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De rey de los implantes de mama a farsante en el banquillo

Jean-Claude Mas vendió prótesis de mama con silicona industrial a más de 300.000 mujeres Se enfrenta a cinco años de cárcel y al rostro de sus víctimas

Mas en el juicio. Ha sido abucheado a su entrada al tribunal.
Mas en el juicio. Ha sido abucheado a su entrada al tribunal.PASCAL GUYOT (AFP)

En el centro del escándalo de los implantes mamarios fraudulentos de la marca Poly Implants Prothèses (PIP) se encuentra el fundador de la empresa, Jean-Claude Mas. Francés, de 73 años, levantó su compañía en los años noventa hasta llegar a ser el tercer productor mundial. Durante más de una década logró engañar a las autoridades sanitarias y a los organismos de control y exportó a medio mundo prótesis elaboradas con gel industrial. Se calcula que unas 300.000 mujeres en todo el mundo han llevado implantes PIP, con un porcentaje de rotura superior al de los homologados y que puede provocar efectos adversos muy dolorosos.

Mas, detenido en enero de 2012, meses después de que las autoridades francesas descubrieran el fraude, comparece desde ayer junto a cuatro exdirectivos de la empresa en el tribunal de Marsella. Casi 5.000 mujeres, representadas por 300 abogados, le han sentado en el banquillo de los acusados por engaño agravado y estafa. Se enfrenta a una pena de hasta cinco años de cárcel.

Nacido en 1939 en Tarbes, en el sur de Francia, Mas trabajó primero como asegurador. En la década de los 70 fue visitador médico para el laboratorio Bristol-Myers. En 1982 conoció a la que sería su pareja, Dominique Lucciardi, que gestionaba junto a un cirujano la empresa de implantes mamarios Medical Application Plastique. Mas trabajó allí durante nueve años, alternando todo tipo de puestos, antes de crear, en 1991, su propia empresa, PIP.

La compañía que creó en Seyne-sur-mer aseguraba utilizar el gel estadounidense Nusil, pero en realidad recurría en la mayoría de los casos a una silicona industrial, porque era “más barata” e “igual de buena”, según admitió a los investigadores. Desde 1997, su gel estaba homologado por la empresa alemana TÜV, que realizaba visitas anuales a la sede de la compañía para las inspecciones, pero siempre previo aviso. Los directivos de la empresa presentaban entonces el Nusil y falsificaban los archivos de pedidos. En marzo de 2010, cuando las autoridades sanitarias francesas destaparon el fraude, exportaba ya más del 80% de sus productos, la mitad a América Latina.

Antiguo visitador médico, convirtió a su empresa en la tercera del mundo

Discreto desde que estalló el escándalo, Mas permaneció en prisión preventiva ocho meses porque no pagó la fianza. En octubre, cuando salió, apareció con un gorro en la cabeza y una bolsa de plástico entre las manos. Apenas alcanzó a decir que solo quería reencontrarse con su familia. Poco se sabe sobre su vida privada, salvo que tiene dos hijos y que había planeado crear con uno de ellos una nueva empresa de implantes de mama.

Desde que estalló el escándalo, Mas no ha hablado con la prensa. Su abogado recordaba ayer que cualquier palabra será considerada como una provocación, por lo que se reservará para la declaración en el tribunal dentro de unos días. Lo poco que se ha filtrado de sus interrogatorios muestra a un hombre sin remordimientos. “Mis prótesis PIP no presentan ningún riesgo para la salud”, aseguró a los gendarmes en octubre de 2010. “En cuanto a las víctimas, se querellan porque son personas frágiles o por el dinero”, mantuvo. Un ordenador encontrado en su domicilio demostraba que, incluso después de ser descubierto y de abrirse la investigación, planeaba volver al negocio.

“A mí no me interesa el dinero, lo que quiero es que el señor Mas se encuentre frente a sus responsabilidades”, responde Josianne, que se operó en 2006 y tuvo que extraerse los implantes que le habían colocado porque filtraban líquido. La cicatriz consecuencia de las operaciones sucesivas se le ha pegado a la costilla y parte de la glándula mamaria ya no se ve en las mamografías de detección de cáncer. “Quiero verle en persona, creo que me ayudará a hacer el duelo de la tontería que hice al ponerme esos implantes por estética”.

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