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DEPORTES

“A los entrenadores les saco la sangre”

Manuel Llorente, presidente del Valencia, ha reducido la deuda en 200 millones y ha marcado una velocidad de crucero al club en el campo y en los despachos

Manuel Llorente, presidente del Valencia, sostiene una camista del club
Manuel Llorente, presidente del Valencia, sostiene una camista del clubTANIA CASTRO

El hombre que ha sacado al Valencia de un agujero negro esquiva decir su edad por coquetería. En dos años y medio, Manuel Llorente ha reducido la deuda del club en 200 millones (ahora es de 360). El Valencia mantiene una velocidad de crucero tanto en el campo como en los despachos. La entrevista, en dos encuentros, se cerró con un Llorente muy relajado en la segunda parte tras haber estado tenso en la primera. Siempre alerta y obsesionado en mejorar, Llorente cena en los desplazamientos con el equipo para que no se le escape ningún detalle.

Pregunta. ¿De dónde le viene su espíritu estajanovista?

Respuesta. Me eduqué en el colegio de huérfanos de la Guardia Civil, en Madrid, donde había una fuerte competitividad para obtener buenas notas que te permitieran seguir estudiando. Y de los empresarios con los que he trabajado, sobre todo Juan Roig [dueño de Mercadona], que imprime una gran capacidad de trabajo. El sector de la distribución te marca: lo que no vendes hoy no lo puedes vender mañana; en el fútbol pasa lo mismo: el gol que no metes hoy, no lo puedes meter mañana.

P. ¿Se quedó huérfano?

R. Sí, mi padre, teniente de la Guardia Civil, murió cuando yo tenía seis años, y mi madre cuando tenía nueve. Estuve interno en el colegio en Madrid y volvía de vacaciones a la casa de mis abuelos maternos, en Benetússer [Valencia].

P. ¿Qué estudió?

Tuve muy buena relación con Cañizares, Ayala, Pellegrino...

R. Económicas, en Madrid.

P. ¿Y sus hijos?

R. Natalia, de 27 años, es veterinaria en una universidad de Berlín; Manolo, de 26, es economista, y Luis, de 18, ha acabado el Bachiller en inglés.

P. ¿Es cierto que va apagando las luces de las oficinas?

R. No, hago lo que haría en mi casa. Si salgo de una habitación, apago la luz. Si voy a comer, no me tomo café, copa y puro porque en casa tampoco los tomaría. Y a los que vienen conmigo les pregunto: ‘¿En casa te lo tomarías?’ Pues aquí tampoco.

P. ¿Tiene otras pasiones fuera del fútbol?

R. La mecánica. Tuve un 600 y le cambiaba todas las piezas. Ahora tengo un Seat Excel.

P. ¿Qué cine le gusta?

R. Cuando estudiaba me gustaba reírme con las comedias italianas de Alberto Sordi o las españolas de Alfredo Landa. Ahora, el fútbol me absorbe las 24 horas.

P. ¿Su último capricho?

R. Una sala de cine en casa donde vimos la final del Mundial de Sudáfrica.

P. ¿De qué equipo era de pequeño?

Tengo que exigirle al entrenador porque no puedo saltármelo

R. Del Valencia. Mi colegio estaba cerca del Bernabéu e iba al campo cuando venía el Valencia. Llovía siempre. Recuerdo a Guillot, un extremo, y a Di Stéfano. Y a Pesudo asomándose por la ventanilla del autobús.

P. ¿Jugó al fútbol?

R. Sí, en el colegio, de portero o de mediocentro.

P. ¿Admira a los jugadores?

R. Sí, porque tienen que sacrificarse mucho para estar en la élite. Tuve muy buena relación con Cañizares, Ayala, Pellegrino, Mendieta… ahora Piojo López me llama de vez en cuando y me dice: ‘Fícheme’. Era una época en que aquí teníamos una oposición muy dura y estos jugadores salieron adelante. También aprendí mucho de las charlas con Zubizarreta.

P. ¿Y a los entrenadores?

R. Aprendí de todos: de Luis Aragonés, de Cúper, de Ranieri, de Benítez… Hay que sacarles el máximo jugo. Les saco la sangre porque tienen un gran desgaste y mucha presión, pero también ganan mucho. Tengo que exigirle al entrenador porque no puedo saltármelo e ir directamente a los jugadores. Pero a los jugadores, a menudo sobreprotegidos, también les pido el máximo.

P. ¿Tiene problemas con los entrenadores? Ya se llevó mal con Benítez…

R. Nunca me he llevado mal con Benítez, lo que sucedió fue que él quiso rescindir el contrato un año antes de acabarlo. Tenemos que ser exigentes igual que la afición lo es con nosotros. Emery tiene mucho reconocimiento.

P. Del presupuesto de 110 millones, ¿cuánto va destinado al pago de la plantilla?

R. Llegó a ser del 110%, ahora es del 78% y debería ser del 70%.

P. ¿Hay un tope salarial?

R. No, el que más gana tiene que ser el más valioso, reconocido así por los compañeros. El entrenador no es el que más cobra.

Se confundió el sector del fútbol con el sector inmobiliario

P. Pero sí el que más responsabilidad tiene…

R. Más tengo yo.

P. ¿Es el único presidente profesional [cobra unos 350.000 euros anuales]?

R. No, casi todos cobran. Aquí asumimos en la presidencia el cargo de director general y el de consejero delegado.

P. ¿Cuánto paga el club de intereses anuales?

R. 14 millones. Hemos equilibrado la cuenta de resultados desde que llegamos, en junio de 2009. Ya no tenemos que pedir créditos para financiar las pérdidas.

P. ¿Sigue algún modelo de gestión?

R. Lo somos nosotros saneando el club y consiguiendo el máximo rendimiento deportivo para nuestro presupuesto en comparación con los 480 del Madrid y Barça. Cuando pasamos de Utiel, donde el análisis no es tan apasionado, así se nos reconoce. Es un club respetado y reconocido.

P. ¿Es fácil reducir la deuda vendiendo a los mejores jugadores?

También aprendí mucho de las charlas con Zubizarreta

R. No. El Valencia ha tenido la suerte de tener buenos jugadores, pero a ellos los hacen importantes los clubes. Hemos sabido aprovechar el momento en el mercado. Esos jugadores han ayudado, pero también hemos mantenido un nivel deportivo incluso más alto. El más difícil de vender fue Mata, porque estaba muy identificado y lo queríamos mucho. Pero hubiera sido irresponsable no venderlo. Villa también fue una necesidad y difícil.

P. ¿Cuántos aficionados tiene el Valencia?

R. Dos millones.

P. Sin oposición ni crítica interna, ¿es peligroso que usted acumule demasiado poder?

R. No somos conscientes de ningún poder. La oposición es que cada domingo tenemos un examen. La afición es la propietaria del club y la que tiene poder. No ha llegado ningún gran inversor.

P. El poder es del aficionado, pero es una empresa privada.

R. El poder político lo marca el electorado cada cuatro años. Nosotros, cada 15 días, tenemos un examen en Mestalla con todas las consecuencias ante nuestros jefes.

P. ¿Lo pasa mal en el campo?

R. Sí, lo paso mal, solo disfruto cuando ganamos 3-0. El otro día en el Calderón [0-0] ante el Atlético, sabía que era un partido para marcar tendencia, como la batalla de Navas de Tolosa en la Reconquista, porque es un rival muy parecido en todo a nosotros. Sufrí mucho.

P. ¿Cómo será el estadio nuevo?

R. Las obras empezarán en junio y, a partir de ahí, 18 meses para terminarlo. Tendrá cubierta, 70.000 espectadores, aparcamiento, un museo interactivo… Y se van a mover 150 millones.

P. El Valencia estuvo muy entregado al PP, ¿sigue estándolo?

R. El club tiene que respetar a las instituciones, pero a quien tiene que agradar es a sus jefes, los aficionados. Es un club plural.

P. ¿Y la política de grandes eventos?

R. Ha hecho mucho por que Valencia haya trascendido en el mundo.

P. ¿Cómo combatiría la crisis?

El Valencia habría desparecido sin la ampliación

R. Con la cultura del esfuerzo y del trabajo, como el lema del Valencia Bàsquet. Hemos corrido demasiado y tenemos que parar. El Valencia está saliendo de su crisis y todos debemos esforzarnos más.

P. Al aliarse con el Madrid y el Barça en el reparto de los derechos televisivos, ¿ha contribuido al estatu quo?

R. Me gustaría que supieran cuánto cobran el Barça o el Madrid por sus camisetas, ¿por qué? Porque siempre están en los medios.

P. ¿Volverá a competir el Valencia con ellos?

R. Creo que sí, ahora mismo el Madrid y el Barça tienen entrenadores muy fuertes que compiten mucho entre ellos y se olvidan del resto.

P. ¿Viene de la escuela de Mercadona?

R. Vengo de la escuela de la vida. Hace mucho que no estoy en Mercadona. Es una empresa modelo, un espejo sobre todo en el sector de la distribución. Mi relación con Juan Roig es buena y con Fernando [presidente del Villarreal] también. Con Paco no tengo relación.

P. ¿Hubo un saqueo del Valencia por parte del anterior consejo?

R. No, se confundió el sector del fútbol con el sector inmobiliario.

P. ¿Por qué no ha explicado su acuerdo con Bankia [la entidad bancaria se queda con los terrenos de Mestalla y la explotación del terciario del nuevo estadio a cambio de saldar la deuda de 250 millones]?

R. Porque todavía no está terminado. Estamos hablando con las instituciones, después con los accionistas y todo tiene su camino.

P. ¿Qué salió mal en la ampliación de capital de 94 millones [solo se ha completado un tercio]?

R. Nada. La ampliación era de una cantidad muy grande y el club lo requería. El Valencia habría desaparecido sin ella y sin el apoyo de las instituciones. En 2008-09, este club perdió 70 millones, y en 2007-08, otros 70. Las pérdidas eran galopantes. Desde que está este consejo, en las dos temporadas terminadas, ha habido beneficios.

P. ¿Cómo le explica a los entrenadores del fútbol 7, que cobran 500 euros, la indemnización de 1.200.000 al ejecutivo Javier Gómez?

R. Se ha pagado una cantidad mucho menor [unos 600.000]. El club ha cumplido rigurosamente con un contrato. En el tiempo de ahorro de aquí a junio [de su sueldo, unos 350.000], ya se recupera un tercio de su finiquito. Cuanto antes tomas la decisión, el coste es menor para el club. Es un hombre de valía que ha contribuido a la ampliación de capital.

P. ¿Cree en la cantera?

R. La cantera persigue un objetivo social además de subir jugadores. Cuando entré se pagaban unos sueldos altísimos [un jugador, Montoro, todavía cobra 500.000] y hemos bajado el presupuesto de ocho millones y pico a seis y medio. Aun así hemos sacado muchos jugadores: Bernat, Isco, Alcácer, Guaita, Jordi Alba…

P. Sus quejas del árbitro el miércoles pasado, en la ida ante el Barça, sonaron a victimismo.

R. No somos víctimas, en el club está prohibido hablar de los árbitros, solo de aquello que podamos mejorar nosotros… pero algo tan evidente [como la mano de Pinto en la ida].

P. ¿Tiene alguna opción el Valencia ante el Barça?

R. Tenemos un buen equipo, buenos jugadores y mucha ilusión. Si estás bien económicamente, puedes ser campeón. De lo contrario, es imposible. Hoy hemos cambiado los colchones de los chavales en la residencia, y hace unos meses, a raíz de la lesión de Canales, compramos una máquina por 35.000 euros para correr sin fuerza de gravedad y facilitar la recuperación de las roturas de ligamentos de rodilla. No escatimamos en medios físicos y queremos que todos los trabajadores pongan sus medios mentales.

 

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