_
_
_
_
CIRCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Genuino y candeal

El Cirque Tzigane aterriza en el Price con un espectáculo impulsado por una orquestina zíngara y por la cantante rumana Delia Moldovan

Javier Vallejo
Uno de los números del Romanès Cirque Tzigane.
Uno de los números del Romanès Cirque Tzigane.

A imagen de la vida gitana, fluyendo sin cálculo ni previsión, este espectáculo de Alexandre Romanès, tataranieto de un italiano que abandonó su próspero comercio textil para unirse a una domadora zíngara. El Cirque Tzigane tiene el genuino sabor nómada de los minúsculos circos familiares de mediados del siglo XX, donde nos sentábamos apretujados en banquitos de madera. Para acomodarse en su carpa de 18 metros de diámetro, donde cabrán 250 espectadores, hay que atravesar una pista alfombrada del tamaño de un salón, en la cual una orquestina zíngara fantástica y la familia Romanès jalean cada número como un cuadro flamenco jalea a su bailaor. En París son un fenómeno de referencia. Aquí, actúan en el enorme Circo Price, pero acaban contagiando su energía a todo el graderío.

ROMANÈS CIRQUE TZIGANE

Dirección artística: Alesandre Romanès. Cantante: Delia Romanès. Intérpretes: Iván Radev, Laura de Lagillardaie, Olivier Brandicourt, Quentin Brevet, Rose Reine, Aline, Claudiu. Músicos: Costobita, Ionut, Costica, Dangealas y Gigel. Teatro Circo Price. Del 9 al 25 de marzo.

Tzigane es el circo poético por derecho, es decir, sin talleres ni diseño, de raíz callejera, donde nos sentimos como en casa de unos anfitriones cuya hospitalidad agradecemos aplaudiendo su buena voluntad tanto como sus méritos. Y para confirmar esta sensación hogareña, al final, las mujeres sacan a la pista unos bandejones llenos de buñuelos recién fritos, cuyo aroma nos llegaba ya varios números atrás. Entre estos, hay un par sobresaliente, del malabarista excéntrico Quentin Brevet, alarife de geometrías efímeras asimétricas y extravagantes, electrón suelto entre una nube de pelotas en órbita perfecta. Jonas Beauvais, malabarista con mazas, despierta la general simpatía combinando su mirada de niño travieso pillado in fraganti y una sonrisa perenne, con la que parece estar pidiendo por anticipado que se le disculpe la posibilidad de que sus habilidades no lleguen a complacernos lo suficiente. Ariadna Gilabert emula a Julio Salinas en la cuerda lisa: nos tiene en vilo todo el rato, pero remata siempre la faena.

El espectáculo entero conserva el latido primario del circo inaugural

El espectáculo entero, cosido por una música festiva arrolladora, que iguala en carácter números de verdadero mérito con otros ingenuos de toda ingenuidad, conserva el latido primario del circo inaugural, y su autenticidad. El público devuelve entusiasmo por entusiasmo, da palmas a compás sin que se lo pidan y acaba comulgando con todo. Pero la próxima vez, por favor, sírvannos al Tzigane, o al Ô Cirque y demás compañías de raíz, en su salsa, es decir, en sus carpitas, donde tanto mejor saben, e instálenlas dentro del Price, si caben, o en el recinto ferial de la Casa de Campo, que tan infraaprovechado está.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_