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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Oportunidad

De seguir por esta misma senda los acontecimientos no es de extrañar que al PP se le tuerzan las cosas y todo lo invertido se le vuelva en contra

Juan José Cortés, el padre de Mariluz, vio frustradas sus aspiraciones después de estar involucrado en una reyerta familiar en Huelva. Su partido, el PP, optó por no incluirlo en lista alguna. Se encuentra a la espera de una segunda oportunidad. Dice que su objetivo es contribuir a modificar las leyes para mejorar la justicia y que todo su peso caiga sobre los culpables de delitos cuyas víctimas son menores de edad, como es el caso de su hija. Pero ese loable fin no ha impedido que ponga en marcha su propio proyecto religioso y que se meta de lleno en el cuerpo a cuerpo de la política convirtiéndose en un activo colaborador electoral del PP, hasta el punto de que se erigió en el mejor cartel para llegar a determinados colectivos hasta entonces vedados para el discurso popular. Ahora espera —de momento, pacientemente— su rehabilitación ante su partido al que tan excelentes servicios viene prestando. Mientras tanto, es invitado a todos los congresos, reuniones y demás saraos, compartiendo estrellato con los máximos dirigentes del PP y con otro protagonista destacado, Antonio del Castillo, el padre de Marta, víctima, igualmente, de un homicidio que conmovió al país. De su indignación por la fallida resolución de este caso, que es compartida por todos, ha pasado a una abierta beligerancia con los responsables policiales por el trabajo que realizaron. No conforme con ello, Del Castillo ha deslizado, incluso, que determinados factores políticos han influido en este asunto, sin descifrar cuáles. Claro que tal animadversión a la política no le ha impedido compartir fotos y actos con el PP y lo que queda aún por ver. Por ahora, sólo el SUP se ha atrevido hacerle frente advirtiendo que sus ataques al comisario Piedrabuena, que llevó la investigación, rayan en la difamación. Obsérvese cómo este cualificado profesional solo ha sido respaldado por un sindicato, y no por las autoridades de turno que siguen destinando enormes recursos públicos en la desesperada búsqueda del cuerpo de la chica. Pero el tiempo pasa, y de seguir por esta misma senda los acontecimientos no es de extrañar que al PP se le tuerzan las cosas y todo lo invertido se le vuelva en contra. Por lo pronto, de estos episodios están saliendo malparadas la justicia, la Policía y todo el que se ponga por delante. Ahí está José María Sánchez de Puerta, el letrado de José Bretón, encarcelado por la desaparición de sus dos hijos. Poco menos que fue zarandeado por un exaltado público que aguardaba en los juzgados de Córdoba cuando acudía a defender a su patrocinado. Puede que dentro de poco este caso también entre en la misma dinámica de manipulación política.

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