300 policías rastrean pozos en Astorga en busca de la peregrina de EE UU
La turista estadounidense desapareció el 5 de abril cuando tenía previsto completar en solitario una etapa del Camino de Santiago
Se busca a la peregrina norteamericana Denise Pikka Thiem por tierra, aire y también en el subsuelo, dentro del centenar de pozos en las inmediaciones de Castrillo de los Polvazares (León), una pequeña población cercana a Astorga. Policía y Ejército reactivaron ayer las tareas de rastreo en las afueras de este municipio leonés con un ingente despliegue que suma 300 personas, decenas de vehículos todoterreno, caballos, camiones y hasta un helicóptero.
La turista estadounidense desapareció el 5 de abril, cuando tenía previsto completar en solitario una etapa del Camino de Santiago. Los responsables policiales no dan pistas de por qué cinco meses después se ha reactivado la búsqueda. En este tiempo ha mediado una carta del senador republicano de EE UU John McCain al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ofreciendo la ayuda del FBI. El Ministerio del Interior admite que la investigación es “prioritaria”.
La Unidad de Caballería de la Policía Nacional se desplegó desde lo alto de la loma en el camino de Fontanillas, que discurre paralelo a la carretera provincial 6304, en Castrillo de los Polvazares, una pequeña y turística población aledaña a Astorga. Tres policías cabalgaban entre las flechas amarillas de la Ruta Jacobea junto a dos camiones de militares de emergencias y otro vehículo del Ejército.
Monte abajo, cada cruce de caminos que se bifurcan en esta zona de matorrales y encinas estaba ayer vigilado por tanquetas de la policía nacional. Expertos de la Unidad de Subsuelo peinaban el centenar de pozos en busca de la peregrina norteamericana, que desapareció el Domingo de Resurrección cuando se disponía a realizar una etapa de 14 kilómetros desde Astorga hasta la localidad de El Ganso, donde preveía hacer noche en un albergue.
La última vez que fue vista se encontraba en la iglesia de Santa Marta de la capital maragata. Cuatro días antes, el 1 de abril, había sacado de un cajero 50 euros. Viajaba sin teléfono móvil, pero no dejaba pasar una semana sin comunicarse por la red social Facebook con su familia y amigos.
Perros adiestrados
Justo en mitad de la ruta que preveía trazar la viajera, llegada desde Phoenix (Arizona), a siete kilómetros del templo donde se le perdió de vista, se despliega ahora un gran dispositivo de búsqueda que incluye perros adiestrados para detectar cuerpos humanos. El propio director general de la Policía, Ignacio Cosidó, anticipó que se trata de un “asunto prioritario” para los cuerpos de seguridad y que el registro está siendo “muy exhaustivo”.
McCain envió una carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para ofrecer la ayuda del FBI y no se están escatimando medios: 300 agentes de policía y militares se dan relevo a lo largo de la jornada mientras un equipo de forenses espera novedades. Todos sin soltar prenda.
Fuentes de la investigación apuntaron que el área de búsqueda está “delimitada” gracias al relato de los testigos y al avance de las pesquisas. La policía trabaja con la hipótesis de un sospechoso del que no quiere ofrecer más datos.
Por Castrillo de los Polvazares corre la tesis de que se busca a un forastero de unos 40 años, quien se mudó hace un par de temporadas al pueblo y levantó una casa en una finca, y que ya fue investigado al inicio del caso. “Bajaba en su bicicleta por el Camino de Santiago hacia Astorga y molestaba a algunas peregrinas”, aseguraba ayer un agricultor jubilado, sentado en un banco junto a otros tres mayores que asentían a la sombra de un árbol. “Venía al olfato”, ratificaba uno de sus acompañantes. Todos dejaron claro que su sospechoso no es hombre de buenas pulgas y que ha mantenido algunos conflictos vecinales.
“Hace unos ocho días que no se le ve por aquí; lo vi paseando con la ropa limpia”, sostenía el mismo hombre entre algunas palabrotas. El alcalde de Astorga, el popular Arsenio García Fuentes, aseguró ayer que no tiene más noticias que las que lee en la prensa, pero aprovechaba para insistir en que el Camino de Santiago, sustento de un puñado de negocios que sobreviven gracias a él —se trata de una zona muy deprimida— es seguro y calificaba la desaparición como un “caso extraño”, según informan Aitor Bengoa y Virginia Martínez.
En el monte caía la noche mientras una camioneta transportaba cabinas de sanitarios al servicio de las fuerzas de seguridad, abonando la idea de que la búsqueda ahí abajo va para largo.
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