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Los líderes indígenas de Brasil piden apoyo al presidente Pedro Sánchez para proteger sus tierras y el medio ambiente

El jefe del Gobierno español anuncia financiación para dos proyectos que reforzarán la vigilancia y la gestión sostenible de las reservas

Pedro Sánchez
El presidente Sánchez, rodeado de Joenia Wapichana (izquierda), presidenta de la Funai, y de la diputada Célia Xakriabá, este miércoles en Brasilia.André Coelho (EFE)

Los indígenas de Brasil son una pequeña minoría extremadamente bien organizada y con un peso político muy por encima de su peso demográfico. El presidente español, Pedro Sánchez, ha visitado este miércoles el Memorial de los Pueblos Indígenas, en Brasilia, para escuchar de primera mano los anhelos y demandas de este colectivo que supone menos del 1% de la población pero juega un papel crucial para proteger la selva tropical y mitigar con ello el cambio climático. Sánchez ha anunciado que la línea de apoyo a los indígenas que desarrolla la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) financiará por primera vez dos proyectos en Brasil.

Tras reunirse y almorzar con Lula, Sánchez ha visitado a los presidentes de la Cámara de Diputados, del Senado, ante los que ha recalcado que la defensa de los valores democráticos es uno de los pilares del. progreso social. Y ha visitado una exposición de los estragos causados en el asalto a las sedes de los tres poderes en enero de. 2023.

El Memorial de los Pueblos Indígenas recibe al visitante con un humilde cartel que le recuerda: “12.000 años en esta tierra”. La visita comienza con una exhibición de. espectaculares tocados de plumas que dan idea de la rica diversidad de este colectivo.

La llegada al poder de Luiz Inácio Lula da Silva hace poco más de un año supuso para los indígenas de Brasil el fin de la oscura etapa Bolsonaro. El mandatario de ultraderecha dio a alas a los que depredan la selva, quería legalizar la explotación comercial de los minerales de las tierras indígenas y cumplió su promesa de no demarcar un solo centímetro de tierra. Por eso, la victoria de Lula fue para ellos un bálsamo. Y además tuvo el gesto de crear un Ministerio de los Pueblos Indígenas y nombrar a una indígena para dirigirlo, Sonia Guajajara. Colocó a otra nativa, Joenia Wapichana, al la Funai, la fundación oficial para proteger a los indígenas. El actual presidente también ha creado seis nuevas reservas, muchas menos de las que los indígenas demandan.

Esta misma tarde varios de los interlocutores del presidente le han insistido en la importancia capital de que las tierras que aún siguen asentados los pueblos originarios requieren protección legal para defenderse de los constantes ataques que sufren de furtivos de toda índole y ante la expansión del sector agropecuario. Uno de ellos ha llegado a decir que el principal enemigo de los indígenas es ahora mismo el Congreso, donde los aliados de Bolsonaro son mayoría.

También han recalcado que su diversidad. El 1,7 millón de indígenas pertenecen a 266 pueblos y hablan 160 lenguas. En la actualidad defienden sus derechos a bordo de motos con teléfonos por satélite o con argumentos jurídicos ante el Tribunal Supremo.

Uno de los proyectos que España va a financiar, denominado Morîîpe Upastakon Yamoinonpa (Cuidando bien nuestra tierra), dará apoyo al Consejo Indígena del Estado de Roraima que aglutina a 465 comunidades en 10 millones de hectáreas. La idea es reforzar el trabajo que realizan como agentes de seguridad de los propios indígenas, brigadistas, etcétera. El otro financiará proyectos de la Funai para formar a los nativos en la gestión ambientalmente sostenible de sus propios territorios a partir de los saberes ancestrales que han pasado de generación en generación.

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