Siete preguntas ‘meridianas’ a Magalí Arriola
La curadora y crítica de arte mexicana comparte lo más destacado de Meridians, el sector más monumental dentro de Art Basel Miami Beach, que inauguró y coordina desde hace cinco años
Cada diciembre las coordenadas del arte se reajustan para que su meridano cero pase por Miami Beach, una ciudad balneario que nadie hubiera apostado a que sería uno de sus epicentros hace poco más de dos décadas. Es la semana de Miami Art Week y más de veinte ferias, miles de galerías, colecciones de arte e instituciones, y más de 80,000 visitantes gravitan entorno a la energía centrípeta que genera Art Basel Miami Beach, la versión americana (y americanizada) de la prestigiosa feria suiza, una actividad que también se traduce en un impacto económico anual de alrededor de 500 millones de dólares para esta región.
“Desde que se concibió la feria de Art Basel Miami Beach fue con vistas a abrirse a un diálogo más amplio y establecer una relación más estrecha entre lo que llaman en Estados Unidos las Américas. Ese ha sido un punto medular de esta feria: haberse enfocado en establecer relaciones entre el norte y el sur del continente”, explica Magalí Arriola, curadora del sector Meridians, el pabellón dedicado a las obras a gran escala, instalaciones monumentales, pinturas y performances. “El nombre de Meridians de hecho viene de ahí, alude a las líneas meridianas que unen al norte del planeta con el sur. Esa es una de las características más marcadas del perfil de esta feria”, añade.
Arriola, quien tiene una gran trayectoria internacional como crítico de arte y curadora independiente ha tenido una relevante carrera dentro de instituciones mexicanas como el Museo de Arte Carrillo Gil (1997-2000), la Fundación Jumex Arte Contemporáneo (2011-2014), y en estos momentos es directora del Museo Tamayo Arte Contemporáneo del que fue su curadora jefe del 2009 al 2011, nos compartió en una plática exprés una valoración del sector que ella coordina y de estos cinco años de trabajo en Art Basel Miami Beach, así como sus recomendaciones de algunas obras que se exhiben en esta edición que no debes perderte.
1. ¿Cómo surgió Meridians y qué te decidió a aceptar esa posición?
El sector está basado en uno que existe en Basel, que se llama este Unlimited. Es un sector que tiene las mismas características, piezas de gran formato, y Art Basel quiso replicarlo dentro del contexto de la feria de Miami Beach. Me hicieron la invitación para que me hiciera cargo y lanzarlo de la mano con ellos en 2019. Lo que me decidió es que Art Basel es, como sabemos, la feria más importante de arte a nivel global, con un enorme reconocimiento y un gran poder de convocatoria. Este es un sector que, al arrancar, tenía que posicionarse y era un reto grandísimo; pero me parecía que valía muchísimo la pena, más aún porque yo nunca había trabajado a esta escala. La oferta llegó antes de que yo empezara a dirigir el Museo Tamayo, y acepté inmediatamente porque representaba también una oportunidad única para trabajar con un amplio abanico de artistas y galerías.
Otra cosa es que me permite —y casi te diría que me obliga— a mirar una serie de propuestas que cuando trabajas en una institución no forzosamente tienes en la mira. Esa es la parte más gratificante, el que me da la oportunidad de descubrir distintas perspectivas en el arte.
2. ¿Qué papel juegan los espacios comisariados dentro de las ferias de arte internacionales?
Creo que este tipo de espacios han funcionado muy bien para darle otro tipo de articulación a las ferias, como también han funcionado en ese sentido, por ejemplo, los espacios dedicados a conferencias y charlas, que complementan lo que presentan las galerías en cada uno de los stands. Son como una especie como de pausa mental para el visitante. Y por visitante entiendo tanto el público en general como a un público especializado. Tendemos a asociar las ferias únicamente con el mercado y el coleccionismo, lo cual es cierto, pero no son solo eso. Son también la oportunidad para los profesionales que trabaja en instituciones, para los artistas, para los estudiantes en arte, por ejemplo, de acceder a propuestas globales que no siempre es fácil conocer y experimentar de primera mano.
En ese sentido, los espacios curados contribuyen a mostrar una amplitud de propuestas artísticas mediadas por la perspectiva de un curador. Esta una capa más que se le agrega al diálogo con la propia práctica de los artistas. No es un filtro, no creo que el papel del curador sea filtrar al llevar a cabo una selección para establecer; se trata más bien de una suerte de acompañamiento, una mediación [entre el artista y el espectador]. Esto, me parece, es una parte medular en el trabajo que hacemos los curadores.
3. Este año tienes bajo tu supervisión alrededor 19 proyectos, ¿cómo es el proceso de selección?
Es un proceso muy largo, que parte de una convocatoria abierta a las galerías que participan en la feria. Muchas de las galerías aplican con artistas y proyectos que les interesa mostrar y que responden a los requerimientos del sector, al tiempo que yo establezco un diálogo con estas y otras más a las que invito a aplicar con cierto artista o con determinadas obras que, por ejemplo, pude haber encontrado en algún otro contexto, y que me parece que son pertinentes para el perfil del sector. Sin embargo, son muchos los factores que determinan si una pieza, un artista o una galería están en condiciones de participar porque —como en otros contextos— existen una serie de coyunturas como el que una pieza esté disponible o el que la agenda del artista le permita elaborar un proyecto nuevo. Una vez que tenemos el conjunto de aplicaciones, los presento ante el comité de selección quien, tras un diálogo intenso en el que yo participo, es quien lleva a cabo la votación.
4. Mirando en retrospectiva tu trabajo de cinco años, ¿qué proyectos de los que has exhibido te han parecido imprescindibles?
El primer año exhibimos Pinwheel (1977), un performance muy temprano de Tina Girouard, una artista norteamericana que ya falleció. Muy cercana a Gordon Matta-Clark, trabajó también con el movimiento Pattern and Decoration y desarrolló una práctica realmente interesante. Este performance que presentamos fue muy clave para reposicionar su trabajo. También exhibimos el primer año una pieza multicanal espectacular de Isaac Julien sobre Lina Bo Bardi [Lina Bo Bardi-A Marvellous Entanglement]. Era una videoinstalación con nueve pantallas que revisaba la vida y obra de la arquitecta brasileña. Otro proyecto que para mi fue un descubrimiento fue la pintura monumental de Maxwell Alexandre, un artista brasileño que ya circulaba en la escena local y que yo desconocía. El año pasado exhibimos a rafa esparza, un artista de Los Ángeles que presentó su performance [Corpo RanfLA: Terra Cruiser] en el que transforma su cuerpo en un low rider, estos coches modificados tan centrales para la cultura chicana. Concibió una estructura montada sobre un aparato de caballito mecánico para niños, de esos que se activan por 25 centavos, dentro de la cual él se introducía e invitaba a personas del público a cabalgarlo, al tiempo que escuchaban un texto sobre temas identitarios y raciales. Otra pieza indispensable es la obra Birth (1984) de Judy Chicago que exhibimos también el año pasado, de su serie sobre la maternidad, que coincidió con la cancelación de una gran parte de los derechos de las mujeres al aborto en Estados Unidos. Otra gran artista que para mí fue un descubrimiento, es Jacqueline de Jong [Meridians exhibió su tela monumental pintada por ambos lados The backside of existence (1992)] una de las contadísimas artistas que trabajó con los situacionistas y luego desarrolló su propia vena pictórica.
@kozmicflowerwisdom Been wanting to see this! Corpo RanfLA: Terra Cruiser. h0m3, from rafa esparza with Karla Ekatherine Canseco @elrafaesparza ASCO Next Gen Pop Up Exhibition @asanisimasafilms #asco #asconextgen #lowriderbike #losangeles #rafaesparza #artandculture #interactiveart #popupexhibition #chicanoart #ranfla ♬ original sound - Diosa Liliflor
5. Cuéntame alguna anécdota gratificante de tu trabajo en ABMB
Pues el trabajo de Tina Girouard que te mencionaba anteriormente lo descubrí en Meridians. Fue una obra que me impactó mucho, y empecé a investigar más sobre la artista. Resulta que fue la primera mujer que expuso en el Museo Tamayo en México [en 1983]. Es algo completamente anecdótico, pero me parece muy importante.
6. Si tuvieras que escoger tres proyectos que los visitantes no deben perderse en el sector Meridians este año, ¿cuáles serían?
Estoy muy contenta con la selección de este año. Pero una obra que me parece imprescindible es el de Ja’Tovia Gary, una artista afroamericana con un trabajo muy potente y original que toca temas muy relevantes en la actualidad. The Bluest Eyes (Los ojos más azules) es una videoinstalación basada en una novela de Toni Morrison de 1970 sobre la relación de una niña afroamericana con el canon de belleza de las personas blancas. Es un tema que se ha tratado bastante pero creo que la manera en que Gary lo ha abordado va a dar mucho de qué hablar.
También está Eric N. Mack con una obra muy sólida. Es una pieza que se desenvuelve en el espacio tridimensional, una suerte de instalación que echa mano de ropa y telas recicladas, pero que concibe como una derivación de la pintura. Mack a través de su práctica está repensando cómo se articulan distintos géneros artísticos, y la manera en que otras manifestaciones culturales, como por ejemplo la moda, informan también al arte contemporáneo.
Luego, te diría que a diferencia de otros años, hay muchas piezas de artistas históricos, lo cual me parece también que abre un diálogo muy interesante. Te mencionaría tres o cuatro. Hay dos pinturas monumentales de dos artistas norteamericanos, Alan Shields y Lee Mullican, un inflable gigante del artista coreano Seung-taek Lee, y también está Alfredo Ramos Martínez, un boceto de uno de sus murales en Scripps College en California.
7. ¿A través de los años has visto que predomine algún género o práctica sobre otras?
Creo que ha variado mucho a lo largo de los años. En la primera edición de Meridians había de todo un poco. Los siguientes años predominó la pintura, pero creo que fue un fenómeno que se dio en general en la escena artística, y Meridians es un sector que siempre responde a producción de los artistas. Este año de nuevo tenemos proyectos de formatos muy diversos. En términos generales hemos buscado darle mucho más presencia al performance que es una de las prácticas que en este contexto no es siempre fácil mostrar debido la limitada capacidad de atención de la gente, el ruido y la distracción visual que existe en una feria. Pero creo que ha funcionado bien y le ha dado otra dimensión a Meridians. Así que es otro punto positivo.