Delfina Gómez, la maestra que busca reprobar al PRI en el Estado de México
La candidata del partido de López Obrador pretende acabar con la hegemonía de nueve décadas con un mensaje anticorrupción
Delfina Gómez Álvarez vive en una casa de 52 metros cuadrados en una plazoleta del barrio de San Pedro, en Texcoco, a 40 kilómetros al oriente de la Ciudad de México. El modesto edificio de una planta, con una puerta y dos ventanas, es junto a un coche Nissan y cinco cuentas bancarias el patrimonio de la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al Gobierno del Estado de México, que ha estado en manos del PRI desde septiembre de 1925. La modesta vida de una profesora de primaria de 55 años soltera y sin hijos que saltó a la política se ha convertido en el principal activo en una campaña marcada por el hartazgo por la corrupción. Este domingo, 11.3 millones de personas están llamadas a votar en una elección que servirá de referendo a la gestión del presidente Enrique Peña Nieto y marcará el rumbo de las presidenciales de 2018.
Delfina Gómez es producto de la cultura del esfuerzo. Es hija de un albañil y una ama de casa. Se pagó sus estudios en la Universidad Pedagógica Nacional cuidando a los tres hijos de una familia de clase media. Su trayectoria avanzó peldaño a peldaño. Comenzó como maestra de aula en el pueblo de San Pablito Chiconcuac. Pasó por un par de escuelas más hasta convertirse en directora de un colegio privado, Columbia School. En 2002 la maestra ganó su primera elección. Ella y una colega con un perfil similar compitieron para ver quien se convertía en directora del Centro escolar público Nezahualcóyotl, en el centro de Texcoco. Delfina ganó más de la mitad de los 36 votos en disputa. Fue directora del centro por diez años, hasta que saltó a la política.
Son pocos los habitantes de Texcoco que no conocen a Delfina. Una vendedora de tamales la recuerda porque dio clases a sus hermanos mayores. Otra señora asegura que algunas mañanas se podía ver a la maestra dejando croquetas a los gatos callejeros que encontraba de camino al trabajo. Su nombre se hizo conocido para todos en 2013, cuando dejó la escuela para saltar a la política. El paso tomó mucho esfuerzo pero poca distancia: solo 20 metros separan la primaria del Palacio Municipal. Cuando se convirtió en alcaldesa de este municipio de 240.000 habitantes aún saludaba a los niños que entraban a clases desde las escaleras del ayuntamiento.
El trabajo político de Delfina comenzó como representante sindical del Sindicato de maestros al servicio del Estado de México (Smsem). Algunas de sus colegas recuerdan que la maestra cumplía con su palabra cuando le pedían ayuda para cambiar de plantel u horario. A lo largo de los años, fue representante de varias carteras y llegó a ser secretaria general de la organización. Un desayuno en la primaria Nezahualcóyotl cambió su destino.
La directora invitó a un convivio al presidente municipal, Higinio Martínez Miranda (2003-2006). El influyente político del PRD en el oriente del Estado había sido nombrado por las profesoras padrino de una generación que se graduaba. La maestra decidió contar al alcalde el caso de Juan Carlos Flores, un niño que iba a ser sometido a una operación para quitarle la joroba. Su familia no contaba con los 100.000 pesos (5.300 dólares) que costaba la cirugía. Martínez sacó la billetera e hizo un cheque a nombre de la familia del estudiante. “Las maestras nos reímos y dijimos: ‘Vamos a decirle nuestros problemas a ver si nos hace un chequecito’”, recuerda Gregoria Sánchez, profesora de quinto de primaria. “Delfis siempre está viendo qué es lo que más necesita la gente”, agrega.
Algo debió ver Higino en la directora de la primaria. El político, excandidato a gobernador por el PRD en 1999, se convirtió entonces en padrino político de Delfina. Fue él quien la impulsó a que se convirtiera en candidata de Movimiento Ciudadano para la alcaldía en 2012. En aquella elección ganó al PRI por 10.000 votos. Una década después, Gómez e Higinio hicieron mancuerna. La maestra heredó la alcaldía a su padrino político mientras que este la impulsó para que se convirtiera en diputada federal. La maestra volvió a derrotar al PRI. Esa ocasión amplió su victoria a 14.000 votos.
El grupo político que el PRD formó en Texcoco es quien cobija a la maestra. Higinio y otras figuras se escindieron del partido hegemónico de la izquierda mexicana para sumarse a Morena. Entre ellos se encuentra Horacio Duarte, presidente municipal de Texcoco (2000-2003) y exsecretario del ayuntamiento en el mandato de Delfina. Duarte es uno de los políticos más fieles a Andrés Manuel López Obrador. Como diputado federal, se encargó de su defensa jurídica durante el desafuero, el proceso con el que la derecha del PAN y el PRI quisieron descarrilar la candidatura presidencial del exjefe de Gobierno en 2005.
Duarte y el senador Mario Delgado, exsecretario de Finanzas de la Ciudad de México, son los pilares políticos de la campaña de la maestra. López Obrador, dirigente de Morena, ha sido una pieza fundamental para impulsar a Delfina. El dos veces excandidato presidencial estuvo en 40 de los 139 eventos de la candidata. Su hijo mayor, José Ramón López, ha ayudado personalmente a organizar la estructura. Morena asegura estar en capacidad de vigilar las 18.600 casillas que serán instaladas el domingo para evitar que el PRI opere en favor de su candidato, Alfredo del Mazo, pariente del presidente y exgobernador Enrique Peña Nieto.
Los adversarios de Delfina la han atacado subrayando su falta de experiencia. Los partidos la han calificado como un títere de López Obrador y han puesto en duda su capacidad para gobernar una entidad que tiene el 13% de la población del país y que sufre serios problemas de pobreza e inseguridad a pesar de tener un presupuesto que supera los 13.000 millones de dólares anuales.
Gómez presentó recientemente a los colaboradores que le ayudarán a gobernar si triunfa el domingo. El equipo de transición está conformado por personas que se distinguen por “su compromiso social”. Entre ellos está Armando Barriguete, un médico especializado en trastornos alimentarios educado en Estados Unidos, Francia y España; Verónica Navarro, una socióloga experta en temas de impartición de justicia y en la lucha contra la violencia doméstica; el urbanista de la UNAM Adrián Maupomé, especialista en mega proyectos en el Valle de México; el doctor Mauricio Hernández, egresado de la escuela de Salud Pública de Harvard y el economista Alberto Velázquez García, del Colegio de México. La candidata también presentó una lista de 40 empresarios locales que la respaldan. El evento estuvo avalado por Alfonso Romo, el contacto de López Obrador con el empresariado. A pesar de los nombres, Morena no ha dejado claro si tiene la capacidad de cubrir decenas de miles de puestos de funcionarios en el Estado de México, hoy en manos del PRI.
Delfina Gómez aumenta sus posibilidades de convertirse en la primera gobernadora del Estado de México si hay una buena participación. Sus estrategas afirman que más del 50% del padrón acudirá a las urnas el domingo. El cálculo es muy optimista. El Estado nunca ha alcanzado esa cifra en una elección a gobernador, aunque llegó a 64% en las municipales de 2012.
Horacio Duarte y Mario Delgado creen que pueden lograr buenos resultados en los centros urbanos del Estado de México y en los bastiones del PAN, que han visto desplomarse a su candidata, Josefina Vázquez Mota, hasta el cuarto lugar de las preferencias. Esa es la única forma de imponerse a la maquinaria del PRI, que suele conseguir la mitad de sus votos en el 20% de los municipios del Estado, sobre todo en poblaciones rurales y marginadas.
La historia de Delfina Gómez, aficionada a escuchar a Beethoven y a leer libros de superación personal, continúa escribiéndose. De ganar el próximo domingo, la modesta profesora escribirá una entrada propia en la historia de México. Gregoria Sánchez, de la escuela primaria Nezahualcóyotl, compara a la maestra Delfina con el expresidente Lázaro Cárdenas. “Él también fue muy criticado por sus orígenes. Se dijo que lo pusieron, que lo manipulaban. Pero ya estando en el poder hizo lo que debía hacer. Y no fingió ser otra persona. Fue como era”.
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