La cámara o la vida
Instagram es todavía, a efectos de empleados, una pequeña empresa de San Francisco. Pequeña y reciente, la fundaron hace ocho meses Yosyp Shvab y Kevin Systrom, un licenciado de Stanford de la promoción de 2006 que ha trabajado como desarrollador en Google y que ahora ejerce de máximo ejecutivo y cara visible. Hoy, contándoles a ellos dos, son cuatro empleados en total.
En principio, tampoco parecía que fuera a hacer falta más. Era simplemente una aplicación fotográfica para iPhone. De esas hay otras muchas, solo que ellos la organizaron como una red social. Una especie de Twitter fotográfico, con seguidores y gente a la que sigues. Tan sencillo que la misma definición de cara al cliente no ocupa ni un párrafo: "Una manera divertida y peculiar de compartir tu vida con amigos a través de una serie de imágenes. Toma una foto y elige un filtro para transformar la apariencia de la foto y mantener esa memoria para siempre".
Cosas que hacen especiales a Instagram: es gratuita y llegó en el momento en que Facebook y Twitter habían acostumbrado a la gente a documentar todos los momentos del día, pero careciendo de una herramienta sencilla para ello. Pero quizá su cualidad más importante sean las mismas imágenes que se obtienen: "Hace que todo el mundo parezca un artista", dice Philippe González, que lleva desde Madrid instagramers, uno de los blogs que han surgido a rebufo del éxito de la aplicación. "Los filtros de Instagram dan unas texturas muy particulares a las fotografías. Cualquiera parece un buen fotógrafo", explica González. Por supuesto que hay retratos en Instagram, pero es un lugar donde un disparo casual al papel de la pared, la cola del gato o una alcantarilla resultan visualmente tan atractivos que pocos se resisten a compartirlos.
No hace falta ir muy lejos para conocer aficionados a Instagram. Pregunte a su alrededor al poseedor más cercano de un iPhone. Solo de ese teléfono, o de cualquier aparato de Apple con cámara que funcione con IOS (no existe aún esa aplicación para Android u otro sistema operativo, como no hay una web oficial para almacenar las fotos). España es el séptimo país del mundo en número de usuarios, asegura González, que organiza quedadas por medio del blog.
Con todas estas limitaciones, el éxito ha sido asombroso. En ocho meses, la compañía ha conseguido cinco millones de usuarios. Y la progresión se está acelerando. Se habla de un crecimiento mensual de un millón de personas. Ya han superado los cien millones de fotos, lo que a Flickr le llevó dos años, a un impresionante ritmo de 860.000 imágenes al día. Las últimas noticias hablan de que han recaudado inversiones por valor de 7,5 millones de dólares. Y ofertas de compra no les faltan.
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