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Un paseo por la historia de la sonrisa en el arte

Laboratorios Lacer celebra en el Museo Nacional del Prado ‘El arte de sonreír’, una visión a través de una selección de obras pictóricas que muestra la evolución de la salud bucodental a lo largo del tiempo.

Prado Museum
Rob Wilson (Getty Images/iStockphoto)

La sonrisa es una carta de presentación, el gesto con el que nos mostramos al mundo. Cada vez que nos hacemos una foto, automáticamente adoptamos esa costumbre que culturalmente asociamos con cordialidad, felicidad o disfrute. Sin embargo, esta manera de representarnos ante los demás ha cambiado a lo largo de la historia, y está directamente relacionada con la salud dental. Una forma de apreciar esta evolución es fijarse en la historia del arte, que nos muestra cómo la sonrisa ha ido abriéndose paso a lo largo del tiempo.

Para celebrar su aniversario, Laboratorios Lacer, dedicados desde hace más de 50 años al cuidado de la salud bucodental, ha creado El arte de sonreír, un evento en el Museo Nacional del Prado en el que se muestra a través de la cultura y la historia la representación de la sonrisa, poniéndola en contexto en relación a la higiene oral de cada periodo a través de los comentarios del doctor en Medicina y Cirugía Francisco Javier Sanz Serrulla y la doctora María Jesus Pardo Monedero.

La percepción social de un gesto

El arte de sonreír, un encuentro para periodistas, autoridades y organizaciones vinculados a la salud oral, muestra la representación del arte de las costumbres y características de cada época relacionadas con ese gesto cotidiano. Una de las creencias más extendidas apunta a que las representaciones pictóricas eludían mostrar la sonrisa debido a que la salud bucodental no empezó a ser una prioridad hasta el siglo XX, punto que el profesor de arte y escritor Nicholas Jeeves matiza en su libro La seriedad y la sonrisa. En realidad, apunta Jeeves, unos dientes defectuosos eran algo tan habitual que no se consideraba como un motivo de vergüenza.

Estatua de Velázquez en el exterior del Museo del Prado.
Estatua de Velázquez en el exterior del Museo del Prado.Takashi Images (Shutterstock / Takashi Images)

En el recorrido, los expertos explicaron otros motivos por los cuales la sonrisa fue una suerte esquiva durante buena parte de la historia del arte. Así, por ejemplo, apuntaron a una percepción social de este gesto distinta: en el siglo XVII, este gesto estaba relacionado con clases bajas, mientras que los estratos pudientes de la sociedad preferían ser representados de una forma menos expresiva. Otro factor que incidió en la manera en la que la sonrisa se plasmaba en el arte fue la dificultad técnica de captar una expresión, más aún cuando los protagonistas de un retrato debían posar durante largos periodos de tiempo.

Entre las obras incluidas en el recorrido hubo paradas para la Mona Lisa, la copia de la Gioconda más temprana conocida hasta el momento, Las meninas de Velázquez, con sutil sonrisa de Margarita como foco, o el retrato de Maria Luisa de Parma, esposa de Carlos IV, que firmó Goya, y en el que se aprecia que la monarca perdió prácticamente todos sus dientes a causa de los numerosos embarazos. El recorrido también incluyó otra obra célebre: El sacamuelas, de Leonardo Alenza y Nieto, muestra de las arcaicas prácticas del siglo XIX, con utensilios como tenazas y martillos utilizados para la extracción de dientes.

En el recorrido también se apuntó lo que el historiador Colin Jones explicó en su libro Smile revolution sobre la percepción de la sonrisa: no fue hasta el siglo XVIII, y en especial a través del arte francés, cuando comenzó a considerarse una muestra de relajación apta para ser mostrada a través de la pintura, más tarde popularizada con la llegada en el siglo XIX de la fotografía y, más tarde, del cinematógrafo.

Cuidar la sonrisa

En 1949, Laboratorios Lacer comenzó su andadura en el campo de la salud bucodental. Primero fue un pequeño laboratorio, con menos de 20 empleados, que desarrollaba un producto llamado pasta dentífrico-vacuna Lacer. Era un momento en el que las materias primas eran escasas y el equipamiento aún no estaba muy desarrollado, pero la compañía prosperó al mismo tiempo que el cuidado de la boca se iba instaurando como una necesidad más dentro del campo de la salud.

Los primeros laboratorios de Lacer en Barcelona, en la década de 1950.
Los primeros laboratorios de Lacer en Barcelona, en la década de 1950.

En la actualidad, Laboratorios Lacer exporta a más de 15 países en tres continentes y es una referencia en productos de higiene dental. La investigación y el desarrollo científico sigue siendo una de sus prioridades, de manera que el cuidado bucodental siga avanzando y, con él, el bienestar de las personas.

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