España busca su lugar en el mapamundi de Trump
Rajoy fue el quinto líder europeo al que llamó el nuevo inquilino de la Casa Blanca y al que menos tiempo dedicó
¿Qué lugar ocupa España en el mapamundi de Donald Trump?
A falta de una estrategia de política exterior conocida, el listado de llamadas a líderes extranjeros del nuevo presidente de EE UU puede arrojar alguna luz sobre su visión del mundo: Rajoy fue el quinto mandatario de la UE con el que habló y el decimoséptimo en total, teniendo en cuenta solo las conversaciones difundidas por la Casa Blanca.
La clasificación no se aleja demasiado del lugar que ocupa España en la escena internacional, aunque con alguna salvedad.
La distancia entre la preferida por Trump, Theresa May, y los demás líderes europeos es cósmica. La británica fue la primera mandataria extranjera recibida en la Casa Blanca, el 27 de enero, un privilegio que solo comparten los primeros ministros de Japón, Canadá e Israel. Un día después, Trump llamó a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente francés, François Hollande. Con Merkel mantuvo una “extensa conversación”, según la Casa Blanca; con Hollande habló unos 40 minutos, según fuentes de El Elíseo, que aseguran que ambos habían charlado brevemente días antes, aunque no se hiciera público, informa Carlos Yárnoz.
Duke Buchan, un financiero que donó fondos a la campaña de Trump se perfila como embajador en Madrid
El nuevo presidente recibió a May y llamó, por este orden, a Merkel, Hollande, Gentiloni y Rajoy
Al primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, lo llamó el 4 de febrero, y a Rajoy, el 7. La charla con el primero duró 30 minutos, según fuentes italianas, y con el segundo la mitad, pero al menos no acabó como la del australiano Malcom Turnbull, a quien colgó abruptamente tras 45 minutos de conversación.
Lo más preocupante de la diplomacia telefónica de Trump es el escaso aprecio que revela hacia América Latina. Al margen del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, con quien habló el 27 de enero, después de que este suspendiera su viaje a Washington por los humillantes tuits de Trump, este no volvió a hablar con sus vecinos del sur hasta el pasado sábado. Ese día inició una ronda que ha incluido al peruano Pablo Kuczynski, el colombiano Juan Manuel Santos y el argentino Mauricio Macri. A este último solo le dedicó cinco minutos, más en todo caso que al brasileño Michel Temer, a quien llamó el vicepresidente Mike Pence en su lugar.
La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, saludó el miércoles en Bruselas a su nuevo homólogo estadounidense, James Mattis, con quien abordó brevemente “los intereses y los lazos comunes” de España y EE UU, según explicó ayer.
También el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, saludó ayer al secretario de Estado, Tex Tillerson, con quien coincidió en una reunión del G-20 en Bonn, a la espera de poder entrevistarse con él. Hasta ahora, el único alto cargo de la Administración Trump que se ha reunido con el jefe de la diplomacia española ha sido el efímero consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn, a quien vio en diciembre pasado en Nueva York.
Un elemento clave de la relación con la nueva Administración Trump será la identidad de su nuevo embajador en España. Aunque no existe aún ninguna nominación oficial, que en todo caso deberá ser refrendada por el Senado, medios estadounidenses como The New York Times o The Washington Post apuntan al financiero Duke Buchan, dueño de un fondo buitre con sede en Florida y uno de los principales recolectores de fondos para la campaña de Trump, a la que donó 898.000 dólares cuando la mayoría de los republicanos aún le daba la espalda. Bukan, que pasó un año en Sevilla como estudiante, habla con fluidez el español y subvenciona su aprendizaje en Carolina del Norte, su estado natal. Si Trump le nombra embajador en España, será el tercero consecutivo que no es diplomático de carrera, pero el primero que llega sabiendo español desde hace ocho años.
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