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El ‘show’ del candidato

Los políticos acuden a los programas de entretenimiento en busca de votos. Rajoy y Sánchez irán al espacio de Bertín Osborne. Rivera estará hoy en ‘El hormiguero’

Rosario G. Gómez

Los formatos de corte informativo —telediarios, entrevistas, tertulias...— han sido su hábitat natural, pero ahora los políticos han empezado a transitar por programas en los que manda el espectáculo. En Salvados, Albert Rivera y Pablo Iglesias, líderes de Ciudadanos y Podemos, respectivamente, celebraron un debate de varias horas que fue editado para hacerlo más fluido. En Planeta Calleja, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, escaló a un aerogenerador, y después, Rivera viajó de copiloto en el rally de la Baja Aragón. El próximo domingo, el mismo programa emitirá la aventura en globo de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ya demostró en El hormiguero sus dotes para el baile. En ese mismo plató, Iglesias cogió la guitarra para cantar una canción de Javier Krahe y hoy (Antena 3, 22.30) le llega el turno de Rivera.

Los políticos abren sus hogares a El programa de Ana Rosa y pasan la tarde con María Teresa Campos en Qué tiempo tan feliz. Cualquier género es bueno si arrastra público y potenciales votantes. En esta especie de road movie, el presidente, Mariano Rajoy, y Pedro Sánchez tienen ya concertada cita con Bertín Osborne (En tu casa o en la mía). La visita del aspirante socialista a La Moncloa se emitirá mañana (La 1, 22.15), y la de su rival del PP, el 2 de diciembre, dos días antes del inicio de la campaña electoral.

Faceta humana

En estos formatos, los candidatos tienen la oportunidad de acercarse al espectador de manera distendida y mostrar su faceta más humana. “La televisión, día tras día, influye en la conformación de la imagen global de un líder”, explica Xesca Vidal, doctora en Audiovisuales y psicóloga, quien observa cómo los aspirantes a la presidencia “utilizan todas las armas a su alcance”. Con la crisis, asegura, el público se ha refugiado en los formatos de entretenimiento, que han ido ganando audiencia. “Los líderes no quieren desaprovechar esa oportunidad. Saben que todos deben jugar en el mismo campo y que quien no lo haga tiene mucho que perder”, añade.

La televisión es el medio estrella, recalca la asesora en comunicación política Inma Aguilar, para quien en las campañas los políticos tienden a la transgresión y las “cosas raritas”. Por ejemplo, asisten a programas para ello inhabituales para pillar así fuera de juego al público. “Cuanto más sorprenden, más notoriedad tienen. El objetivo es empatizar con la gente”, agrega.

Las recientes participaciones de Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias en El larguero de la SER resultan ilustrativas. “Cuando Ana Blanco entrevista a Rajoy, el espectador ya sabe lo que va a decir, pero si lo hace José Ramón de la Morena es diferente. El oyente está desprevenido”, opina el periodista y analista electoral Jesús María Santos.

Mientras los telediarios tienden a la banalización de la información, los políticos se apuntan a programas en los que el show es el primer mandamiento. Pisar un plató es más barato que montar un mitin y, a la vez, reporta una rentabilidad mediática. “La gente quiere líderes próximos, que sean como ellos. Y los diferentes programas pueden hacer creer que es así”, apunta Vidal. “La política pop genera empatía con el espectador, pero un político tiene también que trabajar el perfil de la solvencia y la eficacia. La notoriedad, el humor, la frivolidad y la seriedad son atributos que deben estar compensados”, tercia Aguilar.

La televisión ha logrado popularizar la política, aunque cuenta con competidores muy poderosos. En la sociedad digital, el medio de masas por excelencia comparte influencia con las redes sociales. Vidal considera que lo que influye es la imagen audiovisual: “Una imagen viral que se convierta en trending topic puede contribuir enormemente a crear opinión sobre la forma de ser y actuar de un líder”. Aunque esos mismos vídeos virales pueden ser un arma de doble filo: “Uno para ayudar a ganar y otro para destrozar su imagen entre los más jóvenes”. Ya se sabe que, cuanto mayor sea el error cometido, más éxito tendrá.

Un anfitrión de éxito

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, visita mañana el hogar de Bertín Osborne, un programa por el que ya han pasado Jesulín, Lolita y Los Morancos y que ha superado los cuatro millones de telespectadores. TVE contrató en verano a la productora Proamagna nueve capítulos de En tu casa o en la mía, por un importe de 861.000 euros (más IVA).

La televisión pública ha propuesto otras 18 entregas, con una subida económica del 27%, alegando un incremento del tiempo de emisión. Osborne cobra 12.500 euros por entrega, según fuentes de RTVE.

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