Rajoy rechaza negociar la consulta soberanista en Cataluña que pide Mas
Floriano sostiene que la votación que desea convocar CiU “es absolutamente ilegal”
El curso político que arranca tendrá uno de sus principales focos puestos en Cataluña. En los últimos cuatro meses del año la Generalitat, presidida por Artur Mas, pretende convocar una consulta sobre la independencia de la comunidad en 2014. Las próximas semanas serán decisivas para el órdago secesionista de Mas si quiere cumplir su amenaza de hacer la consulta sin permiso del Estado.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no parece dispuesto a dar su brazo a torcer y a permitir al Ejecutivo catalán la organización de un referéndum. El PP no dará opción a Mas, tal como dejaron claro ayer dos de sus dirigentes: el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. Floriano fue contundente: “Estamos ante una consulta absolutamente ilegal que no tiene ningún sentido”, sentenció ante los micrófonos de Onda Cero, donde comparó la secesión de Cataluña con la amputación de una mano. La propuesta de Mas, consideró Floriano, es “un flaco favor a los ciudadanos”.
Con sus palabras, el vicesecretario de Organización del PP deja entrever la respuesta negativa que Rajoy dará a la carta que Mas le envió en julio, reclamándole la convocatoria un referéndum. Por si quedaban dudas, las despejó Sánchez-Camacho, entrevistada en Rac1: “Como no hay voluntad para decidir el futuro de España no hay nada a negociar, porque nosotros mantendremos la competencia para decidir para toda España. El futuro de España se decide en las Cortes”, apuntó Sánchez-Camacho, que retó a Mas a plantear una reforma de la Constitución si quiere convocar un referéndum sin permiso del Estado. “Que lo exija, que el Congreso de los Diputados le dará la respuesta: la réplica del PP y del PSOE será que no se transferirá una competencia básica y que España es una unidad”.
Mas está a la espera que Rajoy responda su carta, una réplica que, según Sánchez-Camacho, estará basada en la “legalidad”. Pero el Gobierno catalán no teme una respuesta negativa. La espera, y confía en que sirva para validar en el contexto internacional una consulta sin el aval del Estado. El Gobierno catalán tampoco escuchará propuestas alternativas de Rajoy: Mas ya ha anunciado que, de no contar con el permiso del Gobierno, convocará la votación amparándose en la ley de consultas populares que se está discutiendo en el Parlament.
El Gobierno catalán cuenta con apuntarse el éxito de la prueba de fuerza que el independentismo catalán prepara para el 11 de septiembre: una cadena humana que cruce la comunidad, organizada por la Asamblea Nacional Catalana, entidad que ya montó la masiva manifestación de la Diada del año pasado. El Ejecutivo formalizará hoy, en su primera reunión tras las vacaciones, su posición, y dará libertad a sus consejeros para acudir.
Es una incógnita la decisión que tomará Mas: de seguir el guión del año pasado —el Ejecutivo tiene intención de repetir estrategia—, el presidente catalán mostrará su apoyo total a la cadena humana pero no se sumará a ella. Sí se da por segura la presencia de otros miembros del Gobierno, como el consejero de Cultura, Ferran Mascarell; el de Justicia, Germà Gordó; o el de Empresa, Felip Puig. El Gobierno está divido porque Convergència i Unió (CiU) no ha consensuado una posición. Mientras Convergència apoya sin fisuras la marcha, Unió intenta hasta última hora rebajar el lema independentista para convertirla en un clamor por la Diada.
La cadena humana coincidirá con una contraprotesta a favor de la unidad de España que, el mismo día 11, rodeará la Sagrada Familia de Barcelona. Sánchez-Camacho sugirió que asistirá al acto, aunque la decisión definitiva la tomará la directiva del PP catalán la semana que viene.
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