“Mi ciclo político está agotado, esto es un epílogo”

Para Xosé Manuel Beiras (Santiago de Compostela, 1936) es fundamental que el Bloque “recupere a la militancia desactivada”. “No es que vaya a haber desbandada”, opina, “es que ya la ha habido estos años. Tenemos que hacer que vuelvan”.

Pregunta. ¿Debe el BNG corregir su rumbo ideológico?

Respuesta. Lo que debe hacer el Bloque como cuerpo colectivo organizado políticamente es asumir lo que llamamos refundación y regeneración de un nuevo proyecto común, la llave maestra del avance del BNG entre 1985 y el dos mil y pico.

P. ¿Que signfica “refundación y regeneración”?

“Hay que derrocar el pensamiento único que se ha instaurado en el Bloque”

R. Refundar es recuperar el proyecto estratégico-político: un proyecto de emancipación de la soberanía nacional que transcienda el marco constitucional y autónomico, sin menoscabo de participar en las instituciones, y un proyecto rotundamente de izquierdas pero asumible por una mayoría social. La regeneración es recuperar el BNG como frente plural, con democracia horizontal y decisiones de abajo arriba. Y derrocar el pensamiento único que se ha instaurado en la organización y según el cual el que discrepa es criminalizado.

P. Los textos previos muestran más cercanía ideológica entre su corriente y Alternativa pola Unidade que con Máis Galiza, pero han pactado con estos.

R. La práctica de la UPG y de su espacio de influencia contradice eso. Hablan de que su documento encierra una autocrítica, pero el giro es en el papel y el obstruccionismo continúa. La distancia entre nosotros y Máis Galiza existe y, sin embargo, el texto acordado asume los contenidos del Encontro Irmandiño y deja a un lado lo que nos separaba. Para empezar, concordamos en que esta no es una asamblea ordinaria. Este ejercicio de pacto demuestra que somos capaces de poner de acuerdo a sectores diferentes. Ese es, precisamente, el proyecto inicial del BNG.

P. Usted es crítico con la deriva de la forma partido. ¿Qué hará contra ello si resulta elegido?

R. Esa deriva ha ocurrido menos en el nacionalismo gallego, que siempre ha sido atípico. Que en el BNG confluyan diferentes visiones es sano, pero cuando un grupo intenta dominar, los otros se convierten en lobby y la vida interna deviene en una competición constante. Eso no pueder ser, hay que recuperar el BNG de los inicios.

P. Después de la dura lectura que ha realizado en los últimos años de la actuación del Bloque, ¿se imaginaba de candidato?

R. Ni lo imaginaba, ni lo pretendía. Tampoco nadie imaginaba este acuerdo. Pero acepté por la presión de los militantes, muchos de ellos no adscritos a ninguna corriente, para que hubiese un acuerdo. Yo considero que mi ciclo político está agotado y que esto es un epílogo. No pretendo ser presidente de la Xunta [ríe] ni perpetuarme como portavoz, sino abrir vías para que emerjan nuevos liderazgos. Y no me refiero solo a Martiño Noriega, sino a una Paula Veraz, a una Concha Trigo que no es tan joven pero es una mujer valiosísima, a una Sandra González o a una Yolanda de Ourense.

P. ¿Tienen posibilidades de vencer en la asamblea?

R. Creo que sí, aunque no sea tan optimista como otros por que haya 5.000 inscritos. Habrá que ver cuántos ha metido el aparato. En todo caso, ganar la asamblea no soluciona nada: es solo el comienzo de un proceso.