004, donde Aguirre fue elegida por primera vez tras la guerra civil con Gallardón, ahora ministro de Justicia.

En vísperas del congreso de 2004, Aguirre llamó a Villanueva y a Calvo, al entonces vicealcalde, Manuel Cobo, y a las ediles Paz González y Pilar Martínez, para que estuvieran en el Comité Ejecutivo. Los cinco declinaron su ofrecimiento. Gallardón presentó una lista alternativa encabezada por el propio Cobo, que perdió la carrera al no reunir los avales necesarios. Cuatro años después, Aguirre volvió a ganar, ya sin opositores. Y anoche confirmó su poder absoluto en el PP madrileño.

Aun así, de puertas para adentro, sin embargo, no todo es tan unánime, sobre todo en relación con el modelo de familia que apoya el PP. La ponencia Comprometidos con Madrid, por ejemplo, no vinculará la “institución familiar” con el matrimonio homosexual en los términos en que lo planteaban algunas enmiendas. El texto reconoce en cambio el “apoyo a la maternidad, en definitiva, al reconocimiento de la familia como pilar del bienestar”.

Con vistas al público, sin embargo, ayer era el día de la fiesta. Se notó hasta en la banda sonora. Al ritmo de Michel Teló y su hit global Ai se eu te pego, Aguirre marcó los tiempos, recitando los elegidos que se codearán en la Ejecutiva del congreso más festivo y conciliador desde que asumió plenos poderes en octubre de 2004. “Entonces fue por una decisión personal, porque el momento no era bueno. Ese año, nuestro partido había perdido las elecciones generales, y llegó un PSOE que desde el primer momento se caracterizó por su falta de preparación para gobernar. Esto ya se sabe, pero en aquel otoño de 2004 muchos apoyaban a ese Gobierno, el más ruinoso de la historia reciente de España”, expuso la dirigente, presentada también como “la jefa”.

“Ahora, como entonces, es más necesario que nunca un partido con firmes convicciones. Quiero estar en la primera línea de defensa de nuestras ideas neoliberales, cada vez más compartidas por los jóvenes”, enfatizó antes de desvelar a todos los integrantes de la Ejecutiva. Otros nombramientos, como los del expresidente de Endesa Manuel Pizarro —exdiputado nacional y exmiembro de una anterior Ejecutiva de Aguirre, pero ahora retirado de la política activa— y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, fueron muy celebrados.

También su defensa a ultranza del vicepresidente regional, Ignacio González, el delfín elegido como secretario general, puesto que ocupa desde la caída en desgracia de Francisco Granados —que pasó el día en segundo plano— en noviembre. “Todos conocéis a Nacho de sobra. Su inteligencia política, su extraordinaria preparación jurídica y su defensa de los valores del partido y de la ciudadanía le hacen especialmente preparado para secretario general”. “Todas esas campañas insidiosas que se han sucedido sobre Ignacio jamás han logrado encontrar nada en la trayectoria de Nacho, un político ejemplar e intachable. Le considero el mejor para ostentar la secretaría general”. González ha sido sometido a diligencias policiales previas centradas en su patrimonio.

Fue la única nota discordante en un cónclave que cerró filas a la búlgara, con todas las ponencias y votaciones aprobadas con mayorías de ciencia-ficción. El informe de gestión, presentado por González, contó con una abstención. El resto fueron síes. “Este es sin duda el congreso más calmado e integrador. Como dice el dicho, todos a una como en Fuenteovejuna”, cierran en Génova y la Puerta del Sol sobre los guiños de complicidad tendidos con el Palacio de Cibeles. Una muestra más del poder absoluto de Aguirre y su capacidad de movilización.