Olores de Moby Dick
Humor y nostalgia se unen en la ruta del mago que traza un recorrido por tabernas de aire antiguo, cines en versión original, teatros familiares y trayectos en Metro
1. Viena Café (Martín de los Heros, 33). Es un café Viena que tiene el encanto de que todavía está decorado muy a laantigua. Es una reminiscencia de las entrañables y bellísimas cafeteríasvienesas. Aquí he tenido reuniones con familia, he celebrado cumpleños, me hereunido con amigos. Es un sitio en el que me encuentro como en una casa.
2. Templo de Debod. La cultura egipciasiempre me ha encantado y cuando lo trajeron aquí piedra a piedra yo lo ibaviendo construir poquito a poquito. Cuando era chiquitillo lo que había ahí eraun campo de gimnasia y era donde nos traían del colegio a hacer gimnasia, hacíaun frío horroroso. Antes y ahora es donde se ve el mejor atardecer de Madridcon esa terracita que da al parque del Oeste.
3. Entrevinos. Es una pequeña taberna, alestilo de las antiguas de Madrid. Estña en la calle Ferraz. Ahí me tomo losvinitos y las copitas. Su dueño siempre te cuenta las maravillas que tiene. Sonpoquitos platos los que hacen pero exquisitos. Es el sitio donde acabamos todoslos magos de todo el mundo (40 ó 50 cartomagos) después de nuestras reunionesen El Escorial haciéndonos magia los unos a los otros con el vinito por medio.
Madrileño del 42
Un tipo mítico que duerme de día y trabaja de noche, como los murciélagos, porque tiene un gen, “el mismo gen” que tenía su madre: “lo tiene mi hija Ana y lo tiene una de mis nietas. No puedes dormir hasta que sale el sol”. Vuelve ahora al Teatro Marquina (de miércoles a domingo hasta el 8 de enero).
4. Loscines en versión original. Antiguamente, cuando yo me dedicaba al cine, nosllamábamos la escuela de Argüelles. Sonel conjunto de salas que hay alrededor de la Plaza de España (Renoir, Golem,Princesa) y que tienen la cosa esa ineludible para mí de que las películas hayque verlas en su propia lengua. Aparte de que tienen una selección de películasque en las salas comerciales no se pueden ver.
5. Puerta del Sol. Queda bien paletoelegir este sitio como uno de los favoritos pero por eso me gusta. Fueprecisamente en la esquina con la calle Mayor donde con 16 años me reuní porprimera vez con magos. Yo llevaba ya varios años leyendo libros de magia perono sabía que había reuniones de magos. Era una sociedad de magos en la que noadmitían a nadie menor de 20 años. Quise tirarme al tren porque me faltabancuatro años todavía (la eternidad multiplicada por dos), pero me hice amigo de uno de ellos y mecolaba de extranjis. Y, por otro lado, hoy tiene ya la magia de los indignadosy su espíritu de lucha e ilusión. Hay que luchar.
6. Plaza de la Moncloa. No la que hayahora frente al intercambiador, sino la que había antes que era un descampadograndísimo al que íbamos a jugar. Pero es que recuerdo que un día ocurrió algoincreíble: trajeron a la ballena Moby Dick, de 30 metros, dentro de una carpaenorme y oliendo fatal. Todo Madrid fue a verla mientras unos hombres seencaramaban al enorme cetáceo y le inyectaban unas jeringuillas gigantes paraque se conservaba porque era de verdad.
7. Lalínea Goya-Argüelles. Era la que yo hacía de pequeño para ir al colegiodurante nueve o diez años. Y de tanto ir y venir, me aburría, y me aprendí losnombres de las estaciones al derecho y al revés: Noloc, Onarres, Zeuqzalev,Ayog... Tengo una gran nostalgia del metro de Madrid. Me gustaría poder ir más,pero cuando voy casi siempre me empiezan a decir cosas y bromas…
8. Teatro Marquina (Prim, 11). Es unteatro chiquitito en el que nos sentimos como en casa. Llevo toda mi vidaactuando ahí y me permiten actuar a lo largo del año y adaptar las funciones,que es lo máximo a lo que un artista puede aspirar, a programarse susespectáculos.
9. El salón de mi casa. Le llamo el cuartode la magia. Es el sitio en que están colocadas todas las barajas que he usadoy tienen algún sabor y algún recuerdo especial para mí, en estanterías ycajones. Allí trabajo cada noche, seis o siete horas, es mi taller de trabajo,de creatividad y de ideas.
10. Escuela de magia Ana Tamariz. Es unlugar increíble. Lo lleva mi hija y está lleno de aprendices de magos y magas,cada vez hay más magas. Yo voy de vez en cuando a darme una vuelta y, cuandoquieren, a dar alguna clase. Muchos de los grandes magos han salido de allí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.