El convenio entre Repsol y la Federación Peruana de Fútbol agita a los ecologistas
La empresa que causó el mayor desastre ecológico de la historia en Lima y Callao patrocinará a la selección nacional
Cuando el humorista gráfico Carlos Lavida vio el logo de la empresa Repsol en la camiseta de la selección peruana pensó que era un montaje, una noticia falsa entre tantas otras. Le bastaron unos clics para comprobar que era cierto. Que aquel 31 de agosto, en una conferencia de prensa, en la Villa Deportiva Nacional, la Federación Peruana de Fútbol (FPF) presentó con bombos y platillos a Repsol como el auspiciador oficial del equipo que representa al país, a tan solo unos días del arranque de las Eliminatorias Sudamericanas. Un año y medio atrás, la multinacional española fue la responsable del que es considerado el “peor desastre ecológico que ha afectado al mar peruano en su historia reciente”, al derramar sobre el litoral 11.900 barriles de petróleo.
Indignado, Lavida cogió un lápiz y boceteó a un futbolista de la selección con los brazos estirados y la camiseta blanquirroja levantada, tapándose la cara y mostrando un pingüino manchado de petróleo. Más que el éxtasis por la celebración de un gol, el ilustrador dice haber elegido esa pose para enfatizar la vergüenza que supone que una empresa cuestionada por haber causado la muerte de 1.852 animales silvestres y dejar sin trabajo a alrededor de 11.000 trabajadores, entre pescadores y comerciantes, sea la imagen de lo único que pudo unir fugazmente al Perú: clasificar a una Copa del Mundo después de 36 años, en Rusia 2018. “Ha sido muy maquiavélico de su parte. Auspiciar a la selección es como auspiciar al cebiche o a Machu Picchu. Es una publicidad que pretende limpiarles la cara y la mala reputación que han sembrado, porque la camiseta es casi un símbolo patrio. Ahora los hinchas tendrán sentimientos encontrados: este acuerdo les produce cólera, pero a la vez no pueden dejar de querer a la selección”, explica Carlos Lavida.
El PAÍS solicitó una entrevista a Repsol y a la Federación Peruana de Fútbol, pero solo la empresa envió unos párrafos con su respuesta. Repsol sostiene que “se han hecho responsables de los efectos del derrame de petróleo” e insisten en que la zona afectada “cumple desde hace meses con los estándares de calidad ambiental”. Dicen que a lo largo de las últimas tres décadas “han invertido de manera intensiva en diversos programas sociales” y que este convenio con las selecciones nacionales, “con especial énfasis en las selecciones femeninas y de menores, es parte de un portafolio de proyectos que busca lograr un cambio a favor de la equidad de género y la igualdad de oportunidades”.
La presentación del convenio contó con la participación de Juan Reynoso, el entrenador de la selección masculina de mayores que debutará este jueves en las Eliminatorias frente a Paraguay, así como José del Solar, director de la Unidad Técnica de Menores; y la brasileña Emily Lima, entrenadora de la selección femenina. Todos tuvieron palabras elogiosas hacia Repsol, en especial, Agustín Lozano, presidente de la FPF, quien a través de un video se refirió a la petrolera como “una empresa de prestigio nacional” y destacó que se trata de “una alianza estratégica”. “Qué importante para nosotros es celebrar este momento (…) Gracias, Repsol, por confiar en esta tu casa, la Federación Peruana de Fútbol”, dijo.
La compañía que opera en el Perú desde 1995 ha informado de que impulsará a todas las selecciones nacionales, masculinas y femeninas, y que se centrará en la captación y desarrollo de los nuevos talentos. Su logo no irá estampado en la camiseta cuando la Blanquirroja compita, pero sí figurará en eventos, conferencias de prensa y artículos de utilería. Ello es suficiente para que algunos especialistas consideren que este patrocinio encaja en el Sport Washing, una estrategia para salvar una reputación dañada, valiéndose del deporte. En este caso el fútbol, el que despierta más pasiones y paraliza a un país hambriento de alegrías.
Según el último informe del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), todavía existen 19 zonas que presentan restos de hidrocarburo por el derrame del crudo. Los distritos más afectados de Lima son Ventanilla, Santa Rosa, Aucallama, Ancón y Chancay. Sus pescadores artesanales no pueden salir a pescar desde el fatídico 15 de enero de 2022. Y si bien han recibido una compensación económica de parte de Repsol, que promedia los 70.000 soles (19.000 dólares) por el 2022, la indemnización de este 2023 aún está en suspenso. Por eso en la víspera del partido ante Paraguay, alrededor de mil pescadores marcharon hasta los exteriores del Congreso.
“Lo que está haciendo Repsol es una burla. Están manchando la pelota. No podemos permitir que una empresa extranjera que ha malogrado nuestros mares pueda llevarse un aplauso de fama gracias a la selección peruana. No lo acepto. Es increíble que nadie diga nada”, reclama, con impotencia, Juan Cabezas Morales, presidente de la Confederación de Pescadores Artesanales de Chancay, gremio que cuenta con 500 asociados.
Para Alejandro Chirinos, director de CooperAcción, ONG que ha seguido el caso, Repsol tiene varias deudas pendientes con la población. La principal: no haber explicado aún hoy, a veinte meses de la tragedia, de qué manera recuperarán el ecosistema. “Ellos repiten que han gastado millones en trabajos de limpieza, pero lo cierto es que son superficiales. Los estudios pronostican que la afectación permanecerá entre seis y diez años. Firman un convenio con la Federación Peruana de Fútbol, cuando tranquilamente podrían destinar ese dinero a la restitución ambiental”, cuestiona. El plazo final para que Repsol presente su plan de remediación del daño ecológico vencerá en octubre.
A Chirinos le sorprende el silencio generalizado de la prensa local, así como la escasa consciencia de la clase dirigencial que ha permitido este patrocinio. “En otro país sería un escándalo. Una cosa es auspiciar a un club y otra muy distinta a una selección. Se sabe que el Federación Peruana de Fútbol es un órgano autónomo y privado, pero no por eso vas a consentir este aprovechamiento en un momento clave como lo son las eliminatorias. Es una lavada de cara, una jugada artera”, detalla.
María Cecilia Villegas, CEO de Capitalismo Consciente, un movimiento vinculado a las empresas privadas, señala que “es inaceptable que la clase empresarial no haya levantado la voz para mostrar su rechazo” y, además, es enfática al señalar a Agustín Lozano, el mandamás de la institución que gobierna el fútbol peruano. “Estamos hablando de alguien que está siendo investigado por la Fiscalía por presuntamente liderar una organización criminal y por enriquecimiento ilícito”, anota. En julio pasado, la ministra del Ambiente, Alvina Ruiz, denunció que Repsol solo ha pagado el 3% (780.000 dólares) de las multas que se le han impuesto. La empresa, sin embargo, la refutó, diciendo que en realidad ha desembolsado el 10%.
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