La breve crisis diplomática con EE UU une a los políticos colombianos en contra de Trump, no en favor de Petro
Cabezas de todas las corrientes ideológicas rechazan las medidas anunciadas y luego suspendidas por Washington, pero los opositores acusan al presidente sudamericano de responder con “bravuconadas populistas”
El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles de 25% a los productos colombianos, tras el rechazo de Colombia de recibir dos vuelos de migrantes deportados, provocó una crisis diplomática y sacudió la política del país sudamericano. Personalidades de todas las corrientes ideológicas rechazaron la medida norteamericana por el impacto que tendrá en la economía colombiana, muy dependiente a EE UU, su mayor socio comercial. Pero exministros, expresidentes y congresistas discrepaban sobre el actuar del mandatario colombiano, Gustavo Petro, en esta crisis que parecía superada al final de la noche. Si sus aliados lo apoyaron, los opositores lo acusaron de irresponsabilidad y de haber actuado con “bravuconadas populistas”.
Más allá del presidente, el Gobierno hizo un llamado a la contención. La canciller designada, Laura Sarabia —que se espera se posesione el 1 de febrero — ha pedido “calma”. “Las vías diplomáticas y el diálogo son el camino para asegurar el trato digno de todas y todos los colombianos. Estamos en contacto continuo con el Gobierno de Estados Unidos para que el respeto mutuo y la serenidad sigan guiando en nuestras relaciones”, manifestó en X tras una jornada de acusaciones cruzadas entre Petro y Trump.
La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, evitó mencionar el choque. “Ser migrante no te hace un delincuente. Lo que está en juego es el bienestar de la gente. Debemos garantizar el regreso seguro de nuestros compatriotas a nuestro suelo”. Y apeló a diálogo: “Tanto el pueblo colombiano, como los latinoamericanos y estadounidenses merecen construir caminos de paz. Hoy más que nunca, debemos unirnos por el bienestar de nuestros pueblos”.
Pero para muchos el daño ya estaba hecho. El expresidente de derechas Iván Duque (2018-2022) calificó de “acto de tremenda irresponsabilidad” el rechazo de Petro de recibir los dos aviones deportados la madrugada del domingo con migrantes colombianos. “Estás bravuconadas populistas del gobierno Petro frente a una decisión de seguridad nacional de EE UU están desatando medidas sancionatorias cuyo costo para el país y sus ciudadanos son enormes”, señaló.
En un tono más conciliador se refirió al tema el exmandatario centrista Juan Manuel Santos (2010-2018): “Hacemos un llamado a la moderación que tanto recomendaba George Washington y al diálogo. Las relaciones entre países, especialmente entre socios cercanos como Colombia y EE UU, no pueden conducirse a base de amenazas y acusaciones”. A su vez, el liberal de izquierdas Ernesto Samper (1994-1998) ha asegurado que el trato del nuevo Gobierno estadounidense a los migrantes latinoamericanos “es inhumano e indigno”. “Desde las redadas nazis contra los judíos no se veía un tratamiento a las personas de esta naturaleza”.
La decisión de Trump ha dado munición a los detractores más enérgicos de Petro. Aunque el exmandatario Álvaro Uribe Vélez no habló sobre el tema, sus seguidores culpan de frente a la “anarquía” del Gobierno izquierdista. La congresista ultraderechista y seguidora de Trump María Fernanda Cabal exhortó al Congreso a abrir un juicio político contar el presidente: “No puede seguir el país sufriendo las consecuencias de este desastre comunista”.
Desde la izquierda, el exsenador Jorge Robledo, feroz crítico del presidente, evitó criticarlo, y en su lugar enfiló contra el mandatario norteamericano. “Inaceptable, por lo agresiva e ilegal, la decisión del presidente de EE UU, Donald Trump, de aumentarle los aranceles a Colombia y sancionar colombianos cerrándoles el ingreso”, dijo en X.
“¡Colombia es soberana!”
Los aliados del presidente Petro coinciden: en su totalidad, la culpa es de Trump. La congresista María José Pizarro, del partido de gobierno Pacto Histórico, afirmó que el mandatario solo “solicita un trato digno para sus connacionales”. “Hay quienes están dispuestos a regresar a la actitud de subordinación, esa que siglos caracterizó la política internacional, la que entregó la soberanía a costa de sus democracias, territorios y sus pueblos. ¡Colombia es soberana, Latinoamérica debe unirse! Somos las naciones de Simón Bolívar”, alegó.
Otro gran socio del presidente, el senador Iván Cepeda, argumentó que el problema no radica en que Trump aumente los aranceles o congele el proceso de visado para los colombianos. “El problema real es que el bloque de poder de extrema derecha que ha llegado a la Casa Blanca va a aplicar un modelo de supremacismo imperial que intentará someter a los gobiernos y a las sociedades latinoamericanas a sus designios”, manifestó.
En contraste, el presidente del Congreso de la República, el conservador Efraín Cepeda, pidió al Gobierno de EE UU que no evalúe a Colombia por las acciones actuales, “sino por los más de 200 años de una relación fluida”. “Colombia no puede pagar las consecuencias de un Presidente errático, irresponsable e ideologizado”. Varios partidos del Congreso, como el opositor Cambio Radical o el independiente Partido de la U, instaron a una pronta solución a la crisis diplomática y han señalado que rechazarán “las medidas unilaterales que violen los compromisos adquiridos”, en referencia al tratado de libre comercio entre ambas naciones, efectivo desde 2012.
En todo caso, ningún colombiano estaba contento con las medidas que había anunciado Trump, que además del impacto comercial también afectaba a los viajeros, quienes hubiesen sido sometidos a inspecciones más rigurosas. En las redes sociales, los internautas tampoco estaban de acuerdo. Unos presentaron casos de familias que no podrán reunirse o de vacaciones pagadas que ahora están en entredicho. Otros abogaron por la “dignidad del pueblo” e ironizaron que los “snobs” ya no podrán ir a Disney World.
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