Las víctimas reciben el legado de la Comisión de la Verdad
Cerca de doscientas mujeres y hombres afectados por la guerra se reunieron para hablar de lo que viene tras conocer el Informe Final. Este miércoles, el presidente Iván Duque se reunió con el sacerdote Francisco de Roux
La lluvia amenazaba con fiereza y el viento intentaba apagar las velas ubicadas en el centro del escenario que reunía a cerca de doscientas víctimas del conflicto armado colombiano. Como si fuera una metáfora de lo que viene después de la entrega del Informe de la Comisión de la Verdad, ellas hablaban del compromiso y trataban de mantener el fuego vivo rodeándolo con sus manos. Lejos de tanto protocolo y en un ambiente más festivo a pesar del frío, se reunieron en Bogotá para cerrar la gestión de la Comisión de la Verdad y, como dijeron, recibir su legado. Para muchas de ellas, el informe es más que un documento que estudiarán los académicos. Significó la posibilidad de ser escuchados y visibilizados.
El soldado profesional Nelson Ramírez lo expresó así. “Entregué mi vida y una parte de mi cuerpo al Ejército, así como lo han hecho más de 7.700 víctimas que han sufrido este flagelo, no solo militares sino también civiles y niños”, dijo este miércoles, un día después de que la Comisión de la Verdad entregara el Informe Final que condensa las causas de la guerra de seis décadas y las recomendaciones para detenerla.
Ramírez relató que durante años miembros de la Fuerza Pública que fueron víctimas de minas, sintieron que el país les daba la espalda y que el Sistema Integral de Justicia y Reparación, creado por los acuerdos de paz de 2016, tampoco parecía darles la oportunidad de ser escuchados. “Pero la Comisión de la Verdad, a través de los espacios de escucha, nos dio la oportunidad de visibilizarnos, de la oscuridad donde estábamos”.
Ahora, cuando la institución termina su mandato, Ramírez cree que son las víctimas las llamadas a continuar un “legado de paz”. “Esos espacios nos permitieron sentarnos con las diferentes víctimas que cargaban una cruz entre sus hombros, ver las diferencias, encontrar un punto de encuentro para dialogar y ver que éramos los mismos que nos estábamos matando en el campo de batalla”.
Isabella Vernaza, víctima de secuestro, también rompió el miedo y el hielo en el encuentro. “La Comisión nos enseñó la magia de la escucha, nos dio espacios seguros y tiempos requeridos para hablar de los que nos pasó, de nuestras necesidades y sentimientos”, dijo la mujer, que sufrió junto a sus hijos el secuestro de La María, cuando la guerrilla del ELN se llevó a 194 personas que estaban en una Iglesia. “Hoy nos está entregando la bandera a nosotros. Ahora es nuestra responsabilidad llevar esa escucha al resto de Colombia, a nuestros amigos y hermanos, a quienes sobre todo están del otro lado. Es nuestro legado y compromiso”, afirmó.
Fueron en total 30.000 personas las que aportaron testimonios para el documento cuyas voces se pueden escuchar en línea y quedarán en el Archivo de Derechos Humanos. Son una muestra de los casi 10 millones de víctimas de masacres, secuestros, desplazamientos, ejecuciones extrajudiciales, que dejó el conflicto. Las cifras son abrumadoras: 470.000 personas asesinadas y 110.000 desaparecidas. “De cada 10 asesinados dos fueron muertos en combate, todos los demás fueron personas de la sociedad civil como ustedes, colombianos y colombianas sin armas y eso es la tragedia”, puntualizó el sacerdote Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, y les dio las gracias por su “coraje y grandeza”.
Aunque se trataba del evento de cierre de la Comisión, el mensaje es que en realidad es el comienzo de una conversación dolorosa para Colombia en la que se debe vencer el negacionismo de lo vivido. “Hay que pasar ese Informe por el corazón, no basta pasarlo por la cabeza”, dijo Marta Ruiz, una de las comisionadas, para explicar la decisión de construir el Informe como un documento coral con las víctimas en el centro y no como un documento frío con hipótesis.
“La imagen que suele haber de una comisión es de gente que se encierra a escribir un documento para entregar y que pocos leen, ojalá ese no sea el caso nuestro. Pero entendimos que este no es solo un proceso intelectual, para entender causas y consecuencias; sino para vivir la experiencia de salir de la guerra”, dijo Ruiz.
El proceso, sin embargo, es de largo aliento y aún hay muchas preguntas abiertas. Ramírez pide que se abra un macrocaso para las víctimas de la fuerza pública en la Jurisdicción Especial para la Paz, entre el público, las madres y familiares de ejecuciones extrajudiciales llevan carteles que preguntan ¿Quién dio la orden?. “Falta mucha verdad todavía”, decía Jhon Fredy Orozco, una víctima de dos secuestros y de la toma guerrillera que destruyó Nariño, en Antioquia. “Sin embargo, tengo claro que quiero dejarles a mis hijos una herencia de odio y rabia”.
Iván Duque recibió el Informe
Después del evento con las víctimas, De Roux y otros comisionados acudieron a la Casa de Nariño para reunirse con el presidente Iván Duque, que fue el gran ausente el martes durante el acto oficial de entrega del documento. Aunque se había excusado por estar fuera del país y había dado una fecha de encuentro para el 6 de julio, finalmente atendió el encuentro este miércoles en la noche. Su ausencia le había generado enormes críticas.
Tras el encuentro, dieron una declaración conjunta. “Este es un reporte (el Informe) para generar un buen debate en la sociedad, para que tengamos la posibilidad de leerlo y desmenuzarlo, conocer las apreciaciones en lo que son hallazgos y poder debatir, controvertir y construir sobre la base de los hallazgos”, aseguró Duque. “También tener un debate republicano y sensato con respecto a las recomendaciones que trae este reporte” y se enfocó en los militares como víctimas.
El mandatario que está por terminar su administración hizo énfasis en que no se trata de recomendaciones vinculantes. Sin embargo, el presidente electo, Gustavo Petro, dijo en el evento del martes que las cumplirá. “Todo este ejercicio está orientado a que la nación supere capítulos de violencia que nunca deberían repetirse, que tengamos la claridad de rechazar la violencia en todas sus formas y que nunca haya cabida para que alguien quiera pasar por encima de otro con las armas y la intimidación”.
De Roux agradeció al presidente y aseguró que todo el Informe estaba basado en las víctimas y es un punto de partida de conversación. “Llegamos aquí justamente de un encuentro con víctimas de todo el país, eso es lo que nosotros expresamos a partir de una verdad que no tiene ninguna discusión y no necesita interpretación que es simplemente el dolor humano”, dijo y le recordó que no son entidad judicial ni establecen “culpabilidades personales”. “Pero sí ponemos en conocimiento de los colombianos el sentimiento de las víctimas con un sentimiento profundo de las víctimas que es ‘por favor que nuestra voz sea escuchada por toda Colombia”.
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