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Recuperación económica y reestructuración de la deuda: lo que está en juego en las elecciones venezolanas

Para los venezolanos, la transparencia y el orden de sus comicios pudiera acercarlos a una normalidad económica. Para los mercados, representa una atractiva oportunidad de ganancias

Isabella Cota

Las elecciones venezolanas de este domingo se han convertido en una atractiva apuesta para Wall Street. Por primera vez en 25 años, existe la posibilidad de que se produzca un relevo en el poder y que Nicolás Maduro ceda la presidencia a la oposición, lo cual abriría la puerta a una recuperación del colapso económico de la última década. Con ello, el Gobierno pudiera negociar la reestructuración de los más de 150.000 millones de dólares en bonos de deuda que cotizan en los mercados. La apuesta no es apta para cardiacos, pero promete grandes réditos a los ganadores.

Un país que fue potencia petrolera mundial, Venezuela sufrió una caída de su Producto Interno Bruto (PIB) de 80% entre 2014 y 2020, presionado por un declive en la empresa del Estado, años de expropiaciones que secaron la inversión privada, incompetencia en el manejo de las finanzas públicas, entre otros factores. Sanciones por parte de Estados Unidos exacerbaron la crisis económica y el país latinoamericano eventualmente incumplió en el pago de su deuda internacional, la cual hoy suma unos 154.000 millones de dólares en bonos, según un estimado de Bloomberg.

En esos años, la Administración de Maduro celebró varias elecciones en las que no permitió la participación de observadores internacionales. Las cosas ahora son distintas. Con la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, EE UU y Europa comenzaron a buscar fuentes alternativas al gas natural y crudo ruso. De repente, suavizar la relación con Venezuela se volvió más importante y Maduro tomó nota. Este domingo, su Gobierno permitirá que un pequeño grupo de observadores estadounidenses del Centro Carter sea testigo de los comicios, lo que pudiera sumarle legitimidad. Si Maduro resulta ganador, los Gobiernos extranjeros se sentirán más cómodos comprando petróleo venezolano cuyos réditos van a parar a las arcas públicas.

Al mismo tiempo, el panorama político interno cambió. Una oposición que en el pasado se había dividido, hoy camina unida detrás de su líder María Corina Machado. Inhabilitada por el Gobierno para presentarse como candidata, Machado ha respaldado a Edmundo González, quien lleva 20 puntos de ventaja frente a Maduro, de acuerdo con algunas encuestas. Analistas anticipan que, al haber permitido elecciones más transparentes, le será más difícil a Maduro negar (o, incluso, ocultar) los resultados si no le favorecen.

Este giro en la trama ha llamado la atención de inversionistas extranjeros. Según datos del banco de inversión británico Barclays, los bonos soberanos y de la empresa paraestatal, Petróleos de Venezuela (PDVSA), han incrementado significativamente de precio, reflejando una mayor demanda. “En las últimas semanas la probabilidad de cambio o la percepción de los mercados sobre la probabilidad de cambio, ha venido aumentando”, asegura el economista especializado en Latinoamérica en el banco Alejandro Arreaza, “de acuerdo con las valuaciones, las probabilidades de una transición pasaron de 20% a 30%” muy rápidamente.

Aún sin que gane la oposición, el mercado está contemplando que un proceso electoral más ordenado y transparente pudiera llevar a “algún tipo de normalización de las relaciones diplomáticas entre entre Venezuela y EE UU que pudiese dar un espacio para algún tipo de recuperación económica”, explica el economista, “ese es un escenario que yo personalmente no descarto, pero que veo difícil”.

Para los venezolanos, las elecciones llegan en un momento en que la economía ha experimentado algunas, aunque insuficientes, mejoras. El Gobierno ha permitido una dolarización de facto y ha restringido el crédito bancario para controlar la inflación (después de años de fuertes espirales en las que el ingreso de las familias se desvanecía en a penas unos días). Un par de licencias extraordinarias le ha permitido a un puñado de empresas extranjeras operar pequeños proyecos petroleros, lo que está generando rentas en dólares. Oganismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han anunciado que Venezuela es el país que verá un mayor crecimiento económico en la región este año, alrededor del 4% del PIB.

Pero la recuperación ha sido parcial, cuenta Arreaza. La capital y los centros urbanos se han beneficiado por la dolarización, pero las poblaciones de tamaño medio en áreas rurales no han visto los mismo beneficios. “Y si te fijas en cómo ha sido la campaña electoral, es precisamente en esas zonas es donde la oposición le ha estado yendo mejor”, señala el especialista.

Un reporte del centro de investigación y análisis estadounidense Center for Economic and Policy Research (CEPR) propone un punto de vista más cauteloso. A” pocos días de la votación, la mayor parte de la preocupación internacional se ha centrado en si Maduro aceptará o no los resultados (suponiendo que pierda)”, escribió el analista Jake Johnston, “pero igualmente peligrosa es la suposición de que la única forma de que gane es mediante un fraude masivo. La realidad es que es poco probable que ninguno de los dos bandos, cada uno con críticas legítimas sobre la imparcialidad de la votación, acepte los resultados si no son favorables”.

Para los inversionistas, estar en el lado correcto de la apuesta implicará grandes pérididas o ganancias. Para los venezolanos, más que el resultado final, lo importante será que los comicios sean vistos como legítimos, explica Asdrúbal Oliveros, economista y director de la firma consultora Ecoanalítica.

“Lo más importante es si la elección será reconocida o no por la comunidad internacional. De ser así, Venezuela puede empezar un camino donde se dé un desmontaje de las sanciones, el acceso a recursos, una reestrcutración de su deuda, renegociar con organismos multilaterales y de esta manera generar una senda de crecimiento sostenida que permita recuperar la calidad de la vida de la gente”.

Las multilaterales han sido muy cuidadosas de no hablar de cómo apoyarían a un gobierno nuevo en Venezuela, dice Arreaza, de Barclays, " pero sí tienen planes, al menos para lo que sería el primer año. Se habla de unos 8.000 millones de dólares que pudiesen ser necesarios para programas de transferencia, atender temas de electricidad, agua, aquellos servicios públicos que están en situaciones más críticas. Si esta economía comienza a crecer a tasas altas, vas a encontrar cuellos de botella que necesitas solventar”.

Desde el extranjero, los mercados seguirán atentos los resultados de este domingo. “La discusión que existe en el mercado es en torno a la pregunta ¿quien pudiese tener más voluntad de pago, un gobierno de oposición o Maduro? Es una discusión bastante subjetiva, pero lo que es objetivo es la capacidad de pago”, concluye Arreaza.


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Sobre la firma

Isabella Cota
Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.
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