Petro renueva su Gabinete para acelerar los resultados en el tramo final de su mandato

Tres largas semanas de crisis política en Colombia están a punto de llegar a su fin, según el propio presidente. Gustavo Petro realizó el jueves una suerte de presentación de su nuevo Gabinete. Aunque en el mismo acto aseguró que aún faltan algunos cambios, la atención se concentró en el anuncio tácito de que su vicepresidenta dejará el cargo de ministra de la Igualdad. La tensión entre el mandatario y Francia Márquez, quien se negó a presentar una renuncia protocolaria a su cartera como sí hicieron sus colegas, mantiene en vilo al país, y ya había sido uno de los focos de la sesión televisada del Consejo de Ministros que hace semanas desató el terremoto en el Ejecutivo.

Más allá de ello, sin embargo, hay una apuesta del primer mandatario de izquierdas de la Colombia contemporánea. Su mayor preocupación es la que ve como una ejecución muy limitada de su plan de Gobierno, y los ajustes a su equipo justamente buscan desatascar esa ejecución cuando queda poco más de un año para unas elecciones en las que se juega la continuidad de su proyecto político.

En la inédita reunión televisada del Gobierno, el presidente hizo énfasis en esa falta de resultados. Interpeló uno a uno a sus ministros, señaló qué porcentaje de sus promesas han cumplido y dijo que la culpa de la falta de logros era de ellos. “De 195 compromisos hechos en el Gobierno con el pueblo, se han incumplido 146, que es el 75%. Cada ministro aquí o cumple con el pueblo o hay que cambiarlo”, afirmó entonces. Su desilusión era clara, y se mantiene.

“He fallado en creer mucho en la gente que me rodea”, afirmó esta semana en entrevista con EL PAÍS. Ha hablado, de forma genérica, de estar acompañado de políticos con agendas dobles, que tienen su mirada puesta en un futuro electoral fuera de su Gobierno. “Entendí que hay gente que se quiere ir a la campaña [presidencial de 2026] y esa gente no va a trabajar a fondo en lo que yo quiero. No necesito gente con agendas dobles”, aseveró.

Más de la mitad del Gabinete es nuevo. Antes de la reunión del Consejo de Ministros, había cambiado dos carteras fundamentales: las de Exteriores y Hacienda. Luego, desde el Consejo de Ministros, entre dimisiones voluntarias y retiros definidos por el presidente, han cambiado otros ocho ministros.

Como ha explicado el mandatario en el evento de este jueves, no se trata de un ajuste político. Si en la reunión televisada criticó el que llamó sectarismo de la izquierda, en defensa de haber designado al operador político Armando Benedetti como su jefe de Despacho, tras 25 días ha argumentado que su nuevo equipo es variopinto en términos sociales, en las historias de vida y en los orígenes sociales de sus miembros, pero no en términos políticos. “Este es un Gabinete homogéneo ideológicamente”, dijo antes de resaltar que entre los elegidos está la primera mujer indígena en ocupar una cartera en la historia del país, un militar en retiro, una mujer de ascendencia libanesa, un dirigente sindical o un líder afrocolombiano.

Esa diversidad no es nueva en un Gobierno encabezado por un antiguo guerrillero, con una vicepresidenta afrocolombiana y de orígenes campesinos y humildes. Lo nuevo, según el propio Petro, es su redoblada apuesta por lograr resultados. “El nuevo Gabinete —aún no se han cambiado todos y todas las ministras— tiene que ver con unos objetivos, unas finalidades. El primero es que el programa [de Gobierno], en sus 10 puntos fundamentales, tiene que cumplirse”. Eso se concreta en cambios como el del Ministerio de Defensa, una cartera fuertemente cuestionada por el aumento de los conflictos armados en un país en el que una decena de grupos armados libran guerras locales por la economía ilegal. Allí renunció Iván Velásquez, un respetado abogado penalista que acompañaba a Petro desde el primer día de su Gobierno, y llegó Pedro Sánchez, un general de la Fuerza Aeroespacial conocido por haber liderado el televisivo rescate de los niños perdidos de la selva. Se trata del primer militar en ocupar la cartera desde la Constitución de 1991, un cambio por ello muy criticado, pero que muestra la búsqueda de resultados. También se nota ese énfasis en la ríspida y sonada salida de Márquez del ministerio de Igualdad, que cerró 2024 con tan solo el 2,4% de su presupuesto ejecutado.

La contracara de ese énfasis en la gestión ha sido, a la espera de los cambios que falten, es que el ajuste no ha ampliado la coalición de Gobierno. En su primer semestre, Petro mantuvo varios ministros moderados y el apoyo de las bancadas de partidos como el Liberal, el Conservador o La U, que le dieron las mayorías suficientes para sacar adelante una ambiciosa reforma tributaria en el Congreso. El nuevo Gabinete no ha retomado esa lógica, y concentra el peso de la posibilidad de destrabar otras reformas sociales en los hombros de Benedetti, congresista durante dos décadas y quien ha pasado por la derecha y el centro antes de recabar en la campaña presidencial de Petro. Ahora ministro del Interior en reemplazo de otro curtido excongresista Juan Fernando Cristo, el político barranquillero se ha reunido con diferentes bancadas a lo largo de los últimos días con el fin de destrabar la reforma sanitaria, la misma que fue rechazada por el Legislativo en un primer proyecto, y por esa vía dinamitó la coalición inicial. Benedetti, si logra aprobar esta y la reforma laboral, le entregará a Petro los resultados que el jefe de Estado aún no ve sobre la mesa.