La criticada presidenta surcoreana pone su cargo a disposición del Parlamento
La popularidad de Park está en el 4% a raíz de su papel en el caso de la 'Rasputina coreana'
Con la popularidad por los suelos, y acosada en el Parlamento para que dimita, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye ha puesto este martes su cargo a disposición de los legisladores. “Dejo mi futuro en las manos de la Asamblea Nacional, incluida la posibilidad de acortar mi mandato”, anunció en su tercer discurso televisado sobre el caso de la Rasputina coreana. Este culebrón de tráfico de influencias y corrupción se ha convertido en el mayor escándalo político del país en años desde que comenzó a destaparse en octubre pasado.
“Una vez que los legisladores hayan acordado medidas para el traspaso de poder de modo que se minimice cualquier vacío y la posibilidad de un caos, me retiraré”, declaró la presidenta, otrora conocida como La Princesa de Hielo y que este martes hablaba con un marcado tono de resignación.
El anuncio de Park llega después de que durante los últimos cinco fines de semana cientos de miles de surcoreanos se hayan manifestado por todo el país para exigir su dimisión. El índice de aceptación de la presidenta se encuentra en el 4%, el más bajo jamás registrado y tanto los parlamentarios de la oposición como algunos entre su propio partido piden que sea sometida a un juicio político para cesarla. El mandato de la hija del presidente Park Chung-hee expira en febrero de 2018.
La declaración de Park se anticipa a los intentos en el Parlamento para deponerla. Este viernes, los legisladores de los tres partidos principales, con el apoyo de algunos diputados del propio partido de Park, el conservador Saenuri, querían hacer aprobar una moción de censura para forzar el cese de la presidenta.
Si el Parlamento aprueba esa moción, correspondería al Tribunal Supremo dar su visto bueno, algo que puede tardar seis meses.
Con esta comparecencia, queda claro que la presidenta surcoreana cede ante lo inevitable y se marchará antes de que concluya su mandato. Pero también gana tiempo, en opinión de los analistas. Con su propuesta, el Parlamento tendrá que ponerse de acuerdo sobre cómo y en qué momento dejará el poder la jefa de Estado, un debate que llevará posiblemente meses solucionar. Una vez abandone el cargo, se celebrarán elecciones 60 días después. “En otras palabras, es probable que la presidenta Park se marche en algún momento de la primera mitad de 2017”, apunta en una nota Trinh Nguyen, de Natixis. Hasta la celebración de elecciones quedaría al cargo el primer ministro.
El escándalo gira en torno a la relación de Park con su amiga íntima Choi Soon-sil, de 60 años. Choi es hija de Choi Tae-min, predicador de una secta que se ganó la confianza de la joven Park en los años 70 asegurando que podría ponerla en contacto con su madre, muerta en un atentado. Según ha ido saliendo a relucir en la investigación, la amiga de la presidenta recibió un trato de favor indebido que le dio acceso a documentos confidenciales. Además, Choi utilizó sus vínculos con la jefa de Estado para recibir “donaciones” por valor de cerca de 60 millones de dólares de importantes empresas surcoreanas.
La Fiscalía norcoreana investiga el caso y ha detenido tanto a Choi como a otros implicados. También ha considerado a Park cómplice en el escándalo, aunque la presidenta ha alegado su inmunidad como jefa de Estado para negarse a declarar. El Parlamento surcoreano ha instigado también su propia investigación independiente, a cargo de un consejo de tres miembros (dos designados por la oposición y uno por la propia Park.
El caso ha salpicado también a algunos de los principales conglomerados empresariales del país, como Samsung o Lotte, que la semana pasada vieron a los investigadores registrar sus sus oficinas.
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