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La T-2 de El Prat pasa el verano con la mitad de sus puertas averiadas

AENA alega que las “puertas tienen un uso muy intenso”

Una de las puertas giratorias averiadas de la T-2, ayer.
Una de las puertas giratorias averiadas de la T-2, ayer.GIANLUCA BATTISTA

Ocho de las 18 puertas giratorias de acceso a la Terminal 2 del aeropuerto de El Prat están averiadas y, según afirmó AENA, no serán reparadas hasta septiembre. La instalación, que durante el verano llega a registrar más de 250 vuelos en una sola jornada, tiene casi la mitad de sus entradas habituales inoperativas, según ha podido comprobar este diario. Fuentes sindicales denuncian que llevan sin funcionar desde julio. La empresa explica que está a la espera de recibir las piezas para su reparación “a lo largo del próximo mes”, por lo que la T-2 afrontará lo que queda de la temporada turística con menos accesos.

“Fuera de servicio”, reza un cartel pegado con cinta adhesiva en seis de las 18 puertas giratorias que suelen servir de entrada a la T-2. Otras dos ni siquiera cuentan con ese papel amarillento, que parece haber resistido las inclemencias meteorológicas durante un intervalo de tiempo que nadie sabe determinar. “Algunos días”, “varios meses” o hasta “un año”, responden distintos empleados preguntados. “Es que se estropean tan seguido que uno ya pierde la cuenta”, explica uno de ellos.

Esa es una de las imágenes que se llevaron el más de un millón de pasajeros que en julio transitaron por la T-2, además de quienes la están utilizando este mes de agosto. El aeropuerto más rentable de la red de AENA, que el mes pasado batió su récord de viajeros con 4.257.534 personas, está cada día más descuidado, denuncian algunos de sus empleados.

El incidente de los accesos no es nuevo. Cinco de las 10 puertas giratorias de la T-1 estuvieron averiadas a finales del año pasado durante varias semanas. La terminal pasó las Navidades, otra temporada con una punta de pasajeros motivada por las vacaciones, echando mano de las pequeñas salidas de emergencia.

La empresa alegó entonces que la contrata encargada del mantenimiento de los accesos automáticos había agotado su contrato y que la nueva no había comenzado a operar aún. CC OO rechazó este argumento recordando que este tipo de relevos son frecuentes en la compañía por lo que no deberían traducirse en problemas como este.

"Licitaciones bajas"

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El funcionamiento de estas puertas está a cargo de EFS Mantenimiento y Servicios Técnicos, que se lo adjudicó en octubre de 2014 durante un año por un importe de 495.998 euros. Fuentes sindicales aseguraron que las averías están a la orden del día en El Prat y las atribuyeron a que AENA “acepta licitaciones cada vez más bajas que sabe que no se pueden cumplir”.

Lo mismo opinaba en el exterior de la T-2 una trabajadora de la limpieza: “No hay dinero. Si un servicio te cuesta un millón de euros y lo adjudicas por 800.000 euros, ¿qué quieres que haga la contrata? AENA quiere dejarlo todo limpio para privatizar el aeropuerto porque tiene muchas deudas”. El Estado vendió en junio de 2014 el 49% de Aena para ingresar 4.300 millones de euros.

Ajenos a estos problemas, grupos de turistas acababan sobresaltados en otra puerta que seguía operativa aunque se quedaba atascada durante unos segundos cada par de vueltas. Pese a que hay otros 10 accesos activos, pocos los advierten y la mayoría termina amontonándose frente a una sola puerta.

AENA defendió que las puertas giratorias tienen “un uso muy intenso”, ya que funcionan durante las 24 horas del día. Fuentes sindicales, en cambio, achacaron el problema a los recortes en mantenimiento: “Ahora mismo hay una actividad muy intensa en la terminal y no es admisible que en pleno agosto la mitad de las puertas estén averiadas. Tanto AENA como las contratas son conscientes de que licitan con sumas que resultarán insuficientes para llevar a cabo los servicios, pero ambas las aceptan”.

Esta acusación es generalizada entre los trabajadores de las contratas, que se quejan de que lo que AENA se ahorra en estas operaciones acaba repercutiendo en sus condiciones laborales. Estas tensiones se hicieron visibles este año entre las concecionarias del servicio de asistencia en tierra a pasajeros, aviones, carga y correo (handling).

Los empleados de Swissport Spain amenazaron con convocar una huelga en febrero que finalmente cancelaron tras llegar a un acuerdo con la dirección. Lo mismo sucedió en julio con Groundforce, el primer operador de handling de El Prat. Ambas plantillas tenían problemas para negociar sus convenios colectivos. El propio personal de AENA estuvo a punto de realizar un paro en febrero ante los “incumplimientos” de su convenio.

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