Doctora en filosofía por la Universidad de Oxford, es profesora en el Instituto de Ética e Inteligencia Artificial e investigadora en Hertford College en esa misma universidad. Es autora de 'Privacidad es poder. Datos, vigilancia y libertad en la era digital' (Debate).
La preocupación de que la tecnología pueda degradar nuestras capacidades cognitivas no es nueva y merece la pena preguntarse si una mayor automatización provocará una pérdida de conocimientos especializados
Tomarle la palabra a un programa informático como LaMDA y pensar que es sensible es similar a construir un espejo y pensar que un gemelo al otro lado está viviendo una vida paralela a la tuya
¿Por qué hay tantas esperanzas puestas en esta tecnología? Será porque nos gusta ser optimistas. Pero la mayoría de los algoritmos se implementan con un objetivo muy simple: ahorrar o ganar más dinero
Trasladar cualquier actividad al mundo digital es convertirla en datos, crear un registro, poner etiquetas y hacerlo rastreable, por eso es necesario proteger espacios de privacidad analógica
El Tercer Reich utilizó información aportada por los ciudadanos para sentenciarlos a muerte. ‘Ideas’ adelanta un extracto de ‘Privacidad es poder’, de la investigadora hispanomexicana Carissa Véliz
No avanzaremos si el futuro digital perpetúa los errores del pasado. Si por cada euro que se invierte en nuevos algoritmos se invirtiera otro en regulación, habría más razones para ser optimistas sobre el porvenir