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Bruselas avala que los turcos viajen a Europa a partir de julio sin visado

Ankara aún debe cambiar sus leyes antiterroristas para acogerse a esa medida

Lucía Abellán
Frans Timmermans, este miércoles en conferencia de prensa.
Frans Timmermans, este miércoles en conferencia de prensa.LAURENT DUBRULE (EFE)

La Comisión Europea ha ofrecido este miércoles el mayor aval político otorgado a Turquía desde que aprobó su candidatura a integrarse en la UE, en 1997. Bruselas propone eximir de visado a los turcos que viajen a Europa a partir del 1 de julio, un compromiso recogido en el acuerdo que adoptaron los Veintiocho con Turquía en marzo para frenar la llegada masiva de refugiados a Grecia. El Ejecutivo comunitario abre así camino a una delicada decisión que deberán adoptar el Consejo Europeo –representa a los Estados miembros- y la Eurocámara.

Hace un mes y medio, cuando los jefes de Estado y de Gobierno rubricaron el pacto para expulsar refugiados a Turquía a cambio de acelerar la desaparición de visados, entre otras medidas, Ankara cumplía pocas de las 72 condiciones fijadas para permitir los viajes sin trámites consulares. Hoy el país vecino cumple 65, según el análisis de la Comisión, que confía en que las otras siete se alcancen en las próximas semanas.

Más allá de los criterios técnicos, el número dos de la Comisión, Frans Timmermans, ofreció una justificación política para tender la mano a Turquía. “En los últimos años, en los que no ha habido implicación con Turquía, ¿qué ha pasado con la libertad de expresión?”, se ha preguntado, sugiriendo que ha sido precisamente el distanciamiento con Ankara lo que ha alejado al país de los estándares europeos. “Se están alejando de nosotros. Esa tendencia tiene que cambiar”, ha concluido.

De los requisitos por cumplir, dos (el acuerdo de readmisión de extranjeros con toda la UE, no solo con Grecia, y la actualización de los pasaportes biométricos para que sean aceptados en Europa) están previstas por calendario para el mes de junio. Las otras cinco no tienen fecha clara e incluyen cuestiones salvables como las normas de protección de datos y otras mucho más complejas, como la lucha contra la corrupción y, sobre todo, la definición de terrorismo.

El capítulo sobre terrorismo puede acabar frustrando la negociación, admiten fuentes europeas. Porque lo que la UE pretende es que la definición de terrorismo se ajuste a los principios comunitarios. Ahora, por ejemplo, Turquía puede atribuir propósitos terroristas a personas que simplemente se muestren críticas con el presidente, Recep Tayyip Erdogan, o cometan delitos que Europa nunca consideraría terroristas. Está por ver que el Gobierno de Ankara, en pleno endurecimiento de su posición hacia los kurdos y con numerosos ataques a la libertad de expresión, presente en pocos días una legislación que satisfaga al Parlamento Europeo, cuyo voto es necesario para liberar a Turquía de los visados.

Los controles de fronteras se prorrogan

Entre la amalgama de medidas sobre asilo y visados, la Comisión Europea ha avalado este miércoles la extensión por otros seis meses de los controles fronterizos —las suspensiones temporales de Schengen— que aplican cinco Estados del espacio de libre circulación (Alemania, Austria, Suecia, Dinamarca y Noruega).

La decisión se basa en las “graves deficiencias” detectadas en el control de las fronteras griegas y se adopta a pesar de la drástica caída en las  llegadas de refugiados a Europa, el argumento que justificó los controles.

Cambios en las leyes antiterroristas

El presidente de los liberales en la Eurocámara, Guy Verhofstadt, ya ha dado una primera muestra a este respecto. “Solo habrá acuerdo si Turquía cambia las leyes antiterroristas que se están usando para silenciar a periodistas”, ha expresado en un comunicado. Fuentes comunitarias admiten que lo que se pretende pactar va dirigido a evitar situaciones como el encarcelamiento de periodistas y rehúsan valorar qué ocurrirá si Ankara no ofrece una propuesta aceptable en junio.

La evaluación tan favorable a Turquía, no obstante, encierra una trampa. Solo los ciudadanos turcos con pasaportes biométricos de última generación podrán acceder a la UE sin visado. Y en la actualidad no hay ninguno emitido entre sus 79 millones de habitantes. El Gobierno de Ankara prevé empezar a fabricarlos en junio, pero su capacidad de emisión no excede los 10.000 diarios, explican esas fuentes comunitarias. Y además son caros. Así que el número de turcos con capacidad real para llegar a territorio europeo sin visado será muy limitado a corto plazo. Fuentes diplomáticas turcas consideran importante el respaldo político a la desaparición de visados, más allá de que los detalles técnicos no permitan en un tiempo ejercer el derecho.

Como mensaje tranquilizador a los países que temen flujos abultados de inmigración turca en su territorio, la Comisión ha propuesto también endurecer el freno de emergencia que permite a los Estados reintroducir los visados si constatan esas llegadas inesperadas. Pocos días después de que Alemania y Francia presentaran una iniciativa conjunta, Bruselas propone agilizar este mecanismo para que se puedan suspender la libertad de visados más rápidamente y para que la Comisión pueda actuar por iniciativa propia.

Junto con Turquía, Bruselas propone también eximir de visado a los ciudadanos kosovares con pasaporte biométrico. La decisión puede plantear problemas a los cinco países europeos (entre ellos España) que no reconocen a este territorio, antigua provincia serbia, como Estado.

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Sobre la firma

Lucía Abellán
La redactora jefa de Internacional de EL PAÍS ha desarrollado casi toda su carrera profesional en este diario. Comenzó en 1999 en la sección de Economía, donde se especializó en mercado laboral y fiscalidad. Entre 2012 y 2018 fue corresponsal en Bruselas y posteriormente corresponsal diplomática adscrita a la sección de España.

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