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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Suma cero: El error de lógica que explica las malas ideas de Trump

Una mentalidad transaccional amenaza décadas de cooperación y orden mundial

Emmanuel Macron y Donald Trump se dan la mano en la Casa Blanca, 24 de febrero de 2025.Foto: BONNIE CASH / POOL (EFE) | Vídeo: EPV
Kiko Llaneras

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Donald Trump entiende las relaciones internacionales como una transacción: si la otra parte gana, es porque Estados Unidos pierde. Aplica una lógica de “suma cero”, que asume que los recursos son una cantidad fija —como un pastel a repartir—, de modo que cualquier beneficio implica siempre una pérdida para otro. Pero muchos problemas no tienen esa naturaleza. En política internacional, de hecho, esta mentalidad choca contra la evidencia histórica de las últimas ocho décadas.

Desde la segunda guerra mundial, Estados Unidos y Europa han promovido una idea revolucionaria: el beneficio mutuo. Crearon instituciones multilaterales (la ONU, la OTAN, el Banco Mundial) con la convicción de que cooperar traería seguridad, riqueza y bienestar. Hicieron surgir un sistema internacional abierto, regido por reglas claras, que impulsó el comercio y el intercambio.

El resultado fue un periodo excepcional de paz y crecimiento económico global. Según Our World in Data, las guerras se redujeron drásticamente, mientras el PIB per cápita se multiplicaba por cuatro en EEUU, por seis en Europa Occidental y por veinte en Asia Oriental. Como subrayó Fareed Zakaria en The New York Times, en ese periodo hubo muchos países que crecieron, pero “Estados Unidos dominó absolutamente el mundo”.

Sin embargo, Trump reniega de ese equilibrio. Su razonamiento parece sencillo: si Estados Unidos es el país más poderoso, debería imponerse siempre y lograr beneficios en cada transacción. Según él, todas estas reglas multilaterales limitan su poder. Y en parte tiene razón: Estados Unidos podría doblegar a muchos países, sobre todo a sus aliados en Europa y Asia, cuyas economías hiperconectadas los hacen especialmente vulnerables si Trump actúa como un matón.

El problema de este razonamiento es asumir que ganar por la fuerza una negociación implica obtener el mejor de los acuerdos posibles para tu propio interés. Imagina que usas tu fuerza para repartirte 100 euros con otra persona de forma ventajosa, con 75 para ti y 25 para ella. ¿Es una victoria? No necesariamente. Quizás al renunciar a la cooperación, has renunciado a generar 150 euros, que podríais haber repartido 100 a 50, saliendo todos ganando. A menudo la cooperación maximiza el resultado de todos. Además, esos acuerdos también traen beneficios de largo plazo: insistir en imponerte en cada negociación debilita tus relaciones, destruye la confianza y evapora la posibilidad de pactos en el futuros. Como advertía Zakaria: “Si miras cada relación como una transacción aislada, para obtener pequeñas ventajas inmediatas, destruyes alianzas estratégicas”.

El error de Trump es usar una lógica de suma cero para resolver problemas de suma positiva. Y no es un error exclusivo suyo, sino habitual en argumentarios simplistas de izquierdas y derechas.

Es la misma falacia de asumir que los inmigrantes o la Inteligencia artificial destruirán necesariamente el empleo (como si la economía tuviese un tamaño fijo). Es la falacia de pensar que el derecho a portar armas aumenta tu seguridad o que el éxito de una empresa solo beneficia a sus accionistas. Es el mismo error de quienes asumen que cualquier redistribución es ineficiente —porque va contra la productividad o el mérito—, sin pensar en todo el ingenio que nos perdemos por los ‘Einsteins’ que se crían sin oportunidades. Ver la realidad en suma cero es un atajo simplista, por tanto, popular. Pero nuestras sociedades son complejas y dinámicas, y casi nunca admiten las lógicas del que reparte tierras sobre el mapa.

Más allá: una amenaza al orden mundial

La lógica transaccional de Trump se extiende peligrosamente más allá de lo económico. La prueba son las recientes negociaciones para un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia, en las que EEUU demandó, según denunció Zelenski, que Ucrania pagase con sus recursos de tierras raras por la asistencia militar ya prestada. Según un tenebroso Martin Wolf, Trump ha decidido “abandonar Ucrania y también su rol en el mundo desde la postguerra”. A cambio, actúa como si quisiera convertir a su país en algo vulgar: otra gran potencia, guiada por lógicas de suma cero e indiferente a todo salvo su interés inmediato.

Además, Trump no solo apuesta por el nacionalismo económico frente a la cooperación, sino que también muestra una inquietante afinidad con líderes autoritarios que ven nuestro sistema como débil y caduco. Como concluye Wolf en su texto, ante este abandono del liderazgo estadounidense, Europa enfrenta un dilema existencial: “estará a la altura de las circunstancias o se desintegrará. Los europeos necesitarán una cooperación mucho más sólida, en un marco robusto de normas liberales y democráticas. Si no lo hacen, serán despedazados por las grandes potencias mundiales”.

Aunque sabéis que suelo ser optimista, hoy no puedo serlo. El orden global parece genuinamente amenazado. No recuerdo un peligro tan claro contra los valores que han definido Occidente durante décadas, esenciales para el progreso que tantas veces he defendido.

Otras noticias

🌱 1. La salud es más ambiental que genética

¿Tu salud depende de tu entorno o de tus genes? Un estudio con datos de 492.567 personas ha analizado ambas influencias sobre la mortalidad. La conclusión es que lo ambiental —lo que los investigadores denominan exposoma— explica ocho veces más diferencias en mortalidad que nuestros genes. Entre esos factores ambientales se encuentran fumar, hacer ejercicio, la dieta y la calidad del aire.

Es importante notar que la influencia de genes y entorno no es fija, sino que interactúan. Es un ejemplo que uso en ‘Piensa Claro’. Imaginad un futuro donde nadie fuma. En esa realidad, nuestra salud dependería menos del ambiente, y por pura aritmética, subiría el peso de la genética para explicar las diferencias de salud observadas (ahora más pequeñas).

📈 2. Por qué escribo de IA

Sé que sueno repetitivo, pero no lo hago a la ligera: creo firmemente que estamos al borde de una transformación profunda. La IA pronto tendrá capacidades que eran exclusivas de los humanos, especialmente en tareas frente a un ordenador. Es imposible prever el alcance exacto de este cambio, aunque la actualidad nos deja pistas todos los días.

Un ejemplo de uso real: la empresa española Magnific ha desarrollado un software de “aumento” de imágenes con IA que fue utilizado en la película ‘Here’ de Robert Zemeckis. Así explica sus virtudes el supervisor de efectos visuales, Kevin Baillie: “La parte del proceso de VFX que menos me gusta es agregar los pequeños detalles, aunque son súper importantes. Son cosas que en el mundo real simplemente están ahí. Magnific acelera el proceso de manera brutal. En lugar de pasar el 20% del tiempo en los aspectos creativos de una toma y el 80% en los detalles, Magnific nos permitió hacer lo contrario: 80% creatividad y 20% detalles”.

Ia imagenes de FX original y la versión mejorada por la IA de Magnific, añadiendo pequeños detalles de calidad realista
Ia imagenes de FX original y la versión mejorada por la IA de Magnific, añadiendo pequeños detalles de calidad realista

Otro ejemplo es este ensayo que demuestra la capacidad de la IA “razonadora” en tareas legales. Un grupo de estudiantes de derecho usando IA avanzada (o1-preview) mejoraron la calidad de sus trabajos hasta un 28%, además de multiplicar su productividad. La conclusión del estudio es que “los modelos de razonamiento mejoran no solo la claridad, la organización y la profesionalidad del trabajo legal, sino también la profundidad y el rigor del análisis”.

Y un tercer ejemplo, que podéis probar: un nuevo modelo de voz conversacional. Dicen que cruza el “valle inquietante”, porque la voz suena natural y fluida, y puedes conversar con ella, pero produce el vértigo de saber que es falsa.

🔮 3. ¡Participa en mi torneo de predicción!

La semana pasada compartí mis predicciones para 2025 e invité a los lectores a hacer las suyas. Aún estáis a tiempo de participar.

Tenéis hasta el 13 de marzo para mandar vuestras predicciones en el torneo que he organizado con Metaculus, donde además hay premios. Las preguntas abarcan desde las elecciones en Polonia hasta la posibilidad de que dos naves aterricen en la Luna en 2025 (para cuando leas esto, quizás ya se habrá cumplido esa). Puedes participar aquí.​

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Sobre la firma

Kiko Llaneras
Es periodista de datos en EL PAÍS y doctor en ingeniería. Antes de llegar al periódico en 2016 era profesor en la Universitat de Girona y en la Politécnica de Valencia. Escribe una newsletter semanal, con explicaciones y gráficos del día a día, y acaba de publicar el libro ‘Piensa claro: Ocho reglas para descifrar el mundo’.
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