Moneo no indemnizará al Estado por la residencia del embajador en Washington
Exteriores reclamaba dos millones de euros al arquitecto por defectos en la construcción del inmueble
El arquitecto Rafael Moneo no tendrá que indemnizar al Estado por los defectos en la obra de la residencia del embajador de España en Washington. El Ministerio de Asuntos Exteriores reclamó en junio de 2013 a Moneo una indemnización de 2,7 millones de dólares (2,05 millones de euros al cambio vigente entonces) por los “vicios ruinógenos” aparecidos tras la reforma de la residencia, que costó cerca de nueve millones. Sin embargo, el arquitecto se ha librado del pago porque la Administración exigió el pago después de transcurrido el plazo de cinco años de garantía de las obras.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional ha dado la razón al arquitecto y premio Pritzker, que recurrió la indemnización por la obra, un complejo de 2.000 metros cuadrados de formas cúbicas que se realizó con ladrillo de Jaén y madera del trópico, materiales poco aptos para el clima de la capital estadounidense. La casa se construyó entre febrero de 1999 y febrero de 2002, plazo en el que el arquitecto incorporó 700 modificaciones al proyecto. Un año después de terminados los trabajos, el inmueble “comenzó a sufrir un rápido deterioro que se manifestó en la aparición de numerosos problemas” relacionados con la “deficiente redacción del proyecto y mala dirección y ejecución de la obra”.
La casa, en el lujoso barrio de Foxhall, fue inaugurada en enero de 2004 por el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar. La residencia había estado más de un año vacía y sin ocupar. El embajador en aquella época, Javier Rupérez, se negó a trasladarse y vivió unas semanas en un hotel para no dar constancia de la recepción de un proyecto que entendía defectuoso.
Entre otros desperfectos, el expediente señala que el 12 de octubre de 2008, durante la celebración de la fiesta nacional, se rompieron las tuberías procedentes de los cuartos de aseo de la residencia, lo que provocó que la cocina se inundara con las aguas residuales. En el informe de daños de 2009 se señala: “Hubo un arqueamiento de la tubería en dos zonas lo que no permite a las aguas residuales drenar adecuadamente el tanque. Esto es el resultado de la colocación de tuberías de desagüe y no rellenarlas correctamente con tierra y grava”.
Exteriores inició el expediente de responsabilidad sobre Moneo el 24 de abril de 2003, pero la acción indemnizatoria no se ejecutó hasta el 4 de abril de 2013. La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional considera que “ha transcurrido con creces el plazo de cinco años” para exigir las responsabilidades por ese contrato. Los magistrados entienden que las comunicaciones entre Moneo y el Ministerio de Asuntos Exteriores de los años 2008 y 2009 en las que el arquitecto resume las deficiencias en la residencia diplomática y la forma de solucionarlas, no interrumpen el plazo de prescripción.
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