La verdad del conflicto armado llega a los colegios de Colombia
La Comisión de la Verdad y el Ministerio de Educación se proponen incluir el informe final en las clases de las escuelas, en una decisión que supone un reto
Mientras Patricia revisaba las tareas que había asignado en su clase de cátedra de paz, en la que ese día habló de la violencia paramilitar, una de sus estudiantes la abordó. La adolescente le contó que no había podido hacer la tarea y le dijo que un familiar suyo le había enviado una razón: “Hay temas que no son para tocar en el colegio”. Patricia, que prefiere no dar su nombre real por seguridad, alertó a las directivas de la institución, pero el colegio tenía otros problemas más graves que atender, como el paro armado ordenado por el Clan del Golfo en ese municipio, uno de sus bastiones en el Urabá antioqueño.
Semanas después, otra de sus estudiantes se acercó a advertirle que se avecinaba otro paro y que lo sabía porque su hermano pertenecía a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), como se designa a sí mismo el Clan del Golfo. Patricia sintió que tenía temas vetados y que sus clases podían ponerla en riesgo. Decidió renunciar. La Comisión de la Verdad publicó su informe final días antes de que Patricia diera su última clase, así que la profesora se despidió de sus alumnos con una cátedra sobre el documento.
Gustavo Petro asistió como presidente electo al evento en el que la Comisión presentó las conclusiones finales, fruto de varios años de trabajo liderados por el padre Francisco de Roux. El extenso documento intenta explicar la violencia en Colombia y hace unas recomendaciones para cambiar la cultura de la guerra del país por una que promueva la paz. El nuevo presidente ha anunciado que las cumplirá a “rajatabla”, como lo dijo en su discurso de posesión. “Cuando recibí el informe de la Comisión de la Verdad afirmé que lo conocería toda la sociedad colombiana. La verdad es la base de la paz”.
El decreto 588 de 2017, que firmó como presidente Juan Manuel Santos y creó la Comisión de la Verdad, incluye entre sus funciones la socialización del documento: “El informe final, en particular, tendrá la más amplia y accesible difusión, incluyendo el desarrollo de iniciativas culturales y educativas, como, por ejemplo, la promoción de exposiciones y recomendar su inclusión en el plan de estudios”, dice.
Pero esta ambiciosa intención supone enormes retos y de diferentes magnitudes. El sistema educativo está en crisis, como lo dijo ante el Congreso el Ministro de Educación, Alejandro Gaviria, y hay sectores políticos que se oponen a la idea. El expresidente Álvaro Uribe es uno de ellos. Su partido político, el Centro Democrático, anunció que publicará una cartilla alternativa a la de la Comisión de la Verdad. También es un desafío poder garantizar la seguridad del cuerpo docente en un país donde las experiencias como la de María Isabel son cotidianas. Los profesores también son víctimas de la violencia en Colombia. Han sido asesinados o amenazados por su liderazgo social, como denunciaron recientemente maestros en Buenaventura y Arauca. Rumaldo Tapi, profesor indígena en el resguardo Río Valle y Boroboro del Chocó, sabe esto de primera mano: “Me han amenazado los armados por denunciar el tema de los PAE (el programa de alimentación escolar). Los niños en donde soy profesor no tienen escolaridad por la presencia de grupos al margen de la ley. Hay reclutamiento”, denuncia.
A la violencia que viven los maestros se suma que muchas escuelas tienen una precaria infraestructura, algunas ni siquiera cuentan con vías de acceso. “A veces los profesores están más preocupados porque el techo no se les caiga encima que por estos temas”, cuenta María Isabel. Estos escenarios ponen sobre la mesa la cara más trágica de la educación en Colombia.
Así reflexiona Óscar Neira, docente en el Caquetá y maestro en Conflicto, Territorio y Cultura: “La escuela en Colombia es también un escenario muy desigual. En las zonas en las que el informe de la CEV toque a actores que han venido protagonizando esa práctica de la violencia naturalmente habrá inseguridad para los docentes. Hablar del informe de la CEV será inseguro si no se dan las discusiones curriculares, didácticas, digamos, contextualizadas a los actores que hacen parte de las instituciones educativas”.
Un primer impulso desde la sociedad civil
Conseguir que la verdad del conflicto llegue a las escuelas no será fácil, pero ya se están dando los primeros pasos. El 12 de agosto se realizó la primera jornada pedagógica sobre el documento, a través de ‘La Escuela abraza la Verdad’, una estrategia impulsada por Educapaz, una alianza de organizaciones de la sociedad civil. El espacio estuvo dirigido a estudiantes de todos los grados de instituciones privadas y públicas del país.
Juana Yunis, coordinadora pedagógica de Educapaz, explica la intención del espacio: “Más que resumir en un día todo el informe final, tenía la intención de abrir caminos para dialogar y reflexionar sobre el valor de la verdad y el legado de la Comisión”. Para lograr este objetivo crearon un plan de cuatro momentos: uno de pedagogía en las aulas con estudiantes y acudientes; otro de encuentros con las comunidades educativas; una movilización en las redes sociales; y una movilización cultural por fuera de la escuela. Según datos de la organización, 4.300 instituciones educativas participaron de forma voluntaria.
En Educapaz quieren impulsar una segunda jornada, aunque aún no tienen fecha. “La metodología para llevar el informe final a las aulas no está construida. Solo estará lista cuando se desarrollen varias mesas de trabajo lideradas por el Ministerio de Educación, las secretarías de educación [de los gobiernos locales y departamentales], Educapaz y una decena de organizaciones civiles”, aseguró Yunis a EL PAÍS.
Todavía no se conoce el plan del nuevo Ministerio para materializar las declaraciones del Ministro Gaviria, que como el presidente, han mostrado su intención de llevar el informe a todos los colegios. Tanto María Isabel como Neira están a la expectativa de saber cómo se articularán el Ministerio y las iniciativas de la sociedad civil, cuál es la estrategia para enfrentar los problemas de seguridad o de infraestructura, y si se construirán planes específicos de estudio. Para Yunis es crucial el rol de la sociedad frente a los múltiples retos que implica llevar a las aulas la verdad de un conflicto tan largo y que desangró por años al país. Por eso, para ella es fundamental que la población en su conjunto rodee apuestas como la ‘Escuela abraza la verdad’. Los profesores consultados son conscientes de que difundir este trabajo implica un camino largo y difícil, pero creen que es un paso imprescindible para avanzar en la construcción de paz en todos los rincones de Colombia.
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