Cascos: “Nunca intervine ni interferí en las competencias del tesorero”
El exsecretario general se desvincula del control de las finanzas del PP
Francisco Álvarez-Cascos, secretario general del PP entre 1989 y 1999, desarrolló a lo largo de su declaración como testigo ante el juez Ruz el pasado 13 de agosto, la estrategia de desvincularse radicalmente del control de la tesorería del PP y de la contabilidad paralela recogida en los llamados papeles de Bárcenas. El actual líder de la formación personalista Foro Asturias y diputado autonómico sostuvo en todo momento que la vigilancia de la legalidad de las donaciones, el sistema de retribución y las fuentes de ingresos del partido residían en exclusiva en el tesorero —en su época Álvaro Lapuerta—. Pedir cuentas o dar instrucciones como máximo responsable del funcionamiento del partido al responsable de las finanzas suponía, según Cascos, “invadir” sus competencias.
“No, no yo no he fiscalizado [a la tesorería]: el PP es un partido normal, y en los partidos normales, a diferencia de la KGB, de la Gestapo o de Método 3, no teníamos sistemas de espionaje interno, nunca. Y por lo tanto, ningún departamento estaba espiando al de al lado ni fiscalizando al de al lado”, aseguró. “En las competencias del tesorero, la secretaría general nunca intervino ni interfirió (…) Yo tenía demasiadas cosas que hacer para ocuparme de las responsabilidades de otras áreas”. Los otros secretarios generales que han declarado ante Ruz han seguido, Javier Arenas, y la actual, Dolores de Cospedal, siguieron la misma senda de desmarcarse absolutamente del control de unas finanzas de una formación que ha recibido entre 1995 y 2011 subvenciones públicas por 993 millones de euros para su funcionamiento, el 90% de sus ingresos.
Cascos se situó también al margen de la contabilidad secreta confeccionada por Bárcenas en la que se recogen pagos en B por 7,5 millones de euros de empresarios del sector de la obra pública y su reparto para hacer frente a gastos del partido y sobresueldos a los miembros de la cúpula popular. En su cuaderno, Bárcenas apunta supuestos pagos por 421.693 euros al conocido como general secretario entre 1990 y 2004. “Nunca tuve conocimiento de esa documentación, y ningún órgano del partido tuvo conocimiento de ninguna documentación semejante (...) El comité ejecutivo jamás tuvo conocimiento de otros documentos que aquellos que fueron aprobados y posteriormente aportados al Tribunal de Cuentas”, sostuvo.
Respecto a sus propios ingresos, aunque no pudo “ni afirmar ni negar nada” sobre unos documentos que afirmó “desconocer”, Cascos se acogió siempre a la misma fórmula: “Mis retribuciones son las que están declaradas a Hacienda y siempre las recibí por transferencia o cheque nominativo”. El antiguo responsable del partido conservador admitió que “excepcionalmente” por razones “administrativas o burocráticas”, en el PP “se pudo haber pagado en metálico”. “No pondré la mano en el fuego por eso, lo que quiero decirle es que el sistema ordinario era las transferencias y los cheques”.
Álvarez-Cascos negó haber recibido ningún pago “de ninguna naturaleza” al margen de su sueldo de ministro tras ocupar en 1996 la cartera de Fomento en el primer Gobierno de José María Aznar.
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