Las prioridades que Petro ha aplazado por la crisis

El primer Consejo de Ministros televisado del Gobierno de Gustavo Petro, y de la historia de Colombia, tenía como prioridad discutir los decretos relacionados con la crisis humanitaria que vive desde hace tres semanas la región del Catatumbo. El objetivo era evaluar cómo estaban funcionando las normas de emergencia que ya había emitido el Ejecutivo y definir los detalles técnicos de las nuevas, prometidas desde que se declaró el estado de conmoción interior. Sin embargo, las seis horas de reunión del gabinete se consumieron en la inconformidad de varios ministros con el nombramiento de Armando Benedetti como jefe de despacho de presidencia. El presidente regañó a sus funcionarios por la baja ejecución de las promesas de campaña, habló de muchos de los problemas del país y defendió a quien fue clave para su victoria en 2022. Lo único a lo que no se refirió fue a los decretos del Catatumbo, que el país espera desde hace más de 20 días y que son fundamentales para atender a los más de 77.000 desplazados que hasta ahora ha generado la violencia en la zona fronteriza con Venezuela.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, publicó un mensaje en sus redes sociales en el que cuestiona que esas decisiones importantes se hayan postergado: “Asistí un tiempo, a pesar de la circunstancia de salud, porque fuimos convocados para discutir varios decretos de la conmoción interior del Catatumbo, que considero la prioridad del país en este momento. Lamento el cambio de agenda, la forma como se desarrolló la sesión y los enfrentamientos públicos entre funcionarios”, escribió en su cuenta de X.

El ministro, que está próximo a salir del Gobierno para buscar una candidatura presidencial en 2026, reconoció la gravedad de lo sucedido y le sugirió a sus compañeros poner la renuncia a disposición del presidente. “Tras el episodio de ayer es insostenible el gabinete cómo está conformado hoy. (...) Propongo a las y los ministros, como lo hice sin suerte hace dos semanas, que renunciemos hoy para dejar en libertad al señor Presidente de hacer los cambios que él considere necesarios para asumir los retos de la recta final de gobierno”. Hasta ahora nada de eso ha pasado. Las únicas renuncias oficiales han sido las del exministro de las culturas, las artes y los saberes, Juan David Correa, y del director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Jorge Rojas. Ni los ministros han puesto a disposición su cargo, ni Petro ha nombrado nuevas caras para integrar su gabinete. Sigue vacante el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, del que salió hace dos semanas Mauricio Lizcano.

Los decretos económicos se esperan porque Petro los anunció, como es costumbre, en su cuenta de X. Se sabe, por lo que ha dicho el ministro de Hacienda, Diego Guevara, que el objetivo con ellos es conseguir recursos adicionales retomando propuestas de la fallida reforma tributaria del semestre anterior, como la eliminación de la exención del IVA a los juegos de azar en línea, o cargas adicionales para el petróleo y el carbón. “Necesitamos buscar fuentes de recursos excepcionales que puedan ser recolectados en esta misma vigencia”, dijo el ministro en diálogo con medios de comunicación.

La viceministra Marta Juanita Villaveces fue más concreta. En una intervención en la Cámara de Representantes aseguró que a través de esos decretos buscarán más de 1 billón de pesos: el IVA en juegos de azar aportaría 519.000 millones de pesos, un impuesto de timbre lograría 330.000 millones más y las cargas a las exportaciones de petróleo y carbón otros 214.000 millones. Estos recursos deben ser destinados exclusivamente a atender la crisis en el Catatumbo, la peor en casi tres décadas. Pese a que hace dos semanas parecía que el Gobierno tenía muy claros los detalles del decreto, el presidente aún no lo ha firmado.

La otra de las prioridades del Ejecutivo que se postergó por la crisis del gabinete y que en la tarde de este viernes se descartó definitivamente, fue el avance en la reforma a la salud. El presidente ha dicho en reiteradas ocasiones que convocaría a sesiones extraordinarias a la Cámara de Representantes para que termine de aprobar el proyecto de ley que lleva dos años en el corazón de su Gobierno, y que quedaría listo para que lo estudie el Senado. En diciembre, antes del fin de las sesiones ordinarias, la plenaria aprobó 39 de sus 62 artículos, pero entre los 23 restantes quedan varios de los más debatidos y neurálgicos. De allí el deseo de tener más tiempo para su trámite legislativo.

Así lo explicó Petro el pasado 14 de enero en su cuenta de X: “Se citarán extraordinarias en el congreso para la continuación del debate de la reforma de la salud”. El ministro Cristo también dio por confirmado el hecho de que la reforma se terminaría de discutir en las semanas previas al inicio oficial de las sesiones, que por ley será el 16 de febrero. Sin embargo, en la tarde de este viernes, el presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Raúl Salamanca, anunció que no habrá sesiones extras: “El Gobierno no citará a sesiones extraordinarias. La labor de la Cámara está concentrada en la Comisión de Seguimiento de la Conmoción interior por Catatumbo”.

La convocatoria de sesiones extras depende de una decisión presidencial. El entierro de esa posibilidad refleja la incertidumbre sobre los efectos del caótico Consejo de Ministros en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, y aprieta los tiempos para que salga adelante en el Congreso la reforma social más importante del Gobierno.