Hay historias imperecederas en las que el mito y la verdad se comunican, como demuestran los casos de la ciudad homérica, el rostro del héroe griego o el cráneo del escritor romano
En el mundo heroico de duelos singulares y brutales choques, descrito por Homero en sus épicos poemas, también hay espacio para movimientos más oblicuos como la mentira y el engaño.