La frontera de Texas con México se describe como una zona de guerra
El binomio seguridad-emigración da dividendos políticos que en ocasiones se traduce además en beneficios económicos
Para Texas, su frontera no está protegida, no importa quién lo diga. Las discusiones respecto a seguridad fronteriza en Washington son inaudibles en este Estado, donde los grupos paramilitares siguen en la frontera y legisladores locales han aumentado la financiación para reforzar el trabajo del Gobierno federal en el área.
Es una negociación que lleva años en desarrollo. Reforma migratoria y seguridad fronteriza son dos hermanos que han ido de la mano en el debate político estadounidense. El último esfuerzo se materializó en la ley migratoria aprobada por el Senado en 2013, pero que no avanzó en la Cámara de Representantes. Si se hubiera validado, la frontera contaría con 20.000 agentes adicionales, además de miles de millones de dólares en nueva tecnología.
“Seguridad por legalización” ha sido el intercambio implícito entre demócratas y republicanos durante años. El debate no ha cambiado, aunque la frontera sí. En 2004, había 10.000 agentes en la zona, hoy el número es el doble. Las aprehensiones en 2000 llegaron a 1,6 millones de personas; en 2013 fueron 420.789. Actualmente, el Departamento de Seguridad Nacional tiene drones vigilando toda la frontera y ha amurallado 1.044 kilómetros.
En 2004, había 10.000 agentes en la zona, hoy el número es el doble. Las aprehensiones en 2000 llegaron a 1,6 millones de personas; en 2013 fueron 420.789
A pesar de eso, cuando se le pregunta a la opinión pública en Texas cuál es el problema más importante para el Estado, un 23% replica que es la seguridad fronteriza. Y un 71% apoya el despliegue de la Guardia Nacional en la zona, según una encuesta difundida este mes por la Universidad de Texas y Texas Tribune.
“La seguridad fronteriza e inmigración son los principales problemas que enfrenta el Estado. Esto es particularmente cierto para los texanos que se identifican como republicanos y posiblemente ha sido reforzado por candidatos políticos que han hecho de estos temas el centro de sus campañas”, afirma James Henson, codirector de la encuesta y director del Proyecto Política en la Universidad de Texas en Austin.
Percepción es la palabra clave en este algoritmo político, uno que hasta ahora ha logrado un solo resultado. “En los informe del Departamento de Seguridad Pública del Estado de Texas se ha reforzado año tras año que la frontera es insegura [...]. Se describe al Estado como una zona de guerra. Yo vivo en la frontera y no siento esta inseguridad, he viajado desde Brownsville hasta El Paso y el sentir es distinto”, explica Guadalupe Correa-Cabrera, profesora del Departamento de Gobierno de la Universidad de Texas Brownsville.
Esta semana, la oficina del gobernador de Texas, Rick Perry, anunció una inversión de 86 millones de dólares para extender hasta agosto de 2015 la llamada Operación Seguridad Fuerte
“El discurso es muy diferente a nivel local y federal. Cuando a nivel estatal pides dinero para proteger la frontera, tienes más recursos, generas empleos, obviamente eso tiene un impacto económico. Es una cuestión que favorece a la base política de Texas que mantiene esta promesa, es un discurso del miedo que ha beneficiado a los republicanos en el Estado”, agrega.
Esta semana, la oficina del gobernador de Texas, Rick Perry, anunció una inversión de 86 millones de dólares para extender hasta agosto de 2015 la llamada Operación Seguridad Fuerte, que desde junio pasado se ha enfocado en reforzar la vigilancia en la frontera.
La inversión es fruto de un acuerdo entre Perry, el líder del senado de Texas, David Dewhurst, y el presidente de la Cámara de Representantes del Estado, Joe Straus. Los recursos provendrán de varias fuentes, entre ellas el fondo para desastres y tecnología emergente. Sin embargo, no está claro si se extenderá la presencia de la Guardia Nacional en la frontera. Una portavoz del gobernador consultada por este periódico explicó que ese asunto se discutirá en la reunión del Consejo Legislativo de Presupuesto.
La Operación Seguridad Fuerte fue creada a raíz de la crisis humanitaria desatada este año por la llegada récord de menores no acompañados en la frontera sur
“Texas ha demostrado, más allá de toda duda, que se puede proteger la frontera, incluso si el Gobierno federal se niega a tomar medidas necesarias para hacerlo como es requerido por la Constitución”, declaró Perry.
La Operación Seguridad Fuerte fue creada a raíz de la crisis humanitaria desatada este año por la llegada récord de menores no acompañados en la frontera sur. Organizaciones de derechos civiles, como ACLU Texas, critican la iniciativa. “Texas ha perdido más de 50 millones de dólares de los contribuyentes en este programa innecesario y derrochador, le pedimos al Concejo Legislativo de Presupuesto que vete esta iniciativa”, dice Terri Burke, directora ejecutiva de ACLU Texas.
“El ingreso de menores y familias por la frontera no fue un error en el control de seguridad, las personas se estaban entregando a la Patrulla Fronteriza. Eso refleja un fracaso de las leyes de inmigración. Existe una desconexión entre la percepción política y lo que está sucediendo en la frontera”, explica Doris Meissner, directora del Instituto de Política Migratoria.
“Es probable que siempre existan personas que crucen la frontera ilegalmente, así como posiblemente ocurra un asesinato en Dallas, pero la gente que vive ahí no cree que haya una crisis, reconoce que existe seguridad pública adecuada. Nunca vas a sellar la frontera, necesitamos mantenerla abierta, pero lo cierto es que hoy los arrestos están en los números más bajos a nivel histórico”, agrega.
Ahora, el debate político sobre este tema está en su clímax. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anuncia este jueves su acción ejecutiva en inmigración. Y Perry se ha unido a las voces en su contra, incluso amenazando con una potencial demanda de Texas al Gobierno federal.
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