Ding, un campeón kamikaze
La partida decisiva del desempate rápido del Mundial de Astaná es inmortal por el arrojo del chino, quien asumió un riesgo altísimo con menos de dos minutos
![Leontxo García](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fcd125f6d-44b3-4c5f-ae95-aa3bc97318b6.png?auth=6d22f2f55024283aaffda86113e8e7d601d19030d56a16b56634508afff5fccc&width=100&height=100&smart=true)
Liren Ding fue coronado como nuevo campeón del mundo el pasado 1 de mayo porque tomó una decisión de muy alto riesgo, que requiere gran sangre fría, inteligencia y confianza en sí mismo. Era la cuarta y última partida del desempate rápido del Mundial de Astaná (Kazajistán). Las tres anteriores habían terminado en tablas tras el 7-7 de las catorce partidas lentas durante más de tres semanas. El chino tenía asumido que un nuevo empate le perjudicaba porque se sentía inferior a su rival, el ruso Ian Niepómniashi, en la tanda aún más rápida de la modalidad relámpago.
Y decidió que lo mejor era actuar como un kamikaze, clavándose una torre sobre el rey en una posición muy compleja, con damas en el tablero, a pesar de que le quedaban menos de dos minutos en el reloj. Niepómniashi, quien ya daba el empate por seguro y estaba repitiendo jugadas, quedó bloqueado, erró y tuvo que conformarse por seguir siendo el subcampeón del mundo. Mientras tanto, Ding lloraba de alegría y emoción: era el primer chino que lograba el título absoluto tras diez años de reinado del noruego Magnus Carlsen.
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