El ultimátum de Petro a sus ministros: tienen un mes para mostrar resultados en la ejecución presupuestal

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no está conforme con los resultados de gestión de su equipo. Les ha advertido a sus ministros que si quieren quedarse en el Gabinete tienen un mes para mejorar las cifras de ejecución presupuestal —solo se había definido en qué gastar el 32,5% del dinero de inversión entre enero y julio, y el 47,4% de todo el presupuesto—. “No vamos tan rápido como el Gobierno quisiese y como el presidente ha instruido”, ha reconocido este miércoles el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, en entrevista con Blu Radio. Los jefes de las carteras de Agricultura, Transporte e Interior ya han solicitado la renuncia protocolaria de varios de sus subalternos.

Los sectores que van más lento con su ejecución son Deporte (21,5%), Agricultura (21,9%), Ambiente (22,7%), Trabajo (27,3%) y Transporte (27,4%), según datos del Portal de Transparencia Económica del Ministerio de Hacienda. Más allá de las cifras, la baja ejecución presupuestal se traduce en problemas en la asignación de subsidios, en los avances de obras de infraestructura o en el pago a empresas del sector de la salud. Según los ministros, las causas se vinculan a los obstáculos burocráticos que suelen presentarse en el primer año de una nueva administración.

Los retrasos, además, pueden producir dificultades en el presupuesto del año que viene, que contempla 502 billones de pesos (unos 122.000 millones de dólares; un incremento de 19%), ya que la regla presupuestal establece que si un sector no gasta sus recursos, se entiende que es porque no los requería o no logra usarlos. Para evitar que se acumule dinero mientras hay tantas necesidades en la sociedad, al año siguiente estos se deben dirigir a otros sectores de la administración pública.

El senador y director del Partido Conservador, Efraín Cepeda, remarcó la semana pasada que se reducirán los recursos de las carteras que no están ejecutando sus presupuestos. “Todos esperamos que los recursos públicos lleguen realmente a los colombianos. El país no está dispuesto a que se desperdicien, a que se frene el desarrollo y tengamos ineficiencia de la administración pública”, resaltó. La Comisión Tercera del Senado ya ha citado a dar explicaciones a los ministros de Hacienda, Trabajo, Transporte y Deporte.

Velasco ha admitido que los problemas pueden continuar en los próximos meses. “Uno no puede como ministro pedir recursos para su sector si no es capaz de ejecutar los que tiene”, ha comentado en sus declaraciones radiales de este miércoles. Según ha explicado, ya le ha pedido la renuncia protocolaria a sus subalternos para evaluar hacia adentro del Ministerio los avances en la ejecución. “Si toca hacer cambios, pues hay que hacerlos”, ha enfatizado. “No es un tema de vagancia, es un tema de efectividad. Uno, muchas veces, por estar atendiendo mil cosas a la vez, se olvida de cosas importantes”.

Otra de las ministras que ha solicitado renuncias protocolarias es la jefa de Agricultura, Jhenifer Mojica. Entre los afectados se encuentra el director de la Agencia Nacional de Tierras, Gerardo Vega Medina, a quien este periódico señaló el lunes por inflar los números de formalización de tierras. Justamente, las cifras de los logros del Gobierno se ven afectadas cuando la ejecución es baja.

Una crisis de Gabinete por cuenta de la lenta ejecución no sería la primera de Petro, que ha señalado en varias ocasiones que necesita ministros eficientes que trabajen “día y noche” para sacar adelante el cambio que dicen representar. Tras poco más de un año de gobierno, solo quedan siete de los 18 ministros originales; el resto ha abandonado el equipo en remezones en febrero, abril y julio. Una de las salidas más sonadas fue la de la exministra de Agricultura Cecilia López, a quien la entonces jefa de Gabinete, Laura Sarabia, le recriminó la lentitud con la que avanzaba la reforma agraria.

La incertidumbre, sin embargo, se mantendrá. El exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas comentó hace unas semanas a este periódico que existen riesgos por apurar a los funcionarios para ejecutar recursos. “La gente, ante la tentación de mostrar resultados, empieza a hacer maromas [acrobacias]. Aparecen las malas prácticas. La contratación en obras civiles, en las licitaciones, se vuelve engorrosa”, dijo. Para él, entregar subsidios de manera descontrolada es una salida fácil y peligrosa: “Es una forma rápida de darle plata a la gente, y me da la impresión de que es uno de los caminos por los que va a optar esta administración”.

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