Botella inicia el año con los sin techo

"Me gustaría, con todo el respeto, mandar un mensaje de ánimo a los que aquí están: no desesperen, intenten salir adelante. El centro les servirá para recuperar la confianza en sí mismos", ha dicho esta mañana la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, a los sin techo del centro de acogida San Isidro, que ha visitado esta mañana. Es el más antiguo de Madrid, con 266 plazas para personas sin hogar y Botella lo conoce bien de sus cuatro años como delegada de Servicios Sociales, de los que ha dicho que guarda "un especial recuerdo".

"No se me ocurre mejor forma de arrancar el año como alcaldesa que en este centro", ha afirmado Botella, que ha aprovechado para entregar el relevo de los servicios sociales a su nueva responsable, Dolores Navarro, que asume el cargo en lugar de Concepción Dancausa, que pasa a ocupar una de las concejalías clave, Hacienda.

Botella, que está almorzando hoy con los líderes de la patronal madrileña y los sindicatos UGT y CC OO, ha ido saludando una por una a las personas que pasaban la mañana en el centro, incluso ante las prisas de responsables, asesores y periodistas se ha detenido a hablar un ratito con todos. Una de las empleadas decía: "A Gallardón, con lo que me gustaba, nunca lo vi".

En uno de los talleres han confeccionado un árbol de los deseos: "Quiero que venga a verme mi familia", "Quiero un lápiz y un cuaderno", "Quiero fumar un paquete de Davidoff", "Quiero que haya paz en el mundo". La alcaldesa ha escrito el suyo: "Que seáis todos muy felices".

El portavoz del grupo municipal socialista, Jaime Lissavetzky, se ha alegrado de que Botella haya visitado un centro de acogida municipal y "pise la calle", al contrario de lo que hacía a su juicio su antecesor, y le ha exigido que considere las políticas sociales como una "prioridad" para la capital, informa Efe. En este sentido, la subrayado que los Presupuestos de Madrid para 2012 reflejan una importante reducción de las partidas dedicadas a este área y que el PP rechazó las enmiendas del PSOE, que proponían reasignar unos 33 millones y medio de euros a gasto social.