Los gastos de lujo se acumulan en El Corte Inglés, viajes y tiendas de ropa
La dimitida María Cafranga gastó 36.833 euros en vestido y calzado
El restaurante Errota-Zar, un templo de la cocina tradicional vasca en el centro de Madrid, era el predilecto de Francisco Pérez Fernández, antiguo miembro de la comisión de Control de Caja Madrid. Tanta era la querencia de este consejero nombrado por el PSOE por este establecimiento del barrio de Salamanca que acudió a él hasta en 61 ocasiones entre octubre de 2003 y enero de 2010. Los almuerzos de Pérez Fernández costaban una media de 220 euros y convirtieron al Errota-Zar en el restaurante en el que más fondos opacos dejaron los consejeros de la entidad crediticia, no menos de 47.618 euros.
Romero de Tejada llenó el depósito 717 veces
Uno de los gastos más fuertes —528.000 euros en total— corresponde a gasolina. En este apartado era especialmente activo el exsecretario del PP madrileño Ricardo Romero de Tejada. Este, además de gastar 26.031 euros en tabaco y 4.479 euros en 20 visitas a una administración de lotería, repostó 717 veces con su tarjeta black en 10 años.
En hoteles de 4 y 5 estrellas, tanto en pernoctaciones como en consumiciones, los consejeros pagaron 451.414 euros. La mayor usuaria, con 50.160 euros, es Carmen Contreras, exdirectora gerente de la Obra Social. Esta directiva gastó en los veranos de 2008, 2009 y 2010 un total de 18.450 euros en el hotel Barrosa Park, un alojamiento de lujo en Chiclana de la Frontera (Cádiz).
Un gasto destacado en los estadillos facilitados por Bankia al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu es el de joyería, con 176.000 euros. En este apartado sobresale Matías Amat, que gastó 21.884 euros en establecimientos señeros como Suárez (3.550 euros en 2005) o Durán (10.000 euros).
Los extractos de las tarjetas opacas de Caja Madrid, a la que los 86 consejeros de la entidad, con cuatro excepciones, cargaron gastos personales por valor de al menos 15,5 millones de euros entre 2003 y 2012 dibujan un escenario de derroches que difícilmente encaja con el concepto de gastos de representación. Además de restaurantes de cuatro y cinco tenedores, los 78.000 apuntes del listado dejan al descubierto las pautas de consumo de los rectores de la caja.
El comercio preferido por los consejeros era, de largo, El Corte Inglés. En los grandes almacenes, el grupo liderado por Miguel Blesa gastó 983.596 euros, a los que hay que sumar otros 427.105 euros en Hipercor y Supermercados El Corte Inglés. Una de las grandes ventajas de comprar en estos almacenes es que en el extracto bancario no queda rastro del tipo de productos que se adquirió en ellos.
La siguiente rúbrica en cuantía son las agencias de viajes. En este tipo de servicios, utilizados en 939 ocasiones, los rectores de la caja gastaron 742.433 euros, de los cuales casi la mitad corresponden a la agencia de viajes de El Corte Inglés. El consejero más viajero era Matías Amat, director general de la entidad, que cargó a su tarjeta viajes por 70.443 euros, seguido de Mariano Pérez Claver, también alto directivo, con 62.998 euros.
En confección textil, además de lo que gastaran en El Corte Inglés, los consejeros emplearon 366.663 euros. Un 10% de esta cantidad total corresponde a María Cafranga, que dimitió como presidenta de la Fundación Caja Madrid al estallar el caso de las tarjetas fantasma. Cafranga gastó en ropa y calzado 36.833 euros. Su tienda favorita, a juzgar por el gasto realizado, es la boutique Berlín, en el barrio madrileño de Las Salesas, donde figuran siete cargos de entre 1.000 y 1.700 euros y otros 12 de hasta 900 euros entre 2007 y 2010. La fallecida Mercedes de la Merced, nombrada por el PP, cargó a la tarjeta opaca 37.044 euros. A distancia queda Juan Manuel Astorqui, director de comunicación de Caja Madrid, que gastó 18.356 euros en vestimenta. Solo el 9 de enero de 2004 dejó 3.535 euros en una tienda de Yves Saint Laurent. También visitó comercios de Gucci y de Carolina Herrera.
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