Rodolfo Hernández asegura que el cáncer no le impedirá ser candidato de nuevo

Poco se supo de Rodolfo Hernández desde que dejó el Senado en octubre de 2022, cuatro meses después de quedar segundo en las elecciones presidenciales y tras ocupar la curul por apenas unas semanas. Los rumores indicaban que estaba muy enfermo, en especial tras la confirmación a principios de mayo de que padecía un cáncer de colon. No obstante, el ingeniero de 78 años reapareció en la noche del domingo para mandar un mensaje a quienes piensan que se morirá pronto. “Todos los políticos van a quedar mamando”, exclamó en un video en redes sociales, con su característico tono burlón. Aseguró que el tumor no le impedirá ser candidato en las elecciones regionales de octubre y hacer campaña durante 20 horas cada día: “Son tres mesecitos, no es nada”.

El empresario de la construcción y político sin partido anunció en septiembre que dejaba su curul en la cámara alta. “Es como tener a Lionel Messi de portero”, comentó en referencia a un lugar que no consideraba digno de su estatura. Sus prioridades estaban puestas en las elecciones regionales y en consolidar la Liga de Gobernantes Anticorrupción, el movimiento político por el que se lanzó a la presidencia y alcanzó una representación mínima en el Congreso. Sin embargo, estaba claro que cualquier camino estaría atravesado por procesos en la justicia. Ya entonces habían avanzado las investigaciones penales y disciplinarias por interés indebido en la celebración de contratos en un proyecto para el manejo de basuras en Bucaramanga, mientras fue alcalde, entre los años 2016 y 2019.

El exsenador tuvo que enfrentar varios reveses en los meses que siguieron. Unos audios revelaron en octubre una fuerte pelea con su ex compañera de fórmula presidencial, Marelen Castillo, por 70 millones de pesos (unos 15.500 dólares). “¿Usted me va a devolver la plata que le presté?”; “¿Quién le pagó el salario mientras usted estuvo en campaña?”, “Necesitamos plata para pagarle al partido”, son algunas de las frases de Hernández que se escuchan. En mayo, la Procuraduría lo encontró responsable por el caso de las basuras y lo sancionó a 14 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Sus abogados anunciaron que apelarían y que recurrirían al sistema interamericano de justicia, en caso de que fuera necesario.

Las intenciones de ser candidato del casi octogenario político, quien saltó de la contratación pública y privada a la política activa hace menos de una década, permanecen intactas. El excalcalde de Bucaramanga se tiene fe: “Va a ser un ataque como los de Mike Tyson [el boxeador] cuando estaba en sus años mozos, que en el primer round noqueaba [a sus rivales]”. En el video, se burla entre risas incontenibles de aquellos que lo pensaban políticamente muerto. “Todos los que están haciendo fiesta para que yo me les muera mañana o pasado mañana o antes de las elecciones... ¡más a fondo el ataque!”, exclama.

El formato elegido para reaparecer fue una entrevista controlada, que le realizaron sus asesores. Tras meses de no dar declaraciones a medios, Hernández respondió a preguntas que lo reafirmaban en el enfrentamiento con sus rivales y que le daban pie para seguir hablando contra los rumores. “Alguien me dijo por ahí: ‘¿Verdad que el viejito se murió?’. Me imagino que sus contenedores querrán que usted se muera”, le dice el entrevistador al inicio de la conversación.

La mayor parte del mensaje, de casi seis minutos, refiere al cáncer. Hernández comenta que el tratamiento incluye sesiones de quimioterapia, hacer más ejercicio físico y realizar una dieta alcalina. Además, pide a los colombianos que se hagan chequeos médicos, rechaza que una quimioterapia sea sinónimo de que “se va a morir” y se ríe de las creencias de que el tratamiento “es estar hecho un cadáver”. Asegura que los médicos le informaron que puede tener varios años de vida por delante y que el tumor tarda en desarrollarse.

La candidatura presidencial de Hernández en 2022 tomó por sorpresa a los colombianos. El empresario, magnate de la construcción, logró cultivar el perfil de un outsider malhablado que no tenía miedo de hacerle frente a la corrupción de los políticos. En unos meses pasó de ser desconocido por la mayoría a consolidarse como el espejo de Donald Trump en el país sudamericano. Fue el segundo candidato presidencial más votado de la historia, solo por debajo del izquierdista Gustavo Petro, ganador de los comicios y actual presidente.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.