El Tesla del accidente mortal excedió el límite de velocidad
La investigación preliminar desvela que el coche conducía a 120 kilómetros por hora en una vía regulada a una velocidad máxima de 105 km por hora
La Junta Nacional de Seguridad del Transporte ha emitido hoy el informe preliminar sobre la investigación del accidente mortal en el que falleció una persona dentro de un Tesla Model S, una berlina deportiva. Al ser preliminar, no cuenta con ningún tipo de análisis de los datos y, por lo tanto, no puede acotar la causa del siniestro.
El informe indica, acorde a los datos descargados desde el sistema de rendimiento del coche, que el Model S iba a una velocidad de 119 kilómetros por hora en una carretera limitada a 104 kilómetros por hora. El mismo sistema confirmó que el conductor estaba usando varias ayudas a la conducción gobernadas por el Tesla Autopilot como el control de velocidad de crucero dependiente del tráfico o el de seguimiento del carril. El vehículo también estaba equipado con un sistema de frenado automático de emergencia para evitar o minimizar los daños de una colisión frontal.
Autopilot incluye un radar frontal, una docena de sensores ultrasónicos para detectar objetos en todas las direcciones y velocidades situadas hasta a casi 5 metros alrededor del coche, una cámara frontal y asistencia digital a la frenada. Es una de las características estrella de los vehículos de Tesla Motors, por la conveniencia que ofrece al conductor y por ser la punta de lanza para la conducción autónoma, pese a que la compañía recalca que solo es un sistema de conducción asistida muy avanzado.
El sistema quedó en entredicho tras el accidente mortal ocurrido en Florida. Los sensores y el software de la berlina no detectaron a un gran camión de 18 ruedas que se cruzó en medio de la autopista para incorporarse al carril de sentido contrario. En el momento del choque, el camión estaba situado perpendicularmente al Model S. Ni Autopilot ni conductor detectaron el lateral del camión, que era de color blanco, al confundirlo con la tonalidad del cielo a esa hora en Florida.
La altura del camión y su extraño posicionamiento supusieron un par de circunstancias peculiares a las que los sistemas de seguridad del vehículo no supieron reaccionar, lo que causó que el Model S no frenase y el coche pasase por debajo colisionando fatídicamente en la cabina del piloto. El coche siguió en marcha hasta salirse del carril y volver a colisionar decenas de metros más adelante.
Lo grave es que tanto la cámara, que no supo distinguir el color del camión con el del cielo, según el comunicado de Tesla, y el radar de ultrasonidos, que probablemente lo confundió con una gran señal de tráfico común en las autovías y autopistas, no detectaron a un gran tráiler que cruzaba la autopista.
Autopilot no obliga al conductor a restringir la velocidad del vehículo acorde a las señales de límite de velocidad, solo mantiene la velocidad que el conductor establece y la regula según la de los vehículos que tiene a su alrededor. Es capaz de aminorar el ritmo si el coche de enfrente también lo hace para mantener la distancia de seguridad que el conductor puede establecer en la pantalla táctil del vehículo. Autopilot también es capaz de regular la velocidad acorde a las señales, pero el conductor ha de configurarlo previamente.
Elon Musk, consejero delegado y fundador de Tesla, ha sido muy claro, y hasta agresivo, en su defensa del Autopilot. Según los datos de la compañía, asegura que estadísticamente es mejor que un conductor y que el objetivo de la firma estadounidense es crear un software y un hardware 10 veces mejor que los humanos, tal y como indicó en su segundo plan maestro.
Pronto se presentará una nueva versión de Autopilot, de la que ha ido soltando píldoras de información en Twitter, aclarando que se pueden lograr grandes avances sin tener que modificar los sensores que incorporan todos los coches de la marca desde 2014.
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