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"Wikileaks puso sobre la mesa la relación entre prensa y poder"

Javier Moreno defiende en México que se publiquen secretos de Estado

El director de EL PAÍS, durante el debate sobre la publicación de los documentos de Wikileaks celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El director de EL PAÍS, durante el debate sobre la publicación de los documentos de Wikileaks celebrado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.SAÚL RUIZ

"La publicación de los papeles de Wikileaks no cambió el mundo ni las relaciones diplomáticas ni el periodismo, pero sí volvió a poner sobre la mesa la relación entre prensa y poder, el derecho de los medios a publicar secretos de Estado, algo que parecía ya superado tras la sentencia del Tribunal Supremo de EE UU por los papeles del Pentágono. Julian Assange corre el riesgo de ser juzgado por cosas que hacemos a diario los periodistas, que es convencer a una fuente para que nos dé información", afirmó el director de EL PAÍS, Javier Moreno, durante la mesa redonda celebrada la noche del sábado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) bajo el título El periodismo después de Wikileaks.

En el debate, organizado por EL PAÍS al cumplirse un año de la mayor filtración de documentos oficiales de la historia y moderado por la periodista mexicana Alma Guillermoprieto, participaron, además de Moreno, Alejandro Santos, director de la revista colombiana Semana; Suzana Singer, defensora del lector del diario Folha de São Paulo y Philip Bennett, director del programa de investigación Frontline de la cadena pública de televisión de EE UU (PBS).

"Ha habido mucha presión sobre si los medios eran irresponsables por publicar esos cables. Durante las semanas previas a la publicación de la información, tuvimos miedo de que nos requisaran los cables con una orden judicial", añadió Moreno, para quien un posible enjuiciamiento de Assange en EE UU "tendría consecuencias para la libertad de prensa".

El enjuiciamiento de Assange tendría consecuencias para la libertad de prensa

Philip Bennet recordó que el 15 de diciembre comenzará el juicio contra el soldado Bradley Manning, principal sospechoso de filtrar los cables a Wikileaks, y que existe la intención por parte de la Administración de Obama "de utilizar su caso para procesar a Assange". El director de Frontline subrayó la paradoja de que después de que Wikileaks sacara a la luz millones de páginas de información, los secretos no hubieran dejado de crecer. "Frente a la amenaza de contar secretos, el Estado crea más secretos", afirmó. "Una de las lecciones de Wikileaks", agregó, "es que los secretos no matan. Aunque Hillary Clinton dijera que el cielo se iba a caer, solo cayeron los Gobiernos de Túnez y Egipto y el embajador de EE UU en México".

Suzana Singer, por su parte, destacó que Wikileaks necesitó recurrir a los medios tradicionales para "contextualizar e interpretar todo ese material para el público".

Alejandro Santos afirmó que la era digital "está cambiando todo el concepto del secreto de Estado y de seguridad nacional" y advirtió contra el peligro de que la nueva cultura de filtración reduzca el periodismo de investigación.

El director de EL PAÍS se mostró optimista y señaló que "las nuevas tecnologías están produciendo, cada vez más, un mejor trabajo periodístico y deben ayudarnos a poner coto a la ocultación del poder político".

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