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Alejandro Gaviria, un ministro decidido a llevar la contraria

El exministro de Salud y ahora de Educación, abanderado de las ideas liberales, no ocultó sus reparos a la reforma sanitaria que busca el Gobierno de Gustavo Petro

Alejandro Gaviria
Alejandro Gaviria, escritor y exministro de Educación de Colombia, en su casa en Bogotá, el 11 de febrero de 2023Chelo Camacho
Santiago Torrado

Sin perder la cordialidad, Alejandro Gaviria ha demostrado en el momento decisivo que no tiene pelos en la lengua. Como reza el título de uno de sus libros, Alguien tiene que llevar la contraria. A pesar de su discreción, el ahora exministro de Educación de Gustavo Petro, recién relevado por el presidente, nunca ocultó sus reparos a la controvertida reforma a la salud que promueve la ministra Carolina Corcho. Incluso llegó a afirmar que destruir el actual sistema “sería un suicidio”, en un documento que preparó para un Consejo de Ministros en Villa de Leyva, y que posteriormente se filtró a la prensa. “Allí lo expuse en su totalidad y fue discutido ampliamente por todo el Gabinete”, explicó.

El exrector de la Universidad de Los Andes es la persona que durante más tiempo ha ocupado la cartera de Salud en la historia de Colombia, seis años largos, y a partir de esta semana también una de las que menos tiempo ha ocupado la de Educación, apenas un semestre. “Estamos en un momento decisivo para nuestras reformas y necesitamos más cohesión y determinación”, dijo Petro en la corta alocución presidencial de este lunes, en la que anunció por sorpresa la salida de Gaviria, además de las ministras del Deporte, María Isabel Urrutia, y de Cultura, Patricia Ariza. A los tres les agradeció sus aportes para enriquecer el debate, pero según las primeras reconstrucciones de la crisis de Gabinete, Gaviria fue el único al que Petro le informó de su decisión –la jefa de Gabinete, Laura Sarabia, ha dicho que los tres conocían su salida–.

Un reputado economista e intelectual, aunque la palabra siempre la ha parecido antipática, Alejandro Gaviria fue uno de los rostros más liberales del Gabinete de Juan Manuel Santos (2010-2018). Su doble condición como paciente de cáncer y ministro de Salud la cuenta en otro de sus libros, Hoy es siempre todavía. Su legado incluyó la defensa del derecho a una muerte digna, la lucha por controlar los precios de los medicamentos, la suspensión de las fumigaciones aéreas para erradicar cultivos ilícitos con glifosato, un herbicida potencialmente cancerígeno, y la reglamentación de la marihuana medicinal. El propio Petro dijo en campaña que lo consideraba “el más inteligente” entre sus rivales de la coalición de centro, y el que más lo desafiaba en los primeros debates. Gaviria, a pesar de sus críticas pasadas, decidió apoyarlo contra viento y marea de cara a la segunda vuelta.

Abanderado del humanismo y las ideas auténticamente liberales, cuando Gaviria lanzó su fallida candidatura en la coalición de centro recordó en su discurso que antes que presidente quiso ser escritor. En esa faceta de autor, después de superar su enésimo contagio de coronavirus, había anunciado en sus redes sociales que justo esta semana preparaba la postergada presentación en Bogotá de su libro No espero hacer ese viaje, sobre las conexiones del escritor austriaco Stefan Zweig con Colombia.

Como se anticipaba desde el arranque del Gobierno, desde la cartera de Educación acabó convertido en un contrapeso frente a la visión que propone la ministra Corcho. “Tengo la responsabilidad de expresar mi opinión, con candidez y respeto”, había dicho Gaviria a este periódico a finales del año pasado. “Estamos ante un experimento interesante. Hay un aspecto que no ha sido resaltado suficientemente, y es que el Gabinete –o el Gobierno– es una alianza de fuerzas políticas diferentes, unas progresistas y otras a las que yo pertenezco, más liberales, todas unidas por esa defensa de la democracia y por la necesidad de responder a esas demandas sociales”, señalaba en esa entrevista.

“Mis opiniones tuvieron siempre un propósito constructivo en el marco de un Gobierno pluralista de coalición. Seguiré opinando con libertad para que Colombia tenga las mejores reformas posibles”, escribió Gaviria la noche de este lunes en sus redes sociales. El académico era uno de los miembros de más peso en un Gabinete variopinto, conformado por un grupo de ministros más jóvenes, más activistas y de izquierda, y otro de políticos más curtidos, con trayectoria en cargos decisorios.

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Con la ministra Corcho, representante del primer grupo, tenían discrepancias que se remontan a los tiempos en que él ocupaba la cartera de Salud y ella encabezaba un sindicato médico. Mientras ella califica el actual sistema como uno de los peores del mundo, él defiende logros como la cobertura casi universal, que llegó a considerar “probablemente el avance social más importante del país después de la Constitución del año 1991″ en una entrevista con el expresidente Santos para el libro Un mensaje optimista para un mundo en crisis (Planeta, 2020). “Con el tiempo he aprendido que el reformismo permanente es mucho más eficaz que las supuestas grandes reformas estructurales que quieren resolverlo todo, pero terminan, en muchas ocasiones, generando más problemas”, valoraba entonces.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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