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Sarkozy entra en campaña con un discurso más duro

Seguridad, identidad e inmigración son los pilares del programa que defiende el expresidente francés

El expresidente francés firma libros en Le Touquet.
El expresidente francés firma libros en Le Touquet.DENIS CHARLET (AFP)

Si bien las candidaturas se multiplican en la izquierda para ocupar el espacio más progresista del abanico político, el expresidente conservador y candidato a reocupar el puesto, Nicolas Sarkozy, inicia una campaña claramente anclada en la derecha más dura. En el contexto actual de alerta terrorista y de debate sobre el papel del islam en la República laica, la identidad, la seguridad y la inmigración centran el grueso de su programa y de su discurso. El exmandatario espera que le darán más credibilidad a su proyecto frente al de su principal rival, el ex primer ministro Alain Juppé, más moderado. Se presenta también como la mejor respuesta a la extrema derecha, a cuyos electores se dirige directamente.

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Decidido a reconquistar el electorado perdido del Frente Nacional, Sarkozy no ha dudado así en celebrar su primer mitin como candidato en Chateaurenard, en la franja del sureste del país en la que la formación de extrema derecha de Marine Le Pen logra algunos de sus mejores resultados. “El pueblo de Francia no es xenófobo porque considera que hay un problema con la inmigración!”, lanzó así en el mitin el pasado jueves, ante unas 2.000 personas. Su primera promesa, “restaurar la autoridad del Estado”. “No seré el candidato de las posturas tibias, de las soluciones a media”, añadió, en un ataque al presidente socialista François Hollande.

Sin sorpresas, el burkini, en el centro del debate político y mediático desde el verano, ha tenido una mención en su discurso. El bañador islámico, cuya prohibición a tenor de la legislación actual tumbó el viernes la mayor autoridad administrativa del país, es para el conservador una “provocación” que propone vetar en todo el territorio nacional. El expresidente quiere también ampliar el veto al velo islámico, en vigor en los centros escolares de primaria y secundaria y para los empleados en la Administración pública, a la universidad y las empresas privadas y acabar con los menús de sustitución –para los alumnos musulmanes que no comen cerdo- en las cantinas escolares. “Nuestra identidad está amenaza”, aseguró Sarkozy.

La identidad es de hecho uno de los cinco “desafíos” en torno a los cuales esboza un inicio de programa en su libro Todo por Francia, publicado este miércoles y a través del cual oficializó su candidatura a las primeras de la derecha para las presidenciales del año que viene. El expresidente, que en su tiempo en Elíseo ya lanzó un gran debate sobre la identidad nacional que dio pie a una oleada de deslices racistas, considera que será el principal tema de las elecciones. Los otros cuatro ejes de su libro son la verdad, la competitividad, la autoridad y la libertad .

Una de las propuestas más duras y novedosas es la de suspender la política de reagrupación familiar a la espera de un nuevo tratado europeo. Sarkozy ya había propuesto en el pasado modificar este dispositivo, blanco habitual del FN, pero nunca había ido hasta reclamar acabar con él. Aboga también por poner freno a la inmigración, introduciendo cuotas, modificar el derecho del suelo por el que un ciudadano nacido en territorio nacional puede acceder a la nacionalidad a su mayoría de edad –lo quiere condicionar a un expediente judicial limpio y a que los padres se encontraran en Francia de forma legal en el momento en que nacieron- y propone endurecer las penas mínimas de cárcel. Otra de sus propuestas estrellas, que lleva reclamando desde hace unos meses, es la de poner en arresto domiciliario o en prisión preventiva a simples sospechosos de yihadismo, una medida que según el Gobierno sería inconstitucional.

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En materia fiscal, Sarkozy propone reducir en un 10% el impuesto sobre la renta y acabar con la tasa impuesta a las grandes fortunas. Quiere también restablecer el sistema por el que las horas adicionales al horario laboral legal sean exentas de tasas –lo introdujo durante su mandato y ha sido anulado por el actual Gobierno socialista-, y ampliar la edad de jubilación a los 63 en 2020 y 64 en 2025.

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