Sí a los pacientes activos, no a las multas por “abuso” en urgencias
Los enfermos competentes en el manejo de su salud logran de forma más rápida, eficaz y adecuada los resultados
Los pacientes formados e informados, los pacientes activos, los pacientes crónicos que se responsabilizan de su salud son un magnífico recurso para el sistema sanitario, ya que lo hacen más sostenible, porque confían más en él, tienen mejor relación con los profesionales sanitarios, los profesionales que les atienden tienen mejor coordinación entre ellos, generan menos reingresos hospitalarios, van menos a urgencias y sufren de menos errores médicos. Por ello, mejor formar que multar a los pacientes. Mejor buscar la confianza que tener delante un profesional definidor del "mal uso". Y más en un entorno que los pacientes son el recurso menos utilizado del sistema sanitario.
Los pacientes competentes en el manejo de su salud logran de forma más rápida, eficaz y adecuada los resultados. O dicho de otra forma, los pacientes con bajas competencias en salud tienen dificultades en lograr mejorías en las pautas de la medicación, gestionar las visitas médicas como las urgencias, comprender las instrucciones del alta hospitalaria, seguir indicaciones preventivas,…Por eso es mejor invertir en la formación de pacientes que plantear estrategias de multar a los pacientes por “abuso” en sus visitas a urgencias.
Implicar al paciente en el autocuidado con información y formación ayuda a una mejor aceptación de la enfermedad, un mayor logro para mejorar y avanzar en el tratamiento y consejos. Por ello, es necesario cambiar actitudes paternalistas de profesionales con “sus pacientes” para dejar de oír frases como: “esto es lo que vas a hacer”, “aléjate de Internet”, “no me hace gracia que hayas pedido una segunda opinión”, o “me parece fatal que vengas por esta “tontería””.
Por favor, dejemos que los pacientes ayuden
Es importante que dejemos que los pacientes ayuden a otros pacientes, se ayuden entre ellos, nos ayuden a mejorar el centro de salud y el sistema, incluidas las urgencias. Y avanzar en esa línea, ha sido uno de los ejes que se han tratado en un congreso único en Sevilla, donde pacientes y profesionales, de igual a igual, han participado en el VI Congreso Nacional de Atención Sanitaria al paciente Crónico, y en la I Conferencia Nacional de Pacientes Activos, que ha nacido en el entorno de la aparición, en los últimos 5 años, de iniciativas como la Escuela de Pacientes de la Junta de Andalucía, junto a la Universidad de Pacientes y el Programa Paciente Experto Catalunya, el Programa Paciente Activo en Euskadi, el Fórum Clinic, la Escuela gallega de salud para la ciudadanía, o recientemente la Red de Escuelas de Salud del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y que están consiguiendo que España tenga en este espacio de atención a personas con enfermedades crónicas, un papel innovador y de futuro.
Y es que mucho hablamos de que los pacientes sean el centro del sistema, pero muchas veces la realidad nos muestra una distancia con el propósito. Incidir en la necesidad de que los pacientes sean los protagonistas y actores y actrices principales de nuestro sistema sanitario, a partir de la autoresponsabilidad y el autocuidado, es fundamental para avanzar en la mejora de la calidad de vida de los mismos.
Beneficios de que los pacientes ayuden
Y es que ser un paciente activo tiene muchos beneficios personales y sociales: ayuda al incremento de la autoestima, a tener una buena relación con sus profesionales sanitarios, a la incorporación de hábitos de vida saludables, a un mejor control de la enfermedad, a una disminución del número de visitas a Urgencias o a consultas externas, a una disminución de las complicaciones y del número de ingresos, a lograr un mejor cumplimiento terapéutico, a una reducción del número de depresiones o una disminución del número de bajas laborales, y por tanto, a favorecer la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario.
Y en esa toma de decisiones compartida entre pacientes y profesionales, la formación y la información son dos elementos básicos y juntos pueden convertirles en pacientes activos. Defender la formación de los pacientes como un derecho básico que permite la participación y que fomenta la autonomía y el autocontrol es un paso importante. Además, disponer siempre de la información necesaria, para poder participar activamente en las decisiones que les afectan a su vida y a su salud (información completa, clara, entendible y legible) es un aspecto clave. Y siempre en colaboración con los profesionales sanitarios.
Toda esta actividad formativa e informativa tiene que tener un complemento para que cuando los pacientes busquen información en Internet o en las redes sociales sobre su enfermedad, esta sea útil, fiable y de calidad. El hecho de que los profesionales sanitarios receten direcciones de Internet donde los pacientes encuentren los consejos adecuados, basados en la evidencia científica y en un lenguaje comprensible, sería el complemento ideal.
Los pacientes son el recurso menos utilizado del sistema sanitario y es fundamental fomentar un papel más activo de los pacientes y que puedan tener un papel real en los servicios de salud. Necesitamos un paciente con más poder, es decir, un paciente más comprometido, más formado, más capacitado, más informado, más activo, en definitiva, más experto para un uso más adecuado. Un paciente con más poder, formado e informado, sabe lo que quiere y lo dice de forma clara, escucha, hace preguntas, responde, piensa, actúa. Y hace más sostenible el sistema sanitario. Falta nos hace que ayuden, que nos ayuden; en las urgencias también.
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