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PILOTA

Cuando la veteranía es un grado

Álvaro y Tino se enfrentan en la final del Circuit Bancaixa de ‘pilota’

Álvaro durante una partida
Álvaro durante una partidaTANIA CASTRO

La final de pilota del Circuit Bancaixa de este año, que arranca a mediodía de este domingo en el trinquet Pelayo con una serie al mejor de tres partidas, es un asunto de veteranos. Álvaro, de 38 años, integrante del equipo de Dénia con Salva y Herrera, comparece por octava vez en esta cita, las mismas que Tino (41 años), el punter del equipo de Valencia que completan Fageca y Javi y que jugó su primera final hace dos décadas.

 Álvaro y Tino ganaron juntos la de hace 10 años, pero el de Faura no ha vuelto a saborear la victoria en esta competición. El primero no ha jugado esta final desde 2002 y el segundo desde 2007, así que, con su edad, ambos se enfrentan a la que tal vez sea su última posibilidad de conseguir el trofeo.

Álvaro, que ya suma 11 títulos individuales y tres Circuits, suele contestar “haciéndome mayor” cuando se le pregunta cómo está, pero él y su equipo llegan en un buen estado físico tras eliminar en una gran partida de desempate a Santi II y Dani por 60-35 después de dos enfrentamientos anteriores muy equilibrados que finalizaron 60-50. Además, Salva tiene la experiencia de los títulos que ganó en 2009 y 2010 con Genovés II, y el joven Herrera ha ido cogiendo confianza conforme avanzaba la competición. Tan bien han llegado que Álvaro se muestra convencido: “Cuanto más larga sea la partida, mejor para nosotros”. Y adelanta su estrategia: “Intentar enviar la pilota entre Tino y Javi para que el bote obligue a entrar a Fageca”.

Ambos viven la que podría ser su última posibilidad de ganar el trofeo

Lo dice porque su intención es desbordar a Javi, un mitger de dos metros con unos brazos interminables. “Es capaz de ponerte a la defensiva tras devolver por bajo una pelota que tú le habías enviado atacándole”, según Álvaro. En todo caso, Fageca se ha mostrado muy seguro en el dau y el rebote. Delante de ambos estará Tino, que parece haber caído en la marmita de la eterna juventud y es capaz de resolver por sí mismo tirando de su experiencia como colocador y feridor. “Está claro que ambos equipos somos los que mejor hemos llegado al final de la competición, pero hasta que no empieza la final no sabes cómo estás”, dice en una conversación telefónica que mantiene a la puerta del casal de su falla con un ruido ensordecedor. A pesar de sus 41 años y ocho finales, está convencido de que se le pondrá “la piel de gallina con Pelayo a rebosar porque cuesta mucho llegar a la final y todavía más ganarla”. De su resto, que sustituyó al lesionado Colau, dice que “tiene muy claro lo que le toca hacer”. Y espera que la potencia de la volea de Javi sea definitiva.

Frediesport, que tiene en nómina a los jugadores profesionales, no ha permitido que ningún finalista jugara desde las semifinales. Y no hay favorito.

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