Paola Arias, la ingeniera que coordina el capítulo de agua de los reportes de cambio climático más importantes del mundo

A finales de noviembre pasado, Paola Arias (Medellín, 46 años) viajó a París para participar en un encuentro con cerca de 600 científicos y expertos de numerosos países con el fin de planear el séptimo ciclo de reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). “Voy a estar a cargo de dirigir la organización del capítulo sobre agua, junto con una italiana y un surafricano. Es un rol más de liderazgo”, dice Arias.

En la capital francesa, los expertos empezaron a tejer la delicada telaraña que une los capítulos de cada reporte, así como el reporte realizado por cada uno de los tres grupos de trabajo: el grupo uno, se enfoca en los aspectos físicos del clima y de la crisis climática; el dos en los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad; y el tres, en las estrategias de mitigación. Cada capítulo está a cargo de unas 20 personas, que se reúnen para organizar la escritura. Sin embargo, en Francia también habrá encuentros con los 600 autores para coordinar el proceso y evitar la duplicación de esfuerzos. “Los capítulos no son universos independientes”, explica Arias. Están interconectados, igual que los fenómenos de la naturaleza que analizan.

Ella conoce muy bien ese escenario y sabe de la titánica tarea de investigación y filigrana que tienen por delante para escribir y publicar un nuevo ciclo de reportes que condense los exhaustivos informes sobre el cambio climático que, desde 1988, proporcionan la información científica, técnica y socioeconómica más actualizada y relevante sobre este fenómeno. Por esa labor, el IPCC fue galardonado con el Nobel de Paz, en 2007.

Un año después Arias se convirtió en la primera mujer colombiana en entrar al IPCC. Había participado en el Grupo de Trabajo 1 como una de las autoras del capítulo sobre el ciclo del agua y como una de las editoras del informe ‘Síntesis del sexto ciclo de reportes’. En esta nueva edición, participa en el mismo grupo de trabajo, pero como coordinadora.

De ingeniera civil a experta en cambio climático

Arias creció en Medellín en un ambiente académico. En su familia había varios profesores universitarios, entre ellos, su madre, ingeniera química especializada en el estudio de la calidad del aire. Desde pequeña le inculcaron la importancia de estudiar y la motivaron a enamorarse por aprender. Para la familia de su padre, la educación había significado la oportunidad de salir de la pobreza. “Mi abuela me decía: ‘Polita, estudie, prepárese’. Ellos dos habían sido artistas dedicados a la decoración de santos e iglesias. Mi abuela era del municipio de Campamento (Antioquia) y mi abuelo, de La Unión (Antioquia). Ella no sabía leer; él sí, pero cosas básicas”, recuerda.

La segunda generación no solo había logrado cambiar la realidad económica de la familia, sino que también había dejado la tradición de las artes para dedicarse a las ingenierías. Arias no fue la excepción. Con 16 años entró becada a estudiar Ingeniería Civil en la Universidad Nacional, gracias a que fue una de las mejores bachilleres del país. En los primeros semestres disfrutó estudiar física y matemáticas, pero las asignaturas propias de la ingeniería civil le aburrían. “No me sentí cómoda. Me parecía una mentalidad cerrada, rígida”, dice.

En séptimo semestre comenzó a ver materias sobre los ciclos hidrológicos y el clima, y decidió encaminarse por allí. Estudió los ciclos diurnos de lluvia en Colombia e hizo parte del proyecto del Atlas Hidrológico de Antioquia. Tras graduarse, optó por una maestría en Recursos Hidráulicos con el reconocido ingeniero y científico Germán Poveda (que entre 1998 y 2015 participó en el IPCC). “Ahí empecé a estudiar temas más atmosféricos. En general, en Colombia se llegó a ese tipo de investigaciones desde la hidrología”, explica.

La beca de la maestría le exigía dictar clases. Así que, con 22 años y el cuerpo tensionado por los nervios, encontró su segunda pasión: la docencia. “Tengo espíritu de kamikaze: me comprometo a cosas, y luego me muero del susto. La noche antes de esa clase no dormí”, recuerda. Comenzó dictando Geometría Analítica y Vectorial. Luego fue migrando a clases que abordaban de manera más directa los temas de sus investigaciones: Ciencias de la Atmósfera, Introducción al Cambio Climático y, por primera vez en el segundo semestre de 2025, Introducción a la Ingeniería Ambiental. “Siento una satisfacción enorme. Me gusta preparar las clases y busco impregnarles a los estudiantes algo de la emoción que siento yo. También, explicarles la importancia de cada tema porque al principio es muy abstracto”, cuenta. Hoy, es profesora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. “Ha sido como reencontrarme con la ingeniería y poder aportar otras visiones”, añade.

Arias encontró su nicho de trabajo estudiando fenómenos hidrológicos y climáticos en Colombia y el norte de Suramérica. Su trabajo ha sido clave para ayudar a llenar los huecos de conocimiento científico sobre esa región del mundo. Ello, de paso, sirve de insumo para la investigación y escritura de los reportes del IPCC, pues este órgano científico revisa la literatura publicada. Durante su tesis de doctorado en la Universidad de Texas, Estados Unidos —de la que se graduó en 2011—, investigó los monzones de Norte y Suramérica, y más recientemente se ha enfocado en el estudio del fenómeno de los extremos combinados: “¿qué pasa cuando no solo hay sequía o días muy calientes, sino los dos al mismo tiempo? Hemos investigado particularmente los extremos compuestos de sequía y calor y su relación con los incendios, uno de los impactos del cambio climático”, dice. Para ello, han recolectado datos satelitales y realizado modelos en regiones como la Orinoquía.

Arias es una abanderada de la ciencia latinoamericana, en particular del norte de Suramérica. Sabe bien que el cambio climático no se manifiesta de la misma manera en las distintas regiones del mundo, y que fenómenos como el de las lluvias responden a procesos de escala regional. Por ello, es clave que cada vez más científicos emprendan investigaciones en estos territorios y que expertos latinoamericanos se postulen al IPCC para profundizar el conocimiento de todo el mosaico de regiones. Ella, por ejemplo, pudo asumir un rol de liderazgo en el componente regional del sexto ciclo de reportes del IPCC, hasta ahora, el que más ha ahondado en esa mirada.

Desde que hace parte de ese escenario internacional ha buscado impulsar a más colombianos a postularse al IPCC. Por primera vez, para la elaboración del séptimo ciclo de reportes fueron elegidos siete, entre las alrededor de 8.000 hojas de vida recibidas. Una noticia importante para el país.