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Usar mujeres con muerte cerebral para la gestación subrogada: la polémica publicación que obligó a rectificar al Colegio Médico Colombiano

La institución se disculpa por haber difundido un texto que sugería aprovechar los cuerpos para “ayudar a las parejas sin hijos”

Lucas Reynoso
Personal médico atiende a una paciente en una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Soacha (Colombia).
Personal médico atiende a una paciente en una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Soacha (Colombia).Ivan Valencia (Bloomberg)

Los límites del progreso de la medicina no parecen claros para el Colegio Médico Colombiano (CMC). La institución tuvo que disculparse el martes por publicar un artículo que proponía utilizar los cuerpos de mujeres con muerte cerebral para “ayudar a las parejas sin hijos”. El debate por la gestación subrogada, habitualmente controversial, explotó ante esa sugerencia, y puso contra las cuerdas a la institución. “Nuestro talante siempre será el progreso de la medicina al servicio de la humanidad con los más altos estándares bioéticos”, defendió el CMC.

El artículo implicado se publicó el pasado 17 de enero en Epicrisis, el portal de noticias de la institución. Era una traducción de un original publicado en el portal de bioética Bioedge, firmado por Michael Cook. Sus fuentes son el trabajo de Anna Smajdor, de la Universidad de Oslo, que en la revista Theoretical Medicine and Bioethics desarrolla el concepto de “donación gestacional de cuerpo entero” para pacientes con muerte cerebral. “Ella argumenta que estas mujeres podrían tener un buen uso como sustitutos gestacionales siempre que hayan hecho una directiva anticipada”, decía el texto en Epicrisis, ahora retirado. “Es sorprendente que nadie haya discutido esto en detalle antes. ¿Qué pasa con todos esos cadáveres de mujeres con tallo cerebral en camas de hospital? ¿Por qué sus úteros deberían desperdiciarse?”, se pregunta.

La publicación cita varios argumentos. Uno de ellos es que el embarazo es una experiencia peligrosa que se puede transferir “a aquellos que ya no pueden ser dañados”. Otro es que ya está extendida la donación de órganos provenientes de personas con muerte cerebral. Según Smajdor, se sabe que “la vida del paciente ha llegado a su fin” en la situación de ellos, a diferencia de los casos “más problemáticos” de pacientes en estado vegetativo persistente. Además, la práctica supuestamente evita “los problemas morales de la subrogación”.

El debate por los derechos de las mujeres era abordado en el razonamiento. El texto preveía las críticas feministas contra la cosificación de las mujeres. No respondía directamente, pero proponía incluir a los hombres: “¿Qué pasaría si los cuerpos de los hombres pudieran adaptarse para servir como incubadoras fetales? La tecnología para esto está mejorando rápidamente”.

Las críticas en redes sociales surgieron con el pasar de los días. La secretaria de las Mujeres de la Alcaldía de Medellín, Angélica Ortiz, declaró que ningún cuerpo se está “desperdiciando” en la actualidad porque las mujeres no son “una fábrica de personas”. “Ellas no son mujeres que podrían tener un buen uso; porque nosotras no somos cosas a usar”, remarcó en Twitter. Algo similar opinó la congresista Jennifer Pedraza: “Las mujeres no somos utensillos para desechar después de usadas, las mujeres tenemos derechos humanos, así a algunos se les olvide”.

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No obstante, las críticas no se centraron solo en los derechos de la mujer. El usuario Andres Tisagenlecleucel, que se presenta como médico, recordó que las familias de los pacientes sufren mucho como para decirles que los cuerpos de sus seres queridos se usarán como “criaderos vivos”. Además, la asociación Forum de Política Feminista cuestionó la propuesta como parte de una lógica de “mercantilismo neoliberal”.

El CMC inicialmente no se disculpó. Optó por reproducir en redes sociales un mensaje que pone al final de todas las publicaciones de su revista: “Epicrisis es el órgano oficial de comunicación del Colegio Médico Colombiano. La opinión y conceptos personales expresados en los artículos firmados por un tercero no reflejan la posición de Epicrisis o el Colegio Médico Colombiano”. No fue suficiente, y una usuaria les cuestionó por el filtro que utilizan para elegir artículos. La respuesta fue que los textos están basados en “evidencia científica” y que en este caso se referenciaba la publicación de Smajdor en Theoretical Medicine and Bioethics.

La cobertura de la controversia en medios como Infobae y El Colombiano redobló la presión. Y el colegio finalmente cedió: llenó los hilos de críticas con respuestas que reproducían las “sinceras disculpas” de la institución.

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Sobre la firma

Lucas Reynoso
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Bogotá.

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